Publicidad
[the_ad_placement id="adsense-mega-2-mobile"]

Noyes Camp: sabor americano en MotorLand Aragón

Fotos: SMN
Si piensas que el Dirt Track es una "americanada" sin sentido es que no te gustan las hamburguesas. El piloto Kenny Noyes imparte clases de esta llamativa disciplina, donde derrapar sobre un óvalo de tierra está a la orden del día. ¡El Dirt Track en Teruel existe, Yeeeeeeha!

La escuela

Vivir una auténtica experiencia americana controlando y disfrutando del derrapaje sobre dos ruedas. Este es el objetivo que la escuela Noyes Camp se marca en cada uno de los cursos de dirt track que imparte en sus instalaciones de MotorLand Aragón y que en SoyMotero.net pudimos experimentar de primera mano.

La escuela de pilotaje, que abrió sus puertas a finales de 2012, está haciendo una fuerte apuesta por profesionalizar este tipo de enseñanza. Pero no sólo de dirt track vive el hombre y es que, junto a esta disciplina, Noyes Camp ofrece también otros cursos de conducción y experiencias en las que aficionados y pilotos de todos los niveles tengan acceso a un entreno variado y profesional como el que hacen los pilotos del mundial.

El Dirt Track Weekend, la Ninja Experience de velocidad o las tandas de Dirt Track y Minimotard están pensadas para todos aquellos que quieran disfrutar con una moto a precios asequibles sin preocuparse de nada más. Y todo ello con la guinda de contar con un monitor que compite en Moto2 en el CEV, con dos temporadas en el mundial y un título nacional de EEUU de 450: Kenny Noyes, un profesional algo “chiflado”.

Junto con Kenny y Adrián, otro de los monitores, en el Dirt Track Weekend se aprende todo lo necesario para que derrapar con una bota de hierro en el suelo se convierta en una manera natural y divertida de coger las curvas que te ayudará ser más rápido y seguro cuando vuelvas al asfalto. Gracias a sus explicaciones sabrás que debes hacer para no caerte, o no caerte demasiado. El límite de la diversión y la distancia con el suelo lo pones tú, te lo decimos por experiencia propia.

El límite de diversión y la distancia con el suelo lo pones tú

Si estáis pensando en probar la tierra (ya sea literalmente o no) en un entorno seguro con todo incluido, la escuela Noyes Camp de MotorLand Aragón puede ser una muy buena opción. Además, tienen en proyecto la construcción de un edificio a modo de rancho con barbacoa incluida ¿Qué más queréis para divertiros? ¿Un toro mecánico y sombreros de cowboy? Y si sois de esas maravillosas y generosas personas que buscan hacer feliz a un motorista con un buen regalo, sea cual sea su nivel y disciplina, esta es una buena opción con la que sacarles una sonrisa y aseguraros de que vuelven de una pieza.

Experiencia americana

Mientras nos poníamos botas, pantalones, rodilleras, casco, etc., Kenny nos encendía un “divino” calefactor y empezaba a dar un pequeño briefing teórico de lo nos deparaba a continuación, con una frase que anidaría en mi cabeza para todo el fin de semana y de la que quizá hice caso omiso en más de una ocasión, lo que acarreó algunas curiosas consecuencias:“lo importante es no sobrepasar el limite de cada uno”. Tras unos cuantos estiramientos y los conceptos básicos, que incluían todo lo esencial para no comer polvo nada más salir, cogimos las Kawasaki KLX 140 L y nos dirigimos a la zona de dirt track donde dimos las primeras vueltas al pequeño de los dos óvalos de tierra suelta que tiene construidos y así hacernos a la moto y al terreno.

Fue entonces cuando Kenny soltó una frase con la que más de uno, sobre todo los acostumbrados al asfalto, se preocupó bastante: «ahora empieza lo divertido, os vamos a quitar la maneta de freno delantero». Digamos que hicieron un cambio rápido ya que el freno delantero era sustituido por la bota metálica de dirt track, esencial para esta disciplina, con la que tendríamos un tercer apoyo con el que deslizar sin problemas de quedarte enganchado con la bota.

