La homologación de un modelo de producción es un trámite obligado para los fabricantes que desean correr en el Mundial de SBK, y garantiza la igualdad de condiciones con las que trabajan todos los constructores, evitando que accedan al campeonato motos especiales, prácticamente prototipos, de reducida producción que no cumplen los requerimientos exigidos. En el pasado se dieron casos polémicos, como la presencia de las Petronas FP1, o las Benelli Tornado, a las que se permitió correr a pesar de no alcanzar el volumen de producción exigido, lo que suponía un agravio comparativo respecto a otros fabricantes.
Con la idea de hacer un campeonato lo más fiel posible al concepto de las carreras de producción, la comisión de SBK ha decidido modificar las exigencias de homologación, reduciendo las cifras y simplificando el proceso.
Los nuevos modelos a homologar en el Mundial de SBK, Supersport y Superstock requerirán ahora una producción mínima de 500 unidades, que deberán cumplir con el siguiente proceso de homologación: 125 unidades en la primera inspección; 250 unidades para la siguiente inspección al final del primer año de producción, hasta completar finalmente la cifra de 500 unidades en el segundo año de producción. Antes las cifras eran mucho más altas: la primera inspección también exigía 125 unidades, pero antes del 30 de junio tenían que producirse las primeras 500 unidades. Posteriormente se debía llegar a 1.000 unidades antes del 31 de diciembre del primer año, y alcanzar las 2.000 unidades antes del 31 de diciembre del segundo año.
Otra medida que se ha adoptado es permitir una homologación a mitad de la temporada, ya que hasta ahora la lista de motos homologadas se publicaba el 31 de enero, y no se permitía volver a homologar motos completas hasta el año siguiente, aunque sí se podían incorporar listados de piezas y evoluciones homologadas con posterioridad. Esto permitiría a Suzuki homologar en medio de la temporada de SBK su nueva GSX-R1000, que no se pondrá a la venta hasta mitad de 2016.
Las nuevas medidas adaptan las exigencias de la homologación de SBK a la realidad del mercado de las motos deportivas, que en los últimos años ha visto sensiblemente reducido el volumen de sus ventas.
