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Prueba Kawasaki Versys 1000 SE 2019: maxitrail elevada a gran turismo

La Kawasaki Versys 1000 SE cuesta 17.699 €
Fotos: Javier Ortega
La Versys 1000 SE, versión tope de gama del modelo dotada de un mayor equipamiento, se posiciona en el mercado como la gran turismo actual de Kawasaki, la tercera generación del modelo trail-viajero que hace del confort y el control absoluto sus argumentos más sólidos.

En los últimos tiempos se habla de motos trail para el asfalto, de trail asfálticas e incluso de motos SUV, tomando la referencia del mundo automovilístico para definir mejor su uso. Esta Versys 1000 SE podría encuadrarse perfectamente en ese segmento; sin embargo, para precisar con más exactitud qué es lo que ofrece y sobre todo a quién va dirigida, diremos que es una moto de carretera con la posición y la apariencia de una trail.

Esta versión SE incluye un equipamiento de lujo del que carece su hermana estándar, como la suspensión electrónica (KECS), cuádruple modo de conducción (deportivo, carretera, lluvia y manual), cambio semiautomático (para subir/bajar marchas), ABS/control de tracción en curva, faros cuneteros LED, conectividad smartphone, control de velocidad, cubremanetas, parabrisas alto y pintura especial.

El manillar, ancho, incluso para la categoría trail, y elevado sobre sus torretas, no solo nos coloca las manos en una posición de dominio, sino que además nos deja los brazos en una postura cómoda y natural, relajada y presta para el gran viaje. El trasero se aposenta en el mismo centro de la moto, para ajustar con precisión cada balanceo, cada inclinada sobre los virajes. En cuanto a los pies, quedan igualmente en el punto medio de la moto, rematando esa sensación de dominio absoluto sobre el considerable volumen que mueve esta Versys 1000 SE.

En Marcha

Si buscamos un sustantivo que contenga el mayor número de sensaciones que transmite esta maxitrail  en marcha, escogeremos sin duda el de suavidad. Sí, una suavidad que transmite, no solo el tacto eléctrico de un motor que envía las vibraciones al planeta de la ciencia ficción, sino también una entrega progresiva y predecible de sus 120 CV, en cualquiera de sus modos de conducción, con los matices particulares que comporta cada uno de ellos. Por otra parte, el impulso que imprime el tetracilíndrico desde muy abajo (102 Nm a 7.500) se siente tan poderoso como el empuje de un ascensor, y sus 1.043 cc nos pueden resultar con el efecto de un motor más grande, como el propio de su hermano, el de la GTR y ZZR 1400, ya desaparecidas de catálogo Kawasaki.

Desde luego, una suavidad se mire como se mire, en cualquier momento de la conducción, y que alcanza a la palanca de cambio, ofreciendo un tacto al pie que resulta sencillamente una delicia, lo mismo que a la maneta del embrague, con una sensación de mantequilla bajo los dedos.

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La frenada

Con dos discos de 310 mm, pinzas monoblock radiales, y una bomba también radial, su rendimiento resulta muy semejante a la entrega del motor, resultando progresiva al milímetro y contundente al final, cuando le exigimos toda su potencia para detener en pocos metros los 250 kilos declarados de esta maxitrail. Respecto a la parte posterior, el disco de 250 mm sujeta el tren trasero con eficacia, manteniendo el conjunto estable, y lo más horizontal posible durante la retención. 

Pero la frenada de esta Versys 1000 SE viene asistida, además, por el sistema KCMF (Kawasaki Cornering Magnamente Funtion), o lo que se conoce de forma general como “ABS en curva”. Un dispositivo que calcula la presión máxima que se puede aplicar sobre el circuito de frenado durante el paso por un viraje, con cada ángulo de inclinación, apoyándose en la información que le reporta la IMU firmada por BOSCH.

Este dato también es aprovechado por la versión SE de esta Versys 1000 en la noche. A la iluminación de lujo que ya ofrece el grupo óptico frontal, se suma en cada lado de la moto una hilera con tres luces LED que se encienden progresivamente con el aumento del ángulo de inclinación.

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Estacionamiento

La pata de cabra, al igual que su mecanismo, no muestran la sólida apariencia que cabría esperar para sostener una moto tan voluminosa. En cambio el caballete central ofrece una posición bien asentada sobre la vertical, resultando relativamente sencilla la elevación de la moto, cuando pisamos sobre el pedal operativo para esta maniobra.