Ahora empieza lo divertido, os vamos a quitar la maneta de freno delantero

A partir de aquí, una vez hecho al nuevo complemento tipo Iron Man, las cosas se veían diferentes. Un tercer apoyo da mas seguridad, en ocasiones demasiada, por eso había que ir poco a poco haciendo distintos ejercicios, desde la practica de la derrapada bloqueando la rueda trasera hasta la aceleración derrapando al salir de curva mientras apoyas el pie. Lo curioso es que a medida que íbamos repitiendo los ejercicios todo empezaba a salir de manera natural.

Tras los constantes consejos de de Kenny, que te paraba constantemente para “depurar la técnica”, parecía que ya estábamos preparados para afrontar el ovalo pequeño y posteriormente el grande y uno combinado a modo de circuito. Como dato interesante os diré que ambos óvalos se han hecho con mucho cariño y horas de trabajo de un conocido comentarista con acento americano que escuchamos todos los fines de semana en las retransmisiones de MotoGP, Dennis Noyes.

La primera toma de contacto con el Dirt Track resulta extraña porque tienes un apoyo más con tu bota de hierro

Primeras carreras

Tras la comida y con unos útiles consejos y repasos de lo visto durante la mañana ya estábamos preparados para competir entre nosotros. Los nervios que se sienten justo antes del banderazo de salida en cualquier carrera ya estaban presentes: El corazón aumenta sus pulsaciones, enganchas la maneta de embrague, revolucionas el motor, mantienes la respiración esperando que baje la bandera y entonces das gas como un poseso intentando que la moto no se te levante. Si no habéis vivido esta experiencia este es uno de los sitios donde con más seguridad lo podréis hacer, y si ya lo habéis experimentado aquí no es diferente por muy pequeñas que sean las motos.

En nuestro caso pudimos vivirlo en carreras por parejas a una sola vuelta, en carreras por grupo con diferentes puntos de salida en función del nivel. Y daba lo mismo como fuese: en todas al final te enciendes y tienen lugar piques muy interesantes a 20 km/h. Lo mejor es que una enorme sorpresa nos esperaba a mitad de la tarde, y no solo porque ya teníamos maneta de freno delantero sino porque para nuestro asombro Wayne Gardner, junto a sus hijos Remy y Luca, también estaban entrenando dirt track.

Aquí es donde se debería aplicar esa bonita e ilustrativa frase que Kenny nos decía al principio de la mañana: “no hay que sobrepasar los propios limites”

Si los nervios en una salida son grandes, no os imagináis lo que ocurre cuando vas a correr con gente de este nivel, aunque salgan medio circuito por detrás de ti. Aquí es donde se debería aplicar esa bonita e ilustrativa frase que Kenny nos decía al principio de la mañana “no hay que sobrepasar los propios limites”. Pero claro, con un campeón del mundo siguiéndote te creces, te creces, te creces… hasta que de repente te adelantan, te cierran la trazada, se te cruza la dirección por apurar de más una frenada y “te bajas como quieres de la moto”. Entonces es cuando en “slow motion” y desde el suelo le ves pasar a milímetros de tu cabeza entre la polvareda que has levantado…. Sí señor, toda una experiencia.

Para liberar tensiones y descansar los músculos, la escuela había preparado un ejercicio sobre asfalto en el que el ganador seria el que más tardase en llegar de una línea a otra sobre la moto sin apoyar el pie en el suelo: la “carrera de lentos”. Así, con la adrenalina controlada y más de un dolor nos cambiamos de nuevo para estirar y descansar para el día siguiente.

Dentro de las instalaciones del Noyes Camp podemos encontrar los óvalos de tierra y este divertido circuito TT

Subimos de nivel

Con unas insistentes agujetas como compañeras iniciábamos la segunda jornada del Dirt Track weekend repitiendo el ritual de equipamiento, briefing y estiramientos del día anterior. Nos calzamos el “zueco del infierno” mientras agradecemos que las pequeñas KLX tengan arranque eléctrico y nos dirigimos de nuevo a las pistas de tierra. Una vez en marcha todo se ve muy diferente al día anterior.

