Todavía recuerdo perfectamente la primera vez que fui hasta MotorLand Aragón. Ya conocía detalles de la pista gracias a lo que me habían contado Kenny Noyes y Joan Olivé que habían estado probando sus PromoHarris allí en pretemporada. Después de llegar a Zaragoza y bordearla me dirigía allí solo, en pleno mes de julio y, de repente, me encontré en una llanura sin cobertura en el móvil, sin cruzarme con coches y con un calor abrasador. Los primeros en hacer de conejillos de indias fuimos los del FIM CEV. Después de una hora de secundarias por una zona casi desértica y de encontrarme “La Estanca” llegué hasta un circuito que entonces estaba a medio construir según el proyecto ¡quién nos iba a decir que 10 años después estaría igual! Apagué el aire acondicionado, (ya tenía cobertura) bajé del coche y me topé de bruces con un calor tremendo y con humedad, mucha humedad, demasiada para estar en medio de una zona aparentemente árida.
Si solo hubiera estado allí aquella vez, mi recuerdo de MotorLand y Alcañiz sería el de poco más o menos que un infierno. Pero no fue así y durante todos estos años he tenido la oportunidad de ir conociendo no solo MotorLand sino Alcañiz, los pueblos de alrededor y la gente de la zona. De verdad que si con algo me quedo es con la gente que he conocido en todo este tiempo. Por norma general son amables, atentos, abiertos, tienen un sentido del humor de la leche… He de decir que he hecho algunos buenos amigos en la zona, pero sobre todo con la sensación de que allí siempre eres bienvenido.

Pero volvamos a MotorLand, he ido regresando con las carreras del FIM CEV y el ESBK pero, sobre todo, hubo una época en la que pasaba allí más tiempo que fue cuando Kenny Noyes montó el Noyes Camp. Avanzamos en el tiempo hasta el invierno de 2012, febrero. Kenny ya tenía las Ninja 250 y “necesitaba” probarlas. Una excusa como cualquiera para subir hasta allí y descubrir el frío que hace. Pocas veces me lo he pasado tan bien como aquél sábado en el que mi hermano y yo madrugamos, nos hicimos un Pedrezuela-Alcañiz del tirón, rodamos todo el día con Kenny y Héctor (su socio en aquel momento) y nos volvimos a casa cuando cayó el sol. Ahora ya sabía que aquella tierra era una tierra de extremos en lo que a climatología se refería. Siguió pasando el tiempo y unos meses después llegaron las indestructibles KLX 140 al Camp. Otra llamada, esta vez en pleno mes de julio para rodar las “motillos”. De aquél fin de semana recuerdo muchas cosas, grandes momentos y una ruta con aquellas motos por los montes de alrededor donde descubrí que ni con una moto de mi tamaño estoy capacitado para el enduro, pero ya me terminó de quedar claro que hasta en julio al raso por la noche no hace nada de calor pero que a las 14:00 no hay quien pare.

Por aquél entonces ya sabía perfectamente que en Alcañiz cuando hace frío hace frío y que no hay dónde esconderse. Pero entonces, por no alargarme con las mil anécdotas que tengo allí, llegó el Ditr Track Festival de 2013, un evento en el que venían “dirt trackers” de media Europa durante varios días y en la que el sábado había carreras en el óvalo con motos grandes y también con las 140. El caso es que diciembre, en el campo y de noche, pues hacía un frío que no te puedes imaginar. Los españolitos estábamos bien abrigados, con nuestros gorros, guantes, chalecos… todo era poco para mitigar el frío. Además de eso, en la carpa que habían montado había una gran estufa. Fue entonces cuando vi una de esas imágenes que se quedan grabadas a fuego. Mientras yo buscaba el reconfortante calor me encontré a un inglés en pantalones cortos, chanclas y camiseta. Y no, el tío no es que no tuviera frío, es que como venía a España y España es “paela”, sangría y calor ¡sólo había echado en la maleta ropa de verano! Pero es que era diciembre y a las seis de la tarde ya helaba. La última carrera (sobre las ocho) la corrí con un abrigo de neopreno y las manos congeladas… Así que a lo que vamos, si yo, un tío cualquiera que ha estado en MotorLand unas cuantas veces sabe que hace un frío de narices, ¿a qué se debe todo lo que vimos este fin de semana? ¿Nadie en el campeonato sabía lo que se iban a encontrar allí? ¿Por qué dejaron que los pilotos se jugasen el pescuezo el viernes? ¿Por qué los fabricantes de neumáticos no estaban preparados? ¿Por qué se puso el horario original? Entiendo que cuadrar un campeonato como el de este año es un trabajo casi imposible, pero si no quedaba más remedio que correr en MotorLand en estas fechas, todo esto debía haberse tenido en cuenta de antemano. Al fin y al cabo, que un guiri solo meta ropa de verano en su maleta es su problema, pero hacer salir a los pilotos en condiciones así de delicadas son palabras mayores.