Entre las diferentes «campañas» de control que periódicamente realiza la Guardia Civil de Tráfico por encargo de la DGT, a finales de enero tuvo lugar una de «mantenimiento del vehículo». Durante una semana se controlaron 164.602 vehículos de todo tipo: coches, furgonetas, camiones, autobuses y motos. En total, se pusieron 7.278 denuncias, es decir, que se multó a un 4 por ciento de los vehículos controlados entre el 20 y el 26 de enero pasados. Los fallos más graves obligaron a inmovilizar el vehículo al considerarlo un peligro para el resto del tráfico: eso ocurrió en 105 casos, fueron 46 coches, 13 furgonetas y nada menos que 37 camiones, pero ninguna moto. Hemos quedado, pues, bastante bien en este estudio.
Según la DGT el correcto mantenimiento es esencial para la seguridad, y no podemos estar más de acuerdo. Recordemos que la antigüedad del parque español es notable: la edad media de los vehículos que sufrieron en 2018 un accidente con víctimas mortales era de 13 años en coches, 14’6 camiones y 9’7 años en motos. La diferencia es que quien va en moto es más consciente de que se juega la vida si no lleva neumáticos o frenos en buen estado, además se juega «su» vida mientras que un vehículo pesado en mal estado está poniendo en riesgo en primer lugar las vidas de los demás. Eso explica en buena parte que en Francia o Portugal no sea obligatoria la ITV para las motos (sí así es).
Las deficiencias encontradas por los agentes de la Guardia Civil en estos controles han sido las habituales: ITV caducada o negativa la que más (3.574 denuncias). Luego está llevar neumáticos demasiado gastados o con la presión mal: 512 denuncias. Circular con luces en mal estado, otras 248 denuncias, y luego hubo casi 500 denuncias por no llevar la documentación obligatoria. En camiones y furgonetas hubo 157 denuncias por llevar demasiada carga (peso superior al máximo permitido) y otras 150 por llevar la carga mal sujeta.