Sin darte cuenta vas aprendiendo en cada momento gracias a los consejos de Kenny y a la incesante repetición de vueltas y acciones. Ahora recorrer a modo de recordatorio los distintos trazados que ya habíamos hecho parecía mucho más sencillo: frenadas, aceleración, óvalo pequeño, grande y combinado. Desde primera hora te ves derrapando y disfrutando como nunca habrías pensado. Pero llegaba el momento de pasar al otro trazado con el que cuentan las instalaciones del Noyes Camp. A diferencia de los óvalos que ya teníamos más que vistos este circuito tiene subidas, bajadas, curvas cerradas a derecha e izquierda, etc. Como si fuese de motocross pero sin los saltos y peraltes. Un circuito mucho más divertido que los anteriores y con más grip, lo que permitía apurar más las frenadas aunque la moto costaba más hacerla derrapar.

Otra de las sensaciones especiales que se pueden vivir en el Noyes Camp es la carrera de resistencia

Fue aquí donde nos coronaríamos tras unas vueltas iniciales en las que Kenny indicaba la marcha adecuada para cada parte del trazado. Ya no había practicas, sólo clasificación, carreras, algunas tandas libres y mucho pique sano. Pero el momento álgido de la jornada llegó con la carrera de resistencia por parejas. Con ella una nueva experiencia para los neófitos en la que salir corriendo para coger la moto y el cambio de piloto te transportan totalmente al mundo de la resistencia y donde la concentración en cada momento debe ser máxima.

Después de dar más vueltas que un tío vivo y con una cantidad de sensaciones, vivencias y caídas acumuladas llegó el descanso del guerrero. Tras comer pudimos disfrutar de los videos on board grabados por Kenny a lo largo del fin de semana. De este modo finalizaba para nosotros la experiencia Weekend Dirt Track, algo doloridos pero contentos, en un ambiente distendido en el que disfrutamos de un trato personalizado en todo momento y un monitor, Kenny Noyes, que hace que todo sea sumamente fácil. Un final como nunca habíamos pensado: Disfrutando de la derrapada con el pie en el suelo como la manera natural de trazar una curva.

Noyes Camp te enseña a controlar la derrapada con estas pequeñas motos sobre una superficie deslizante

Las motos

La teoría del dirt track es bastante sencilla: tienes que conseguir ir lo más rápido posible, controlando la derrapada sobre una moto que no tiene freno delantero, sobre un óvalo normalmente resbaladizo, y con una bota de hierro que debes hacer deslizar te sirve como tercer apoyo. Ahí lo llevas, todo un arte que aquí la escuela cuenta en detalle. Pero es probable que sólo el que haya probado esta especialidad sepa de la complicación para pasar de la teoría a la práctica cuando tienes que entrar cruzado en las curvas y hacer que la moto gire con la rueda trasera.

Es por ello que la escuela Noyes Camp ha querido crear unos cursillos en los que aprender desde cero con unas motos que hacen todo mucho más fácil: las pequeñas Kawasaki KLX 140 L. Estos pequeños monstruos verdes son una de las mejores opciones para la iniciación al dirt track ya que cuentan con una curva de potencia muy plana que ayuda a controlar la moto desde el principio. Su chasis de serie, bastante robusto y predecible, y sus suspensiones permiten no tener que hacer modificaciones para adecuarla a esta disciplina.

Las Kawasaki KLX 140 L de los cursos de Dirt Track no tienen apenas modificaciones respecto al modelo de serie

Cuando llegas al Noyes Camp te ves metido en la película de los Gremlins: una pequeña legión de divertidos “monstruitos” verdes te espera para hacer diabluras. Y es que con sus 14 CV te hacen disfrutar a tope durante dos días aguantando todo tipo de caídas. Pero para aquellos que hacen el curso, una de las mejores ventajas de estas motos es que cuentan con un arranque eléctrico que permitirá no tener que estar todo el día accionando la pata de arranque.

