Dejando de lado si existe o no un beneficio real a la hora de utilizar combustible de una marca u otra (no disponemos de la posibilidad de verificarlo de forma comparativa y objetiva), sí es cierto que los aditivos que se añaden a la gasolina cuentan con funciones que ayudan a mejorar elementos como la combustión, limpiar y lubricar inyectores, evitar la corrosión así como que el combustible se degrade con el tiempo.
Lo primero que debemos saber es que todo el combustible que llega a España lo hace a través de la compañía CLH. Estos cumplen con unos requisitos mínimos de calidad que han sido fijados, por lo que pueden ser usados directamente sin ningún tipo de añadido. Aunque desde hace más de 20 años, cada petrolera añade formulaciones específicas que mejoran algunos parámetros y, con ello, el rendimiento y durabilidad de los vehículos.
Estos aditivos son implementados en el momento en el que se descarga el combustible desde los depósitos de CLH al camión-cuba que lo llevará a las diferentes gasolineras. Y realmente es muy poco la cantidad que se añade, cifrado aproximadamente en un litro de aditivo por cada 10.000 litros de combustible. Eso representa solamente el 0,01% del total.

Deben diferenciarse los aditivos de almacenamiento y proceso de aquellos que tienen una relación directa en la calidad. De los primeros encontramos por ejemplo, anticorrosivos para evitar el deterioro de las tuberías y depósito de almacentamiento, antifricción que ayudan a que se necesite menos energía de las bombas para que el combustible fluya en los procesos de trasvase, fiscales para evitar el fraude (normalmente colorante que diferencia por ejemplo el gasóleo A del B o C) o aditivos que evitan la congelación del combustible en zonas donde la temperatura es baja por el invierno.
Incluso hay aditivos que mejoran la conductividad eléctrica, evitando la acumulación de energía estática y, por lo tanto, minimizando las posibilidades de que se produzcan cargas eléctricas que provoquen un chispazo y con ello un incendio.
Luego tenemos los aditivos de calidad, donde nos encontramos por ejemplo aquellos que mejoran el índice de cetano (mejorando la ignición y detonación) o aditivos que protegen, lubrican y limpian los inyectores, así como la bomba de combustible. Hay aditivos desemulsionantes, que evitan la formación de bacterias si hay presencia de agua. Estos trabajan estrechamente con los estabilizantes, que aumentan la vida útil del combustible sin que se deteriore o empiece a descomponerse en otros elementos. Por último, también cuenta con aditivos anticorrosivos, que protegen de oxidación elementos tan importantes como el depósito de combustible.