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Prueba Indian Challenger 2020

Bagger sin excesos
Fotos: A.García-Alix/MBB
Con su última creación, la marca americana ha conseguido una moto muy equilibrada y alejada de los excesos superfluos (sin perder la esencia) de otras motos de filosofía bagger. La Challenger es toda una moto de turismo al más puro estilo americano, pero con un comportamiento dinámico impecable.

La Indian Challenger es el plato fuerte de la centenaria firma americana en este 2020. Es la primera Indian en debutar con el motor PowerPlus 108 de 1.768 cc, con récord de potencia en este segmento: 122 CV y 178 Nm de par a 3.800 rpm. La tecnología implementada en este modelo es habitual en otros segmentos de marcado carácter deportivo como las trail, naked o SBK, dejando claro que Indian no ha dejado nada al azar: culatas de 4 válvulas, refrigeración líquidatriple modo de conducción (Rain, Standard, Sport), cambio de 6 velocidades, embrague asistido, módulo inercial IMU Bosch, control de tracción y ABS en curva, control de deslizamiento o control de velocidad entre otras características. El nivel de intervención de cada una de las ayudas electrónicas a la conducción y la respuesta del motor varían automáticamente según el modo de conducción elegido.

Tampoco debemos olvidar su chasis de aluminio de fundición, asiento confort, llave de proximidad, doble guantera, maletas impermeables (más de 68 l. de capacidad), amortiguador trasero FOX regulable, iluminación full-LED, sistema de audio, horquilla invertida, pinzas de freno delanteras Brembo radiales, depósito de gasolina de 22,7 l. y neumáticos específicos Metzeler Cruisetec. El confort de marcha tampoco se ha descuidado, incorporando carenado frontal con parabrisas regulable en altura y deflectores ajustables. El peso declarado es de 365 kg en seco.

Este modelo también incorpora el Indian Ride Command, presidida por una instrumentación compuesta por pantalla táctil de info-entretenimiento (7 pulgadas) más grande y personalizable. Así, la Challenger ofrece información del tiempo y el tráfico, además de todos los parámetros habituales de la moto, sin olvidar Bluetooth, cargador USB y un procesador quad-core de cuatro núcleos para una respuesta más rápida.

EN MARCHA

El motor PowerPlus hace verdadero honor a su nombre: casi 1.800 cc, 122 CV y un par de 178 Nm a tan sólo 3.800 rpm convierten a la Indian Challenger en un verdadero “tractor”, teniendo siempre a nuestra disposición potencia a raudales, y que gracias a su configuración V2 a 60 grados minimiza las vibraciones en gran medida. La refrigeración líquida es otra de las novedades en este prodigioso motor. Por primera vez en una gran V-Twin no me he achicharrado las piernas a pesar de las altísimas temperaturas a las que hemos rodado. Por supuesto cumple la normativa Euro 5.

En orden de marcha y, rodando a una velocidad de crucero de 140 km/h, el consumo en el modo estándar es de unos razonables 5,5 litros a los 100 km. En el modo Sport, este se dispara a los 8 litros pero la verdad es que, para viajar, no notaremos ninguna ventaja yendo con este mapa de potencia.

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Su gran carenado anclado al chasis nos ofrece una magnífica protección aerodinámica, ayudado este por una pantalla regulable eléctricamente y unos deflectores que desvían perfectamente el aire de las piernas. Cabe destacar un detalle de suma importancia en el confort de la moto: sus plataformas, inclinadas en ángulo de 45 grados y de considerable tamaño, permiten llevar una posición del pie muy natural. Hay que pegarse una tumbada muy salvaje para llegar a rozar con ellas, pero cuando lo haces no pierde nada de aplomo, manteniendo la trazada de forma imperturbable.

En el apartado electrónico, ya decíamos antes que incorpora el sistema inercial IMU y tres programas de conducción que, en función del elegido, harán que la entrada de par sea más suave o contundente y que a su vez trabaja con el ABS, haciendo que éste sea más o menos intrusivo. No puedo poner ni una sola pega a su funcionamiento. Sometiendo a la Challenger a una sucesión de curvas de todo tipo, en subida y en bajada, y con todo tipo de asfalto, la moto no perdió ni un solo momento las formas, permitiéndonos un pilotaje muy por encima de lo que se podría esperar en una moto de sus dimensiones.

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Y es que nuestra protagonista es grande. Mucha distancia entre ejes (1.667,8 mm) y un peso de 360 kg, no es ninguna broma a priori. Pero su bajo centro de gravedad y una medida de ruedas razonables (neumáticos 130/60 con llanta de 19″ y 180/60 con llanta de 16″) hacen que los kilos desaparezcan en cuanto comienzas a rodar con ella. El lanzamiento de la horquilla (150 mm de avance), sí requiere que anticipes un poco la trazada en curvas de radio bajo, pero ahí entra en su ayuda el prodigioso empuje de su motor desde prácticamente cualquier régimen de vueltas, que te saca de problemas con una leve insinuación del gas.

Respecto al sistema infográfico, contamos con una pantalla táctil de 7” y posibilidad de elegir la iluminación en formato diurno, nocturno o automático. La información que nos ofrece es muy completa y de fácil acceso, realmente muy intuitiva y además personalizable.

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Valoración Final

Esta Indian ha dado un salto cuantitativo en calidad y en comportamiento dentro, incluso, de sus hermanas de marca, ya que, en mi opinión, no se han visto “lastrados” por la “tiranía de la tradición” y han hecho una moto moderna y de comportamiento perfecto.

Han creado una gran motocicleta, muy equilibrada y bien pensada que a buen seguro será la referencia para nuevos modelos de la casa del «Jefe Indio». Está disponible en tres colores desde 32.390 € y cuenta con su propia gama de accesorios para personalizarla al gusto de cada cliente. 

Lo mejor
  • Motor
  • Ergonomía
  • Personalidad
Mejoraríamos
  • Longitud
  • Anclaje interno cerradura de la maleta
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