Aunque parezca mentira, la próxima primavera se cumplirán veinte años desde que Barry Sheene nos dejó físicamente. Pero si algo tienen los grandes mitos es que su recuerdo permanece, y aunque no podamos seguir contando con su presencia, su leyenda se engrandece más y todo lo que le rodeó en vida pasa a ser algo excepcional. Precisamente esto es lo que pasa con uno de los vehículos que fueron propiedad de Barry, un Suzuki Jimmy.
Si no estás muy al día del mundo de las cuatro ruedas, el Suzuki Jimmy era y es un modesto todoterreno que llegó a los mercados a finales de la década de los 60, concretamente en 1968. Ha tenido varias evoluciones, pero la primera estuvo vigente desde su lanzamiento hasta 1980. Aunque la primera versión no llegó a Europa con más potencia y mejores características hasta 1978.
Es, precisamente esta, el denomidado como LJ80R, el que Barry recibió en 1979 de parte de Suzuki y que el piloto usó hasta 1987 cuando emigró a Australia. Aunque la trayectoria de Sheene estuvo ligada en determinados momentos a diferentes marcas como Kreidler, Yamaha, Derbi o Bultaco, la relación con Suzuki fue la más fructífera logrando los títulos de 500 en 1976 y 1977. Luego pasó a Yamaha antes de regresar a Suzuki, con quien cerró su carrera deportiva tras recuperarse del gravísimo accidente de 1981 en Silverstone.
Pero volviendo al coche, Sheene lo estuvo utilizando, aunque como se puede ver ese no es su principal rasgo y es que es un coche totalmente personalizado con los colores y el inconfundible número siete. En cuanto al motor y las prestaciones del vehículo, lógicamente no son lo importante en este caso, pero hablamos de un motor que solamente cubicaba 800 y entregaba una discreta potencia de 42 CV cuando era nuevo. Eso sí, cuenta con tracción a las cuatro ruedas y tiene fama de ser un vehículo robusto y duradero.
Muestra de esto último es el estado en el que se encuentra después de tanto tiempo, y es que desde que Sheene lo vendiera ha pasado por diferentes manos. La primera fue la de Ian Catford, que restauró el coche para devolverlo a su configuración original, ya que al parecer, después de la entrega a Sheene la decoración varió. Después pasó también por manos de otros propietarios que lo han tenido de exposición durante años hasta que en 2013 pasó a ser subastado, y conseguido por su actual dueño que ahora lo vuelve a poner a subasta.
El vehículo actualmente cuenta con ITV y todo lo necesario para poder circular de manera legal. Además, se aportan facturas, antiguas licencias que reflejan que era propiedad de Sheene y también con fotos de la época. Eso sí, la guía de precios indica que el valor que alcanzará estará entre las 20.000 y 30.000 libras cuando se subaste el 12 de noviembre. Con el cambio actual serán entre 23.000 y 35.000 euros, aunque de aquí a un mes puede que el cambio sea muy diferente. En cualquier caso se trata de un gran objeto de coleccionista y un pedazo de la historia de las dos ruedas aunque, en este caso, tenga cuatro.