Durante la temporada 2022 hemos visto varias situaciones en las que, hablando de MotoGP, Dirección de Carrera ha tomado decisiones poco contundentes ante acciones que merecían un severo castigo. También hemos visto incluso como han dejado pasar accidentes múltiples en las salidas que, antaño, hubieran dejado al piloto en casa por un par de Grandes Premios. Una situación que también se está viviendo en otras categorías y todo ello después del “invento” del carnet por puntos o las long-lap penalty que buscaban, precisamente traer justicia ante situaciones de este tipo.
¿Recuerdas cuando Marc Márquez tiró a Simone Corsi en Cheste durante los libres? Era 2012 y español tuvo que salir último en carrera en Moto2, aunque acabó ganando. Fue una sanción contundente y con un mensaje claro. Pero luego, con el tiempo hemos ido viendo como las sanciones pasaban a ser tibias y, como decíamos antes, solamente este año y solamente en MotoGP lo hemos visto varias veces a pesar de que no es solamente un problema de la categoría o el campeonato. Más bien puede tener algo que ver en cómo se toman las decisiones.
Este mismo fin de semana y en otro campeonato, el WSBK, hemos visto una de esas acciones que si hubieran sucedido en MotoGP todo el mundo estaría quemando teclado durante semanas para expresar sus opiniones. Rea tiró a Bautista en una acción en la que el británico midió tremendamente mal sus opciones y se llevó por delante al español que no pudo hacer nada. Dejando de lado la polémica de que Rea lo había hecho a propósito, algo que solamente es comprensible en el fragor del momento por los implicados, la realidad es que a Jonathan le cayó un simple “long-lap” mientras que Álvaro, además del golpe se quedaba fuera de carrera.
Es inconcebible que la sanción por tirar a otro piloto o llevarlo a la grava, aunque sea de manera involuntaria, tenga la misma repercusión que pisar la zona verde durante cinco veces en una carrera. No entra dentro de la lógica que golpear a un rival sea igual de grave que esperar rueda en un entrenamiento. ¿Te imaginas que en la carretera ir a 200 o adelantar en contínua se sancionase igual que haber tocado el claxon sin motivo? El principio de la justicia es que la pena debe estar a la altura del daño infligido.
Lógicamente no vamos a pedir que un piloto que tira a otro pase por una zona donde una máquina salga y le de un golpe al estilo Jackass que acabe en el suelo, pero perder 3 segundos (en el mejor de los casos) por la acción es, simple y llanamente, salir impune de ella. Para situaciones así, como poco, se debe recuperar el “drive-thru”, una pasada por la calle de boxes en la que se va a perder cerca de 20 segundos. Y de ahí para arriba, porque no es concebible que en Misano Brad Binder acabase con la carrera de tres pilotos en la primera vuelta (Pol Espargaró, Johann Zarco y Michele Pirro) y ni tan siquiera fuera apercibido por ello, como Nakagami en Montmeló con Rins y Bagnaia. Y esta es la segunda parte, la volatilidad e inconsistencia de las decisiones.
Yo he podido conocer cómo funciona una sala de control de carrera y ver cómo actúa Dirección de Carrera, pero no era ninguno de los dos grandes mundiales. No quiero pensar que este tipo de acciones (inacciones) en realidad pueden tener un interés oculto para que se generen polémicas y se hable de ello, pero sería muy doloroso anteponer el espectáculo a la seguridad. Ya sabemos que ha habido “toques” a los pilotos por el buen ambiente entre ellos, porque los fanatismos venden. Eso es muy triste y una falta de respeto al propio espíritu del deporte donde antes de ser rivales, son compañeros. Perder eso de vista es un error que el motociclismo no se puede permitir.