Teruel existe. Y a pesar de que no suele ser uno de los destinos turísticos preferidos en nuestro país, cuenta con una diversidad de paisajes, montañas y carreteras que merece mucho la pena conocer. Además, desde hace unos años cuentan con varias rutas específicas para moto que surgieron en los alrededores del circuito de MotorLand Aragón y que fueron apadrinadas por el piloto de MotoGP Álex Rins.
Paralelamente a esta iniciativa, en otras comarcas cercanas se propusieron dar a conocer su atractivo turístico y ahí nació “The Silent Route” o la Ruta del Silencio. Un serpenteante recorrido a través de la carretera A-1702 de 63 kilómetros que atraviesa grandes espacios naturales y que se ha hecho muy popular entre los que visitan la zona.
- Tracking The Silent Route: Google Maps
Al ser una ruta lineal, puedes iniciarla en la parte norte o sur. En mi caso la comencé desde la N-211, a la altura de La Venta de la Pintada, apenas a 50 kilómetros de Alcañiz y muy cerca de Gargallo. Un cartel te da la bienvenida a la ruta y te invita a dejar una pegatina de tu motoclub, algo que ya de por sí es muy habitual en muchos puntos obligados de peregrinación motera.
Lo que notas al iniciar el recorrido por The Silent Route es que su nombre no puede ser más acertado. El escaso tráfico y la tranquilidad de la zona te invita a tomarte el recorrido con calma, disfrutando del paisaje. La primera parada obligada está justo antes de llegar al pueblo de Ejulve. Allí te espera un enorme guante de moto representando el saludo motero universal, la “V” motera, donde la foto es obligada.
Nada más atravesar este pequeño pueblo, comienza un pequeño ascenso que lleva directamente al punto más fotografiado de toda la ruta, la famosa escultura de 4 metros del “Silencioso” un macho de cabra montés. Desde este mirador se puede ver el llamado “Sky line” del Alto Maestrazgo, un conjunto de montes y colinas.
A partir de aquí comienza la parte más divertida y sinuosa de toda la ruta. Empieza descendiendo por el puerto de Los Degollados, muy cerca del río Guadalope. Un precioso recorrido que se adentra en una zona boscosa con curvas de radio amplio y buena visibilidad hasta el mirador de los Órganos de Montoro, una espectacular pared de roca con formas que recuerdan los tubos de un órgano. De ahí continuamos hasta el desvío a Pitarque, que, aunque no forma parte del recorrido oficial, merece la pena hacerle una visita.
Y es que de camino a este pequeño pueblo, nos encontramos con una sucesión de túneles excavados directamente en la piedra. Si bien es cierto que la carretera es muy estrecha y está bastante rota, se puede acceder sin problemas con cualquier tipo de moto. Justo en la misma plaza del ayuntamiento aproveché para hacer una parada y comer algo, y es donde me di cuenta de la implicación que tienen los pueblos con la propia Silent Route. En el pequeño bar en el que estaba tenían a la venta regalos con su logotipo, y se interesaban por saber de dónde venías y cómo habías conocido esta ruta.
Una vez de nuevo en la carretera principal, el siguiente punto de interés de The Silent Route es Villarluengo, un precioso pueblo que cuelga sobre un barranco. Aquí la carretera se vuelve más estrecha y divertida, con unas vistas impresionantes a un lado y una gran pared de piedra al otro hasta llegar a Cañada de Benatanduz, otro pueblo con sus casas suspendidas sobre el barranco.
La última parada antes del final de The Silent Route se encuentra a pocos kilómetros, y se trata de un área de descanso con una llamativa reproducción del autobús que recorría esta carretera y que fue llamado “El Caimán” por los vecinos, ya que era de color verde y tenía un lagarto dibujado en la parte delantera. Y poco después nos encontramos con el final de esta “The Silent Route”, debidamente indicado con un cartel.
The Silent Route: A tener en cuenta
Dependiendo de la época del año en la que te decidas a hacer la ruta The Silent Route, podrías encontrarte con nieve. La proximidad de la estación de esquí de Valdelinares y la altura del terreno pueden hacer que disfrutes del paisaje teñido de blanco.
También debes ir siempre con un margen de seguridad a la hora de afrontar las curvas sin visibilidad, ya que durante mi recorrido me encontré con piedras que se desprendían de las paredes pegadas al asfalto. Por lo demás, merece mucho la pena tomarse esta ruta con mucha calma y parar a menudo en los diferentes miradores que te encuentras y disfrutar de las imponentes vistas que ofrece.
The Silent Route: nuestra moto elegida
Para hacer esta The Silent Route, he contado con la Voge 900 DSX. Una moto que está ahora mismo en boca de todos debido a su excelente relación calidad-precio. Y tras varios días con ella, lo entiendo perfectamente. Se trata de una Trail de orientación asfáltica, pero que no renuncia a escapadas por pistas de tierra gracias a su rueda delantera de 21”, sus llantas de radios y sus neumáticos Pirelli Scorpion Trail II.
En mi caso, el uso ha sido 100% asfalto, combinando tramos de autovía con carreteras de todo tipo. A pesar de ir con las maletas a tope de su capacidad, la moto se comporta de manera perfecta en todo momento. En autovía la protección es más que suficiente para ir cómodo, incluso bajo la lluvia. Además, poder usar gadgets como el control de velocidad hace que puedas conducir de manera bastante relajada.
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El comportamiento en carreteras convencionales ha sido perfecto. Esta Voge 900 DSX es muy ágil en las curvas, y contar con embrague antirrebote y quicksifter ayuda a mantener un ritmo alegre. Los 95 CV de potencia que ofrece el bicilíndrico desarrollado en conjunto con BMW son perfectamente dosificables para adaptarte a cualquier circunstancia y la moto empuja bien incluso a bajas revoluciones. Los frenos Brembo tienen buena mordida, aunque el tacto era un poco esponjoso para mi gusto.
En definitiva, se trata de un modelo equipado al máximo con modos de conducción (Rain, Road, Sport y Enduro), radar de proximidad con aviso luminoso en los espejos retrovisores, faros auxiliares antiniebla, puños y asiento calefactables, pantalla TFT con conexión Bluetooth al móvil y asistente de navegación… y todo ello por poco más de 9000 €, a los que sumar 898 € si quieres las dos maletas laterales y el top case trasero.