De la Royal Enfield Himalayan hemos visto ya más de una preparación interesante: versión scrambler, con un motor sobrealimentado mediante turbo, con aspecto Dakariano, neo-retro apocalíptico, en versión competición, etc. Un montón de variaciones para una moto modesta, honesta y que te puede dar mucha diversión pidiendo muy poco como vimos durante su prueba.
Pero siempre hay alguien que quiere más. En este caso, algo más de potencia. Por ello el autor del siguiente vídeo cogió un viejo motor de una Suzuki GS400E (como la eterna GS500E tan conocida, pero con menos cilindrada), e hizo un trasplante sin anestesia. El resultado no podría haber sido mejor, pues incluso parece una moto de fábrica.
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Para saber más: Prueba Royal Enfield Himalayan 2021
El motor de dos cilindros refrigerado por aire, junto con sus 39 CV, están ahora en el interior del chasis de la Royal Enfield Himalayan. La conversión no ha sido difícil, poco más que rehacer los diferentes soportes para el nuevo bilicíndrico así como colocar los anclajes del segundo escape, con lo que sale uno por cada lado. En este caso se ha optado por hacerlo así aunque la GS400R original tenía uno del tipo 2-1.
La ganancia total de potencia es de 15 CV, sin que haya aumentado la cilindrada. A pesar de que se trata de un motor antiguo y de carburación (dos Mikuni de 36 mm), el equilibrado del bicilíndrico en paralelo de la Suzuki tiene un comportamiento más refinado y con menos vibraciones que el monocilíndrico de origen. Hay también un aumento de las prestaciones, con cruceros mantenidos de 140 km/h sin que ello suponga una fatiga para la mecánica.

Eso sí, el aumento de prestaciones manteniendo el equipo de suspensiones de origen y, sobre todo el de frenos, no parece la mejor solución. Puede que ahora necesite un poco más de potencia, no para un uso fuera del asfalto pero sí cuando circulamos por encima de la velocidad que es capaz de desarrollar una Royal Enfield de serie. Es habitual en preparaciones «caseras», buscar siempre más potencia pero olvidarse que es más importante poder frenar que correr.
Aun así, el trabajo nos parece perfecto, consiguiendo dar ese puntito extra que a muchos les gustaría ver en la Royal Enfield Himalayan, y que la equiparía con otras trail de 300 o 350 cc.