Según Kenny, las otras opciones que hay en el mercado de motos no está al mismo nivel que tienen la parte ciclo de las KLX. Aunque esta Kawa es una moto que no se comercializa en Europa, el Noyes Camp ha conseguido traerlas y a España y con unos pequeños ajustes, las ha convertido en la moto ideal para pasarlo de miedo sin demasiado peligro: «Lo único que hicimos fue modificar un poco los settings de las suspensiones y cambiar los neumáticos de cross por unos de trail que te permiten derrapar más progresivamente».

La bota de hierro

Si las motos son importantes, el elemento esencial y diferenciador de esta disciplina es la bota de hierro. Para ayudar a mantener el equilibrio y contralar la derrapada los pilotos de dirt track usan una suela de hierro en su bota izquierda. Estas botas son de fabricación artesanal y se hacen a la medida para cada piloto y en el Noyes Camp no iba a ser menos.

Estas, aparentemente sencillas, “botas de Iron Man” llevan muchísimo trabajo artesanal. Su objetivo es permitir que el piloto tenga un tercer apoyo sin riesgo de que la suela de goma de la bota habitual de offroad se quede enganchada y provoque algún susto. Gracias a este complemento la bota podrá deslizar con total tranquilidad y seguridad para ayudar a la derrapada de la moto.

La escuela decidió ponerse manos a la obra con la fabricación de estas suelas desde el inicio de los cursos. Kenny cogió la bota de hierro que le hicieron en EEUU y se la llevó a un amigo de Alcañiz, Arturo Orrios, para que se pusiese a trabajar con ella. La primera versión según Kenny “pesaba, no sé, una tonelada, y la segunda versión le salió tremenda, la clavó”.

La bota de hierro es un elemento esencial para la práctica del Dirt Track

En EEUU como el Dirt Track está más extendido, los artesanos del metal cuentan con unos útiles que simplifican bastante el proceso de producción. Sin embargo, en España, el proceso es algo más complejo y laborioso. Es fácil ponerle una chapa a una bota pero esto es diferente ya que hay que encontrar una chapa ligera, resistente, que esté bien redondeada y curvada para que no se enganche.

Las botas de hierro del Noyes Camp están formadas por 7 piezas diferentes perfectamente montadas y adecuadas a las tallas de botas de que disponen en la escuela. Lo más interesante es que la inversión inicial que haces, de aproximadamente unos 150€, la amortizas. Por ejemplo la bota de Kenny la tiene desde el año 1996 y sigue viva. “Es muy complicado romperla, yo creo que el que rompa la chapa se rompe el pie” comentaba Noyes.

Entrevista a Kenny Noyes

-¿De dónde sale la idea? «Es una idea que yo tenía desde que corría Dirt Track en EEUU. Allí hay varias escuelas a nivel nacional que se basan en este tipo de entrenamiento, con una moto pequeña, circuitos pequeños y muy técnicos. Allí lo que se intenta es atraer a distintos tipos de público, incluidos motoristas de carretera y de velocidad, pasarlos a la tierra y que aprendan y se sientan cómodos con la moto derrapando. Esto es algo que yo vi que no existía en España y decidimos liarnos la manta a la cabeza con el proyecto».

-¿Por qué aquí? «Estuvimos a punto de hacer el Camp en Cataluña pero era muy difícil encontrar un sitio adecuado. Cuando vine a Motorland y vi las instalaciones y los profesionales que gestionan la parte deportiva de repente me cuadraba todo».

-¿Qué objetivo cumple el curso? «Para el usuario de calle es una oportunidad de experimentar algo que no han probado en su vida y de esta manera tienen acceso a un tipo de entreno que es el mismo que tienen los pilotos del mundial. Los pilotos tienen acceso a este tipo de circuitos de manera privada pero no es algo que se abra al público en general y nosotros les damos esa oportunidad por un precio reducido un entrenamiento de alto nivel».

