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Desayunar en Guadarrama, comer en Segovia

Fotos: Esther Flex
Una de las mejores rutas en los alrededores de Madrid, aunque es recomendable hacerla en verano. Sus puertos cubiertos de nieve y hielo en invierno te permiten ahora escaparte de la ciudad cuando los calores estivales aprietan y necesitas un respiro.

General

Escapar de la ciudad, uno de los principales motivos por los cuales muchos moteros se aficionan al mundo de las dos ruedas. La ruta de hoy está pensada para eso, poder abandonar la ciudad unos días pero al mismo tiempo nos permite disfrutar de unos de los trazados más sinuosos y divertidos que se pueden realizar en la península.

La sierra de Guadarrama, cuando pronunciéis estas palabras en los oídos de los moteros afincados en la zona centro, veréis como se dibuja en su rostro una sonrisa de complicidad. Puertos con asfaltos de calidad, carreteras estrechas y recorridos técnicos que ponen a prueba la habilidad de los experimentados y hacen desarrollar su capacidad a los noveles. Si además de esto, finalizas el recorrido disfrutando de la monumental pero íntima Segovia realizaréis la escapa motera perfecta.

Vistas del Valle desde la subida a La Morcuera

Madrugar es menos doloroso de lo normal cuando tienes una jornada como esta por delante. Desayunamos en Lozoya, municipio que da nombre al valle perteneciente a la Sierra de Guadarrama, el segundo más grande en extensión de la Sierra Norte de Madrid. Un inmejorable punto de partida, ya estás enclavado en la sierra y a unos 85 km de la ciudad de la cual pretendes huir. Salimos rumbo al primero de los puertos contemplando la plaza de su ayuntamiento y siento el aire serrano mientras bajamos la visera del casco, una delicia en verano y un sufrimiento en invierno. Aquí en el valle la temperatura media invernal es de 1 ºC, imaginaros en los puertos… Sí, definitivamente es una ruta para verano.

Situados en el Valle del Lozoya

Salimos con ritmo alegre por la M-604, enlazando las curvas con cuidado de no pasarnos el primero de los desvíos que nos llevará al Puerto de Canencia. Antes de llegar al pueblo de Canencia la subida no es muy pronunciada, no da inicialmente la sensación de lo que tienes por delante. El Puerto de Canencia es uno de mis favoritos de la zona y uno de los menos conocidos, repleto de paelleras que ponen a punto el valor de los más veteranos su entorno es único. Circulas cruzando un enorme pinar que la industria maderera de la zona tiene que respetar y no te abandona ni siquiera en la cumbre.

Aprovechas la bajada para, en la medida que el pilotaje te permite, disfrutar de las primeras vistas del valle en la zona sur de la sierra. Cuando llegas a Miraflores de la Sierra caes en la cuenta que pocos nombres de pueblos son tan acertados, literalmente a las faldas de la montaña se encuentra este municipio paraíso motero: de él parten los puertos y carreteras de los Puertos de Canencia y La Morcuera. Y sin descanso nos dirigimos hacia el segundo de ellos después de haber disfrutado del primero.

Mirador en el alto de Canencia

A diferencia de Canencia, en La Morcuera trazas las curvas con la montaña a un lado y el valle al otro tanto en la subida como en la bajada. Lo estrecho de la calzada le hace ser muy complicado. Tiene abundantes curvas ciegas, a derechas en la subida y a izquierdas en la bajada, que hacen tomar muchas precauciones. En concreto con los aficionados al ciclismo, es un gran trazado también para ellos y son tan madrugadores o más que nosotros. Aunque encima de la moto nos fastidie que un ciclista no moleste en una curva hay que entender que la carrera es de todos. Para otros menesteres ya están los circuitos, en la carretera prudencia ante todo. En la cima de la Morcuera merece la pena tomarse un momento de descanso, disfrutar del silencio del pinar y de sus casi 2000 metros de altura.

Alto de La Morcuera

Al final de la bajada se encuentra Rascafría en el mismo valle donde se encontraba Lozoya. Este pueblo serrano os permitirá disfrutar de alguna de las terrazas para tomar algo mientras veis un universo de modelos de motos pasar, es zona común motera y en tan solo unos minutos podréis ver más modelos que en el salón de la moto. Rascafría también os permite disfrutar del monasterio de Santa Marçía de El Paular, con obras de conservación cuando hice la ruta. En cualquier caso, es digno de para la moto y realizar una pequeña parada y contemplarlo, tanto por la construcción como del entorno donde está emplazado.

