BMW se aleja de la competición y vuelve a centrarse exclusivamente en la producción. La decisión no ha pillado por sorpresa a nadie ya que por poner un ejemplo, en el Mundial de Superbikes han invertido desde 2009 alrededor de 50 millones de euros. Un dinero que no ha traído los resultados deportivos esperados. «Lamento la decisión, pero entiendo el giro estratégico adoptado por la compañía». Ha dicho Andrea Buzzoni, “general manager” de BMW Motorrad WSB.
La razón que el director general de BMW Motorrad, Stephan Schaller, de este giro estratégico es que se van a centrar en otros segmentos del negocio como el de las motos de menos de 500 cc, los vehículos eléctricos y los mercados emergentes como el brasileño y el asiático. También ha apuntado que seguirán apoyando al deporte de las dos ruedas pero no como lo estaban haciendo hasta ahora.
BMW recupera así la forma a la que estaban haciendo antes las cosas, un estilo alejado de la presencia directa en la competición, a pesar de desarrollar productos claramente deportivos. Un buen ejemplo es que van a seguir evolucionando su BMW S 1000 RR, una moto que, aunque homologada para rodar por la calle, va dirigida a la más alta competición.
