Seguro que en alguna ocasión habéis visto un vídeo de un anciano (que en realidad no es tal), sobre uno de esos vehículos de movilidad reducida que se usan por las ciudades pero circulando a toda velocidad por la calle. Ese genio loco es el británico Colin Furze, del que ya hablamos en alguna ocasión y que había conseguido poner su invento a 115 km/h.
Pues con la misma premisa, David Anderson y Mathew Hine se propusieron conseguir el récord Guinness de esta categoría construyendo un vehículo que fuese capaz de superar el actual registro, en manos de Klauss Nissen y que estaba en 133,04 km/h.
Para ello se hicieron con un ‘scooter’ de movilidad de la marca Days Strider, el cual destriparon completamente y poder adaptarle así un chasis de un kart modificado. A este chasis le instalaron el motor de una Suzuki Bandit 600 manteniendo los neumáticos del kart por seguridad. Sobre el chasis volvieron a montar la carrocería del ‘scooter’ (imprescindible para que el récord sea homologable), adaptaron la dirección, los mandos y se lanzaron a la pista.
Y lo cierto es que la jugada les salió perfecta pues fue Mathew Hine quien se enfundó el mono de cuero y en el Jurby Motodrom (en la Isla de Man) fue capaz de alcanzar los 173,16 km/h de media en la distancia de 1/4 de milla , pulverizando el anterior récord establecido.
Atentos al vídeo. Da miedo sólo verlo así que nos imaginamos lo aterrador que debe ser ir allí sentado a esa velocidad.