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Horice GP: una carrera tan bestia como el Tourist Trophy

Muros, calles, velocidad, riesgo... ¡y no es el TT!
Fotos: BMW
El mundo de la competición evolucionó para hacerlo en las mejores condiciones de seguridad posibles. Eso no impide que a día de hoy se sigan celebrando algunas carreras como el Horice GP en República Checa.

Las carreras urbanas son esa especie en riesgo de extinción que, contra todo pronóstico, siguen aguantando año tras año. Desde las primeras carreras en las que soñar con circuitos permanentes era poco más que atreverse a subir a la Luna hasta el día de hoy, en el que el ser humano va camino de Marte ha pasado mucho tiempo. Afortunadamente, en este siglo y pico la seguridad ha ido ganando enteros y creciendo a la par que lo hacían las prestaciones de las motos. Así pues, de aquellas máquinas, ya rápidas para las circunstancias de la época, contamos con auténticos misiles que superan con facilidad los 300 kilómetros por hora. Es por eso que los circuitos urbanos se fueron quedando pequeños en todos los sentidos y nacieron los permanentes.

Pero toda esta historia no quita para que, a día de hoy, sigamos disfrutando de las carreras urbanas o en carretera. Aunque muchas desaparecieron nos siguen quedando el Tourist Trophy, North West 200, UlsterGP… y el Horice GP. De este último es del que hemos venido a hablar porque si bien los tres primeros son bien conocidos, este último quizás no lo hayas oído mencionar nunca. Para poder situarnos hay que viajar hasta, casualmente, la localidad de Horice, situada al norte de la República Checa, muy cerca de la frontera con Polonia y no muy lejos de la frontera con Alemania. 

Ahora que ya sabemos donde está la localidad, hay que mencionar que su población es de 8.500 habitantes, así que hablamos de un pueblo pequeño que, sin embargo acoge una de las carreras del Campeonato Internacional de Road Racing. Además de ello, por si alguna vez se te ocurre visitarlo, que sepas que también cuenta con el Museo Checo de carreras en carretera. Pues bien, en sus calles y carreteras colindantes es donde se lleva a cabo una carrera que pone los pelos de punta. El circuito solamente tiene 5 kilómetros, mucho menos que el Ulster GP y sus 11,9 kilómetros, pero infinitamente más pequeño que el Mountain Course de la Isla de Man y sus más de 60.

Pero el tamaño no importa (al menos en esta ocasión) y es que a pesar de él las carreras son capaces de poner los pelos de punta. No falta de nada, rectas largas, curvas rápidas, chicanes, peraltes… y, por supuesto, casas, árboles, guardarraíles y todo lo que no puede faltar en una road race auténtica. Los vídeos que podemos ver no dejan lugar a duda de que, además, se va muy rápido. De hecho cuenta con la participación de equipos y pilotos punteros en las road races que compiten con las motos con las que se enfrentan a otras carreras más conocidas. Parece, incluso, que se guarden muy poquito bajo la manga. Eso sí, hay que reconocer que con lo que somos capaces de apreciar, al menos el asfalto parece en buen estado y no se escatima en balas de paja. Aun así, ¿te atreverías a correr allí?

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