-¿Además de a particulares, impartís clases a pilotos? «Sí, pero es diferente. A los pilotos se les hace un entrenamiento absolutamente personalizado en función de sus necesidades pero realmente comparten en esencia lo que se enseña a un particular no profesional. Para ellos el objetivo principal es que puedan llegar al límite de derrape y se sientan cómodos con ello, como algo natural. Deben convivir con el derrape en cada entrenamiento que hagan. Por ello la escuela les da unas motos puestas a punto y equilibradas y unos circuitos seguros para entrenar».

Kenny Noyes encabeza la escuela de dirt track

-¿Dennis ha hecho algún cursillo? «Mi padre vino cuando estaba haciendo los circuitos y yo creía que vendría y se daría una vuelta con las motos. De repente ví que se metia en una excavadora y echaba diez horas al día haciendo los circuitos. Así que todo el que venga rodará en los óvalos que hizo mi padre. No es tractorista ni nada pero le encantó el tema, no se bajaba».

«Mi padre nunca ha hecho dirt track con moto sino en tierra con coches, así que tendré que cogerle un coche para que se meta al ovalo porque en moto dice que ya está muy duro el suelo».

-¿Vivir las motos desde niño es lo que te hace entrar en el mundo de la competición sobre dos ruedas? «Bueno, de pequeños teníamos una motillo de trial con la que hacíamos de todo menos trial, pero nunca competimos. Mi primera carrera fue en EEUU a los 17 años en dirt track, fíjate que de pequeño lo que hacía era jugar al béisbol. Mi padre nunca nos empujó hacia las motos pero siempre había motos en casa y podíamos montar en moto cuando quisiéramos pero no era una cosa obligada para dedicarnos a ello de pequeños».

-¿Cómo explicarías a alguien que no sabe nada de dirt track qué es lo que mueve a tanta gente en EE.UU? Desde fuera sólo se ve a unos tíos dando vueltas a un círculo… «El dirt track trata de hacerte disfrutar en una situación que inicialmente no es natural que es que te derrapen las ruedas de la moto. Cuando esto te ocurre te asustas, pero el dirt track trata de enseñar cómo controlarlo y cuando se consigue controlar es pura emoción. De la convivencia con el derrape pasas a disfrutar con él».

El Noyes Camp con todas sus Kawasaki KLX 140 L listas para el Weekend Dirt Track

-Empezasteis el año pasado… ¿cómo habéis visto la evolución del Noyes Camp? «Sí, comenzamos después de la carrera de SBK aquí en MotorLand, así que hicimos media temporada. Lo cierto es que la evolución ha sido bastante buena teniendo en cuenta que no es el mejor momento para arrancar una escuela de conducción. Pero dentro de lo que cabe parece una fórmula que funciona. Nosotros ponemos las motos y las instalaciones, con unos precios bastante contenidos y esto parece que va bien y que va atrayendo gente».

«Ahora, lo que tenemos en mente es seguir mejorando las instalaciones y hacer un pequeño edificio a modo de rancho, con su barbacoa incluida. De esta manera se podrá vivir una experiencia completamente americana con una logística perfectamente controlada».

-¿Cuántos participantes se pueden inscribir en un cursillo de dirt track? «El máximo de inscritos es 16, aunque lo tenemos más controlado todo cuando hay 10 personas aproximadamente. La idea es, aunque la escuela siguiese creciendo, nunca exceder este número de participantes porque entonces perderíamos la atención personalizada que es tan importante en los cursillos de Dirt Track. Si salieses a pista sin alguien que esté encima todo el rato sería muy difícil de asimilar y aprender. Incluso diría que este formato es necesario si pretendes no irte al suelo, o no irte al suelo demasiadas veces».

-¿Hay algún otro sitio en España donde se pueda practicar esta disciplina? «Tal y como lo hacemos aquí no. Hay cosas que son de off-road, para entrar con ruedas de tacos, con peraltes normalmente. Únicamente están los circuitos privados de los pilotos pero nosotros somos los únicos que podemos ofrecer esta experiencia al usuario de a pie».

Lo último

Lo más leído