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Manifestaciones en Madrid y Barcelona: el día después

Fotos: JMªA
El día 2 en Barcelona y el 16 en Madrid hemos vivido dos nutridas manifestaciones a favor del uso de la moto en las ciudades y reclamando más atención a nuestras necesidades y seguridad. Pero ¿de verdad han sido un éxito completo? Queda por ver qué habremos conseguido y a quiénes echamos de menos.

Unas 5.000 motos en Barcelona y 7.000 en Madrid, esas son las cifras que nos dejan dos domingos de manifestaciones moteras en diciembre (día 2 en la primera y día 16 la segunda). Es pronto para saber qué consecuencias puedan tener estas manifestaciones, aunque por lo menos se ha conseguido movilizar a la gente y tanto el Ayuntamiento de Barcelona como el de Madrid ya han expresado su voluntad de reunirse con el colectivo para atender nuestras demandas. Es un (necesario) primer paso, ojalá que desemboque en medidas concretas a nuestro favor. Pese a ese éxito de participación no quería dedicar esta columna a la autocomplaciencia sino a todo lo contrario, a repasar con ojo crítico algunos aspectos de las manifestaciones.

Para empezar, la acogida de los ciudadanos. Durante el recorrido por las calles de Madrid (y sospecho que algo parecido debió ser Barcelona), quienes presenciaron nuestra marcha nos aplaudían y saludaban. Pero no sabían qué hacíamos ahí. Algunas personas me preguntaron directamente, cuando hice alguna parada para hacer fotos, “¿por qué desfiláis?” y les explique que no era un desfile sino una manifestación (creían que estábamos de fiesta). Les expliqué que nos preocupa nuestra seguridad y queremos medidas favorables porque contribuimos a la fluidez del tráfico en contra de la contaminación. A todos les pareció bien, pero algunos se sorprendieron de que no parecíamos “cabreados” como otros manifestantes. Hay otros ejemplos, pero la paralización de Madrid realizada hace poco por los taxistas (aunque esté fuera de nuestro alcance) es todo un ejemplo de cómo una movilización consigue resultados.

Muchas motos, pero pocas personas se enteraron o sabían por qué protestábamos… ¡Creían que estábamos de fiesta!

Manifestación Madrid en moto sí

Luego, y relacionado con esto, está la repercusión en los medios: casi nula. La única noticia relacionada con Madrid y las motos del fin de semana en los periódicos nacionales es un (lamentable) atropello en el que un anciano resultó herido muy grave y la moto se dio a la fuga. En televisión, nada de nada salvo la (bastante correcta) cobertura de Telemadrid . En algún medio el protagonismo se lo llevó no las motos sino el representante de la oposición al Ayuntamiento (PP), que estuvo en la manifestación apoyándonos (bien) aunque alguna afirmación suya dejó que desear: la peligrosa separación del carril bus ¡la instalaron ellos!.

Estas cosas (repercusión en el público y los medios) ya me dejan un sabor agridulce. Pero hay algo más preocupante todavía: fuimos miles tanto en Barcelona como en Madrid, pero… ¿quiénes éramos? ¿dónde estaban algunos grandes afectados por las nuevas medidas de limitación? Me refiero a los “usuarios” de motos, sobre todo scooter 125, que son la mayoría del tráfico urbano. Uso la palabra “usuario” porque muchos no son ni se consideran a sí mismos “moteros”, lo cual no me parece mal, al contrario: gracias a ellos (miles) todos nos hemos beneficiado (mejores seguros entre otras cosas). Pero serán ellos quienes se encontrarán con calles cerradas, sin lugares donde aparcar su scooter, etcétera. Los que nos manifestamos éramos en mayoría “moteros”, no precisamente del frente de juventudes ni con motos pequeñas. Si cierran Madrid o Barcelona nos fastidiará, pero seguiremos usando la moto el fin de semana o para ir a los alrededores.

Los que nos manifestamos éramos moteros más o menos veteranos con motos grandes: se echó de menos más scooter 125.

Manifestación Madrid en moto sí

¿Por qué no estaban esos “usuarios”? Pues me temo que porque los canales de comunicación que hemos usado eran muy “de la familia”. La familia motera. Esa familia que a los usuarios de scooter 125 les es ajena aunque también se muevan sobre dos ruedas, también se caigan cuando el asfalto está mal, tampoco les “vean” los coches, etcétera. ¿Cómo podríamos llegar a ese colectivo? Del mismo modo que podríamos tener más repercusión en los medios: con más recursos. Y aquí entra a quien de verdad eché de menos en las manifestaciones. Las marcas.

La posición oficial de ANESDOR (la patronal de fabricantes e importadores) es “política” o sea priorizar la negociación y evitar conflictos. Seguramente a toro pasado, viendo que las dos manifestaciones han sido un éxito de convocatoria y de desarrollo (sin incidentes), las marcas se arrepienten de no haberse implicado más. Aquí rompo una lanza en favor de la única excepción: Triumph en Madrid, bravo. Pero los organizadores de estas manifestaciones lo hacen por puro amor al arte: sin dinero, la única forma de comunicarlo es el boca a boca o las redes sociales. Pero así no se llega a ese colectivo (scooter 125) tan numeroso y afectado… pero “ajeno”.

Las marcas sí podrían llegar a ellos. No pienso (tanto) en publicidad en medios generalistas (que algo también), sino más bien en información en tiendas y talleres, en folletos para repartir en motos aparcadas, en una buena campaña vaya. En el pasado hubo manifestaciones contra algunas medidas (el impuesto al CO2 por ejemplo) en las que las marcas sí participaron. Quizás sea hora de sentarse para preparar un nuevo plan de “ataque”.

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