Vista del Valle del Lozoya desde la Morcuera)

Arrancamos nuevamente rumbo hacia el puerto de Cotos, la larga recta a la salida de Rascafría flanqueado de altos pinos es el último tramo sin rectas en muchos kilómetros. Cotos nos ofrece un autentico catálogo de curvas en un paraje natural inmejorable, unos 15 kilómetros salvando un desnivel de cerca de 1000 metros. Tiene un par de parkings para los amantes de la fotografía aunque mi sugerencia es rodar del tirón hasta Navacerrada.

Subida a Cotos

Continuamos enlazando curva tras curva en busca del cuarto y último puerto en nuestro recorrido a la parte mas oriental de la Sierra de Navacerrada que nos lleva al puerto del mismo nombre. El alto de Navacerrada está cubierto por la nieve la mayor parte del año y solo se decide a mostrarnos su vegetación en los meses de verano. La vista del valle desde sus 2.000 metros merece la pena.

Alto de Navacerrada

Casi sin descanso y aprovechando que el alto es la frontera provincial entre Madrid y Segovia nos dirigimos a La Granja de San Ildefonso. El descenso es vertiginoso y el asfalto de gran calidad, la pendiente que se salva es muy grande y hacia la mitad del recorrido nos encontramos con una secuencia de “paelleras” no aptas para cardiacos: “Las 7 revueltas”. Este tramo es muy conocido por y podéis creerme cuando os digo que su fama está justificada, se salva un desnivel de 630 m en tan solo 11 km.

Observar la pendiente de la carretera, esto es desnivel

El Real Sitio de San Ildefonso es parada obligada en la ruta, tanto para disfrutar del pertinente refrigerio como para realizar una visita cultural en un palacio tristemente conocido como “El pequeño Versalles”, y digo tristemente porque tiene historia y belleza como para tener identidad propia. Pese a haber realizado el descenso desde la sierra, las temperatura sigue siendo mucho mas bajas que en Madrid y la calma que nos transmite el entorno hace que nos alegremos nuevamente de elegir La Granja como punto de paso en la ruta.

Palacio de la Granja de San Ildefonso

El sol ya está muy arriba y toca el turno de pensar en buscar un lugar para llenar el depósito del motero, nos dirigimos entonces a Segovia donde la buena mesa y sus históricas maravillas nos esperan pasado el medio día. Punto final de una escapa de fin de semana perfecta, donde es sencillo disfrutar de la naturaleza, de la gastronomía, del carácter histórico de los pueblos que se recorren y de una serie de puertos donde disfrutar en cada curva, en cada tramo.

Llegada a Segovia

En detalle

Más datos de la ruta

Ver mapa más grande

Pese a no contar con muchos kilómetros de recorrido en la ruta de hoy se suben 4 puertos que requieren del piloto lo mejor de él. Para los más rápidos y en mejor forma os sugiero realizarla del tirón, realizando las mínimas paradas para avituallamiento.

Desde luego y pese a lo retorcido del terreno, la opción más turística no es despreciable. La sierra de Guadarrama mantiene un entono virgen en todo el trazado, con excepción de las estaciones de esquí y de los contados pueblos que se recorren en los valles, todo el trazado se realiza en parajes naturales y cuentas con numerosos miradores para disfrutar de las vistas.

Es importante elegir la época del año, es probable que en invierno encontréis tramos cerrados por nieve o con hielo en la calzada.

En verano todo está pintado de verde, pero en invierno el blanco prevalece

Calificando la ruta

Tramo 1: Lozoya – Rascafría. El tramo por la M-604 está en muy buen estado, no tanto la M-629 y M-611 que pese a no ser calificable como malo, hablamos de puertos de montaña puros sin arcén y muy estrechos. Especial atención a los animales en la calzada, es zona de cría de reses y no es descabellado que alguna este en la calzada. A mí me paso en el alto del Puerto de Canencia.

