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¿Nueva y a estrenar? Lo que te encuentras en una caja de hace 40 años

El proceso de poner en marcha una Honda FT500 Ascot de 1982
Fotos: Bikes and Beards
Sean David Kerr es un Youtuber norteamericano que se dedica básicamente a disfrutar de su pasión: las motos. En su canal "Bikes and Beards" sube continuamente videos de compras, actividades y pruebas de motocicletas. El último es a raíz precisamente de la compra de esta Honda FT500 Ascot de 1982 metida en su caja original y sin estrenar. Veamos que se encontró.

Sean David Kerr, el Youtuber propietario del canal «Bikes and Beards«, lleva desde el año 2017 subiendo videos a esta plataforma, todos ellos relacionados con el mundo de la moto y su pasión por poner a prueba todo aquello que tenga dos ruedas. David además se dedica a la compra y distribución de motocicletas y en ocasiones nos sorprende con la adquisición de alguna reliquia, como es el caso de hoy, con esta Honda FT500 Ascot de 1982.

Tras recorrer 320 millas de ida, más de 500 kilómetros, y otras tantas de vuelta, pudo adquirir esta bella máquina que se ha tirado nada menos que 40 años metida en su caja original. Evidentemente, cuando Sean empezó a quitar todo el envoltorio se encontró con algunas sorpresas desagradables. Termitas en la base de la estructura de madera que cubría la FT500 o el cartón roído por ratones, han sido parte de esta experiencia. Pero lejos de venirse abajo, desmontó la totalidad del envoltorio y empezó a ensamblar junto a uno de sus mecánicos todos los componentes que venían sueltos y preparados para su montaje. Increíblemente, tras varias horas de trabajo y echar algo de combustible en su depósito, la moto arranco prácticamente a la 1ª. Será por estas cosas que la afirmación “Honda es Honda” se ha hecho tan popular a lo largo del tiempo. Aunque el proceso de puesta en marcha no estuvo exento de alguna que otra sorpresa.

Para quien no conozcan el modelo, se diseñó para el mercado norteamericano con la idea de crear una motocicleta polivalente y utilizable, pero sin que perdiera el encanto típico de las motos de la época. Además, esta FT500 fue bautizada con estas siglas haciendo referencia al Flat Track y a Ascot, nombre de uno de los circuitos emblemáticos californianos donde se practicaban carreras de esta disciplina. Se comercializó únicamente en las temporadas de 1982 y 1983, dando paso a una nueva variante denominada VF500FT que contaría con un propulsor bicilíndrico.

Sin embargo, en la FT500 se decidió montar el propulsor monocilíndrico de 499 cc proveniente de las Honda XR y XL 500 estrenadas en 1979. Como novedad se le despojaba del arranque «a pata» y se incorporaba uno nuevo de tipo eléctrico, algo que posteriormente les causó bastantes problemas. Estaba alimentada por un carburador Keihin de 35 mm y disponía de 4 válvulas en culata. La refrigeración era por aire y el cambio estaba dotado de 5 relaciones. Todo ello daba como resultado una potencia máxima declarada de 34 CV a 6.200 rpm y un par de 40 Nm a 4.000 rpm. De este modo lograba catapultarse hasta los 150 km/h, con un consumo medio de 5,2 litros a los 100.

Honda FT500 Ascot de 1982

A priori la cosa no pintaba mal. Además, Honda equipo a esta FT500 con llantas de aluminio de 5 palos dobles, discos de freno en ambos ejes, así como una suspensión compuesta de horquilla telehidraúlica frontal y una pareja de amortiguadores laterales. Un conjunto bien resuelto en términos generales que la posicionaban como una motocicleta polivalente y utilizable. A ello también ayudaba un peso contenido de 175 kilos o una cómoda posición de conducción. Con un precio de 2.195 dólares de la época, unos 2.078 euros, se comercializaba en dos esquemas de color, Monza red y Black, y se colocaba con una buena opción dentro del segmento de media cilindrada.

Pero la realidad es que no tuvo una buena aceptación y Honda tuvo que vender las últimas unidades en stock del modelo en 1984 a un precio de 1.295 dólares, unos 1.225 euros al cambio. En definitiva, un chasco para la marca japonesa a pesar de intentar enfocar el modelo hacia la cultura del Flat Track y uno de sus circuitos más icónicos. Todo esto hace que en la actualidad cruzarse con una de estas Honda FT500 Ascot sea casi tarea imposible. Si además está dentro de su caja original y sin tan siquiera haberse mostrado, una quimera. Quizás eso haya sido lo que impulsó a Sean David a hacerse con esta unidad, además del valor que atesora ya por sus 40 años de historia. Y bien por él, que lejos de seguir dejándola dentro de la caja para especular, se ha atrevido a ponerla en marcha.

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