Con el precio de las gasolinas y gasóleos desmadrado desde hace meses, y a pesar de que los precios del petróleo están lejos de sus máximos históricos, y también muy por debajo de la barrera de los 100 dólares el barril, no queda otra que pensar en ahorrar euros. Está claro que el valor en origen y lo que pagamos en el surtidor es muy diferente, tanto que vemos como hay variaciones de precios por “las mismas gasolinas” de 30 o 40 céntimos por litro, dependiendo de la gasolinera.
Lo primero de todo, hay que recordar que los precios de las gasolinas se dejaron de controlar a finales de la década de los noventa, ya que hasta ese momento estaban regulados por el propio Gobierno de España. Desde entonces el libre mercado es el que rige los precios finales, y parte de la variación de los precios depende de la competencia real que tengan las gasolineras.
Dicho esto, otra de las grandes dudas que surgen es si las gasolinas que podemos repostar en las gasolineras de toda la vida o en las lowcost, son las mismas. Y la respuesta es que sí pero que no. Primero analicemos el sí de que todas las gasolinas son las mismas.
Todas las gasolinas comercializadas en España salen de los CLH
Da igual dónde repostes que la base de las gasolinas que tenemos en España han pasado antes por los conocidos como CLH (Compañía Logística de Hidrocarburos), que a su vez es la empresa privada derivada de la pública CAMPSA (Compañía Arrendataria del Monopolio de Petróleos). A los puntos de almacenaje de CLH, que ahora ha cambiado su nombre a Exolum, llegaba el producto desde las refinerías españolas y desde ahí se distribuye a las empresas.
Depende de la región, esta tiene asignada un CLH que a su vez recibe las gasolinas desde la misma refinería. Es decir, en tu barrio puedes estar seguro que la base de la gasolina es 100% igual.
Pero ¿cuál es la base de la gasolina sin plomo? Pues una mezcla de hidrocarburos con Etanol a un 5 o 10%, la E5 o E10 que aparece es la que nos lo indica y luego están los aditivos. Y es ahí, en los aditivos, donde puede marcarse la diferencia y donde podemos decir que cada gasolina es diferente.
Una vez cada compañía, ya sea de las grandes cadenas o de las conocidas como “lowcost” tienen en su poder las gasolinas, añaden aditivos como antiespumantes, antioxidantes u otros que en teoría pueden mejorar el rendimiento, pero que al usuario final le costaría difícil de apreciar tal como han constatado diferentes organismos o asociaciones de consumidores.
Lo que hay que desmontar de una vez por todas es el falso mito de que a las gasolineras baratas se les lleva la gasolina del fondo del depósito del petroler,o o que un mecánico me ha dicho que la gasolina de la lowcost daña el motor.
No hay nada que lo demuestre y aunque tu moto puede averiarse tras repostar en una lowcost lo puede hacer también tras repostar en una gasolinera normal. De hecho ambas gasolineras comparten un enemigo común: las filtraciones de agua en sus depósitos. Pero eso es otro problema del que hablaremos en otro momento.
