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Caerse en moto: ocurre, pero no es para tanto…

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A muchas personas les gustaría comprarse una moto y dejar el coche en casa, pero a casi todas les echa atrás la aparente falta de seguridad de las motos. Como sabemos quienes llevamos muchos años sobre dos ruedas, no es para tanto.

Según algunas encuestas, más del 60 por ciento de personas que se mueven a diario en otro tipo de transporte (coche, metro o bus, a pie) confiesan que les gustaría ir en moto. Conocen las ventajas de las motos, les gustan, y quisieran tener una. ¿Por qué no dan el paso? Pues según esas mismas encuestas, más del 70 por ciento desvela que es por miedo a hacerse daño.

Las motos parecen inseguras y cada vez vivimos en una sociedad más proteccionista, donde evitar cualquier posible daño a veces es demasiado obsesivo (y no entraré en cómo son algunos padres con sus hijos). De hecho, incluso las campañas que deben servir para mejorar nuestra seguridad, mostrándonos como frágiles antes otros conductores, al final tienen su parte negativa por ello. Sí, dos de cada tres accidentes entre una moto y otro vehículo lo provoca el otro (la moto es inocente o víctima), pero al final el que aparece en el anuncio como “de cristal” es el motorista, y para que se vea que es de cristal… se tiene que romper.

La mayoría de caídas en moto son tan leves que ni existen en las estadísticas. Te levantas y sigues.

El asunto es que, en realidad, no somos tan fáciles de romper. La gran mayoría de caídas en moto suelen ser leves o muy leves. Tanto, que en esos casos no hay ni atestado, ni declaración de daños, ni nada, y por eso no existen en las estadísticas. Tal como te has caído, te levantas, levantas la moto, y maldices lo que te ha provocado esa caída. Una mancha de aceite, algo de pintura, arenilla en el asfalto… o tu propia torpeza, que también nos ha pasado a todos. Son caídas en parado o a baja velocidad, incluso a veces a no tan baja velocidad pero sin consecuencias más allá de unos plásticos arañados o alguna maneta doblada. ¿Sería mejor que nunca pasara? Quizás sí… o quizás no, y sirve de aviso para ser conscientes de que, con más velocidad o peor suerte, la cosa podría ser más seria.

La mayoría de caídas en moto son inofensivas

Las propias cifras de las aseguradoras lo dejan ver, y copio aquí una frase de su informe sobre lesiones en accidentes de motos: ”pese a existir la idea de que las lesiones que sufren los motoristas siempre son de elevada gravedad, lo cierto es que el perfil de lesiones de los motoristas, como es lógico, presenta una distribución en la que la mayor parte de los daños sufridos son de cierta levedad”. No es sólo una opinión, sus propias cifras llevan a esa conclusión. Cuando en un accidente de moto hay daños y posteriores secuelas, en el 90 por ciento de los casos éstas son leves: hasta 3 puntos, que pueden ser por ejemplo debidos a una cicatriz. Y hasta el 70 por ciento son muy leves, un solo punto en las tablas de indemnizaciones.

En coche el disgusto equivalente suele ser un arañazo, un parachoques descolocado o algo de chapa doblada. Menos físico y más psicológico porque a nadie le gusta tener el coche arañado, incluso puede provocar una discusión doméstica. La caída leve en moto, en cambio, suele quedar entre tú y quien estuviera allí si es que había alguien. Pero los golpes serios, en coche, tampoco son precisamente inofensivos. Es más, a partir de cierta velocidad, siempre he dicho y lo mantengo que prefiero caerme en moto (sí, incluso en carretera) que tener un accidente en coche. En moto, si resbalas y no tienes mala suerte (y vas bien equipado), puede que no te hagas gran cosa. En coche es fácil quedarse atrapado entre el amasijo de hierros… y hasta ahí quiero leer.

Prefiero caerme rápido en moto que tener un accidente fuerte en coche: sólo puedes salir indemne de lo primero.

¿Significa todo esto que no hay que tener cuidado? Está claro que sí hay que tener cuidado en moto. Si la mayoría de caídas no tienen consecuencias físicas, o éstas son leves, es en buena parte gracias a llevar buen equipamiento, a estar bien protegidos. Seguramente tú que me lees ya lo sabes, te has caído unas cuantas veces y te has levantado sin más que algún cardenal. Lo importante es que el resto de las personas, todos esos que no dan el paso de ir en moto por miedo a hacerse daño, lo sepan también.

Que sí, que en moto te puedes caer, pero que en general no es para tanto.

La mayoría de caídas en moto son inofensivas

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