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Mecatecno Brindis Cx50: el desconocido ciclomotor de la marca catalana

Con aspecto naked y algunas soluciones muy prácticas se presentaba en 1996

Fotos: Fabien Failla
La marca española a mediados de los noventa buscaba revolucionar el segmento de los ciclomotores con su nuevo modelo de estética naked. Básicamente habían reconvertido la CR8 en una versión "al aire".

La última etapa de los noventa fue, sin duda alguna, un momento de revolución dentro del segmento de los ciclomotores, donde todas las marcas potentes de aquel momento se subían al carro de diseñar pequeñas recreaciones a escala de las motocicletas que había dentro de su gama de más cilindrada. Prueba de ello son las Yamaha TZR50 Thunderkid, derivada directamente de su hermana de 75 cc o la Honda NSR50 que también eran un calco de la NS-1 75 del momento.

Por aquel entonces Mecatecno, la empresa española fundada por Jordi Rabasa en 1978, intentaba no quedarse atrás en este competido sector, manteniendo el que había sido su modelo estrella hasta aquel momento la CR8, antes CR7, pero básicamente el mismo ciclomotor que intentaba dar la réplica a las Rieju RS-1 o Derbi GPR 50 del momento, pero que mecánicamente iba quedando distanciado de las novedades que empezaban a llegar desde el seno de las marcas Japonesas.

Así que para finales de 1996 volvía con el Brindis Cx50, nuestro protagonista de hoy, intentando avivar la categoría con un ciclomotor de corte naked y que, por aquel entonces, también Derbi se subía al carro de esta estética con su Fénix 6V, buscando nuevas líneas de mercado más allá de los radicales y deportivos ciclomotores que, hasta ese momento, causaban furor entre los más jóvenes.

Mecatecno Brindis Cx50 lateral

A grandes rasgos se podría decir que la marca de Llissá de Vall desnudaba su CR8 del momento, aunque dotando al Brindis de nuevos argumentos para hacerlo ante todo más cómodo y usable. Para ello el tren delantero se modificaba, dejando atrás la horquilla invertida Showa, del modelo del que partía e instalando una de nueva factura, aunque más sencilla y de tipo telehidraúlica. En la zaga un monoamortiguador hacía lo propio, al igual que en el modelo deportivo.

La frenada también se veía modificada con un nuevo disco delantero AJP que mantenía el diámetro de 220 mm, aunque presentaba un nuevo diseño. Atrás el tambor crecía hasta los 140 mm de diámetro, haciéndola aún más efectiva en este aspecto, para detener los apenas 88 kilogramos en vacío declarados por la marca.

Tanto las llantas de 16 pulgadas Grimeca, como los neumáticos en medidas 90/70, seguían manteniéndose en los mismos términos que en la CR8. También el chasis de doble viga en acero con el motor en posición autoportante, aunque para esta ocasión se decidía presentarlo en un negro satinado resaltando visualmente. Otro de los elementos que seguían manteniéndose era el falso depósito de la versión Racing donde podíamos guardar incluso un casco tipo Jet.

Mecatecno Brindis Cx50 cuadro de instrumentos

Los carenados traseros y cierre del colín eran rediseñados para poder albergar un sistema de asa plegable, que también servía a modo de trasportín para pequeños bultos, aunque mantenía el sillón a dos alturas que seguía dándole un toque deportivo irresistible. En la parte delantera un nuevo faro redondo, con placas de anclaje lateral para los intermitentes, así como un manillar alto, donde quedaba instalado un único retrovisor con aire retro, era lo más reseñable en la Brindis Cx50. La instrumentación por su parte estaba compuesta por un velocímetro de nueva factura y diversos testigos luminosos a la derecha de este, aunque ahora sin marco de esponja como en la CR8.

En cuanto al propulsor seguía manteniéndose el Franco Morini heredado de la CR8, refrigerado por agua y asociado a un cambio de cuatro relaciones. Con una potencia máxima de aproximadamente 7 CV, el pequeño monocilíndrico de cuatro relaciones lograba desenvolverse de manera brillante, teniendo en cuenta las limitaciones que tienen este tipo de motos. La alimentación corría a cargo de un carburador Dellorto SHA 12-12.

Con un precio de 268.000 pesetas– Unos 2.585 euros actuales- de aquel 1996, la Brindis Cx50 se presentaba entre las más veneradas del lugar, con nuevos y embaucadores argumentos, para una clientela con ansias de novedades, algo que el ciclomotor catalán desprendía a raudales gracias a una estética y personalidad únicas y que lo llevó a mantenerse dentro de la gama de Mecatecno hasta comienzos del nuevo siglo.

J. Rubio
J. Rubio
Llevo media vida a vueltas con las letras y finalmente terminé donde siempre quise hacerlo, escribiendo sobre motor. Amante de todo aquello que huela a “Old School”, disfruto cada segundo sabiendo la suerte que atesoro de ser un incurable Petrolhead.

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