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Una nueva moto-cámara llevada por pilotos del BSB, el secreto de Misión Imposible Fallout

Fotos: MCN
En un mundo en el que las imágenes generadas por ordenador (CGI) para la escenas de acción de las películas son el pan nuestro de cada día, se agradece que todavía algunas productoras decidan utilizar técnicas tradicionales. Gracias a una nueva moto-cámara llevada por pilotos de BSB se han podido rodar las escenas de 'Misión Imposible Fallout'.

Detrás de una persecución en la gran pantalla hay muchas horas de preparación, pilotos expertos, dobles para cuando el protagonista no quiere/puede/sabe hacer la escena y una gran labor por parte de todos los que trabajan detrás de las cámaras. Todo ello ha cobrado especial importancia en los últimos años dado que las imágenes generadas por ordenador facilitan enormemente la tarea y además reducen costes.

Es por ello que se agradece cuando películas como Mad Max Fury Road, Blade Runner 2049 o las franquicias de Fast & Furious o Misión Imposible recurren a técnicas tradicionales para rodar las escenas: camara-car, maquetas a escala, especialistas, etc; y reducen a la mínima expresión el trabajo con unos y ceros.

En el caso de la sexta entrega, Misión Imposible Fallout, el punto álgido de la acción se encuentra en la persecución protagonizada por Tom Cruise a lomos de una BMW R nineT por las calles del centro de París. Cuando estaban rodando la película, ya pudimos ver como el actor americano no se amedrenta a la hora de realizar sus propias escenas de acción sobre las motos, algo que siempre es de agradecer sobre todo por amantes de las dos ruedas como nosotros. En el trailer podéis ver algunos momentos de la persecución:

Nuestros compañeros de MCN han publicado un interesante artículo desvelando el trabajo realzado detrás de las cámaras para conseguir realizar esta escena. Todo ello ha sido posible gracias a un especialista y ex piloto del BSB y Supersport, Kieran Clarke, quien tras tener que abandonar las carreras por una lesión se dedica a hacer de doble así como asesorar en grabaciones en las que es necesario el uso de motocicletas.

Clarke ya trabajó junto a Tom Cruise en la quinta entrega de Misión Imposible, Rouge Nation, aunque en aquella ocasión, tuvieron que hacer frente a las limitaciones en cuanto a la grabación desde una motocicleta: vibraciones derivadas del motor, tiempo necesario para cambiar las posiciones de la cámara, riesgo durante la conducción, grabación de sonido, etc.

Por ello el equipo capitaneado por Kieran Clarke empezó a trabajar en una nueva generación de moto-cámara que pudiese hacer frente a todos estos problemas. Eligieron en primer lugar una moto eléctrica, una Zero DSR con el que eliminaban el problema de las vibraciones y lo que es más importante, permitía grabar al mismo tiempo el sonido de la acción sin que se este se viese enturbiado por el de la moto que grababa.

La Zero DSR fue preparada con suspensiones K-Tech como las usadas en Moto3 así como neumáticos de agua de carreras, que permite un gran agarre sin importar la temperatura. Incorpora además una nueva carrocería de fibra de carbono que aligera el peso, necesario si tenemos en cuenta que todo el soporte de las diferentes cámaras supera los 50 kilos de peso y tiene un coste de casi 70.000 euros.

Este innovador sistema cuenta con un accionamiento electrohidráulico que permite cambiar la altura de la cámara o su posición, rotando esta incluso si es necesario desde un conjunto de botones ubicados en el manillar. Al igual que la moto, se trata de un sistema extremadamente silencioso por lo que no interfiere en el sonido capturado durante la acción.

A lomos de esta moto-cámara tan especial no pusieron a cualquiera sino a dos pilotos de la talla de James Ellison y James Rispoli. Para Kieran Clarke la elección era clara ya que desde un principio sabía que se necesitaba a gente que supiese lo que estaba haciendo, sobre todo para llevar una moto de unas características tan especiales.

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