Tramo 2: Rascafría – Navacerrada. De vuelta a la M-604 y su asfalto en muy buenas condiciones. Aprovechar para ir pronto y evitar a los ciclistas.

Tramo3: Alto de Navacerrada – Segovia. Cambiamos de provincia pero no de calidad en las carreteras, tanto la CL-601 como SG-V-6124 están en un gran estado de conservación. El tramo de la bajada del puerto es digno de mención, con un asfalto oscuro y con mucha tracción.

Mucha prudencia con la reses en las subidas a los puertos de la ruta

¿Qué ver?

Acueducto y Segovia

El acueducto romano de Segovia está tan vinculado a la ciudad que resulta prácticamente imposible separar a ambos. Considerada la obra civil romana mas importante en España, situarse a sus pies y contemplar sus dimensiones, simplemente impresiona.

Pero no solo el acueducto es reseñable, visitar su alcázar o la catedral es imprescindible cuando visitas Segovia. Aunque simplemente por pasear por sus calles se ha de visitar esta bella y relativamente desconocida ciudad.

A los pies del acueducto

Valle del Lozoya y el monasterio de Santa María del Paular

Tanto el entorno como el monasterio en si merecen una parada en la ruta. En la actualidad los monjes siguen ocupando una parte del monasterio pero el palacio se ha reconvertido en un hotel y os recomiendo tomar algo en el claustro, donde en verano suelen colocar una terraza.

Real Sitio de San Ildefonso

Palacio Real y jardines, todo ello visitable, nos dan una buena referencia de la España de Felipe V. Los amantes de la arquitectura están de enhorabuena en esta ruta.

La Granja de San Ildefonso

Sierra de Guadarrama

Protagonista implícita de la ruta, parajes arbolados y grandes valles. Los puertos de montaña, las estaciones de esquí y carreteras en muy buen estado que la convierten en uno de los destinos predilectos de los moteros madrileños.

La belleza verde de la Sierra de Guadarrama, protagonista de la ruta

El descanso del motero

Dónde dormir

Si vais en grupo encontrares alojamiento rural entorno a La Granja de San Ildefonso o acudir al el camping de Segovia, que ademas cuenta con numerosos hoteles y hostales. También tendréis la posibilidad de ir a los Paradores de La Granja o Segovia. Incluso tenéis la posibilidad de dormir en el hotel Santa María del Paular, en el mismo recinto que el monasterio.

Difícil elegir entre alguna residencia rural o la oferta  de Segovia

Dónde comer

Cándido es un imprescindible para comer en Segovia, tanto es así que parece que si nos has estado allí, no has estado en la ciudad. Difícil tener mesa sin reserva el fin de semana pero lo cierto es que la experiencia merece la pena. Tal vez resulte demasiado turístico pero no está exento de encanto.

Mesón Cándido

En cualquier caso hay multitud de opciones gastronómicas dentro de la ciudad para degustar los platos más típicos: setas a la segoviana, judiones de la granja, cabrito, ponche segoviano, pimientos rellenos. Por supuesto, mención especial para los revueltos de la casa y las alcachofas con jamón.

Obligado cochinillo, no os defraudará

Bmw K 1600 GT

Desde luego, esta BMW eleva el concepto gran turismo a otro nivel. Sin duda es la GT de referencia en el mercado, por encima de otros modelos de la propia marca, que ya es decir.

Pese al inacabable catalogo de extras: puños y asientos calefactables, pantalla regulable electrónicamente, equipo de audio integrado, cierre centralizado, suspensiones ajustables “en marcha”, mapas de potencia, control de tracción, control de crucero… lo mejor de la moto está en lo que no se ve, un comportamiento motor increíble. Lleno de potencia en todo momento, sin baches con unos consumos ridículos teniendo en cuenta sus dimensiones y una ausencia total de vibraciones.

En marcha se siente sorprendentemente ligera y el acelerador eléctrico la hace más fácil de llevar de lo que parece pese a su peso y dimensiones. El paso de los kilómetros no pasa factura al piloto y tanto el confort como calidad de marcha es insuperable.

Espero que esta no haya sido mi última ruta con ella, porque me resulta difícil expresar lo positivamente que me ha sorprendido y lo mucho que he disfrutado a sus mandos.

La K 1600 GT, moto perfecta en ruta

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