Protección

El parabrisas de esta Versys 1000 es regulable en altura manualmente, aflojando dos gruesas palomillas de plástico ubicadas en los laterales. En su máxima extensión cubre hasta la frente del probador que firma este reportaje, con 1,91 m de estatura. Además, en este punto, extiende al máximo su forma de trapecio, protegiendo más más allá de la franja central del pecho, llegando a cubrir parte de los hombros, según cada talla. En cuanto a las piernas, quedan protegidas en la parte superior al completo por la ergonomía del depósito (21 litros). 

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El Pasajero

Encuentra un trato de auténtico lujo en la Versys 1000 SE, con el espacio generoso de un asiento mullido, lo justo para tener esa primera sensación confortable nada más sentarte, y al mismo tiempo la firmeza necesaria para que los músculos de su trasero y los lumbares no se resienta al cabo de los kilómetros. 

Bordeando el asiento, unas asas amplias y sólidas, garantizan un buen afianzamiento de nuestro acompañante, que posará sus pies sobre unas estriberas de goma generosa, que colocan sus piernas en una postura ideal para hacer cualquier viaje a dúo, salvando con suficiente espacio el volumen de las maletas laterales.

En cualquier caso, hablamos del asiento estándar, tanto para el conductor como para el pasajero, pensando eminentemente para el confort, ya que Kawasaki ofrece otro opcional destinado a rebajar la altura con el suelo.

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Modos de conducción

Si atendemos a la entrega ponderada y previsible con la que Kawasaki ha perfilado la curva de potencia de este tetracilíndrico, veremos al instante que encaja con la idiosincrasia, eminentemente rutera, de esta Versys 1000 SE. Por tanto, no tendría mucho sentido programar uno de sus modos electrónicos para que la moto se pusiera de manos en cuanto le exigiéramos al motor, por muy racing que se vendiera.

Así, tanto el modo Sport como el Street resultan francamente manejables a poco que se tenga una mínima experiencia. A ellos se añade el modo Rain, que además rebaja la potencia a 75 CV, algo que no se hace muy necesario, con la dosificación que moldea la curva de entrega, y sobre todo con la extraordinaria posición de control que ofrece el puesto de mando de esta Versys grande. Además de estos tres modos, Kawasaki dispone un cuarto modo programable al gusto y manera del usuario, al que llama “Manual”.

Por otro lado, la diversificación electrónica abre un auténtico bazar a través del escaparate que ofrece la pantalla de control con sus menús y sus submenús. Con ella, tenemos el control de velocidad, la regulación de la suspensión trasera en sus tres parámetros, así como la precarga de la horquilla, los puños calefactables, los niveles del control de tracción, además de detalles tan variopintos como la cifra del ángulo máximo alcanzado en un trayecto.  

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Posibilidades off road

Ya hemos comentado de entrada que esta Versys 1000 es una moto de carretera, sin más. Y es que la situación baja del motor, con los colectores por delante, eliminan del pensamiento cualquier pretensión off road.

Sin embargo, esa posición de control absoluto y por ende, la permisividad que ofrece la colocación de las estriberas para una conducción erguida, pueden animarnos a hacer una travesía por un camino bien pisado y sin asfaltar, como tantos que acceden a huertos y fincas con casas rurales. Lo que sí deberemos de tener en cuenta es la conveniencia de montar unos neumáticos mixtos, cuya concepción es eminentemente de carretera, pero que emplean compuestos y hechuras resistentes a los cortes que provocan en la goma de carretera pura las puntas y aristas de guijarros y gravas posados sobre la tierra.

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Valoración Final

La Kawasaki Versys 1000 SE se vende a un precio de 17.699 euros como una auténtica gran turismo con manillar ancho y formato maxitrail. Ofrece un confort a la altura de la mejor viajera, y brinda una posición de control que puede invitarnos a fluir placenteramente por nuestra carretera de curvas favorita, e incluso a la incursión por algún camino de tierra, con firme regular y bien pisado. Una moto fácil de conducir, a pesar de sus dimensiones, que por otro lado, se presenta en el mercado como una de las mejores para viajar a dúo.

Kawasaki también ofrece una versión básica de esta Versys 1000 por un precio de 14.299 euros con kit tourer gratis, con el surtido electrónico de la SE bastante recortado, sin tanto equipamiento, además cambia su pantalla de información por otra más sencilla.

Lo mejor
  • Suavidad en marcha
  • Motor muy dosificable
  • Control Total
  • Confort general
Mejoraríamos
  • Caballete lateral
  • Cable del quick shifter

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