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Las 5 cosas más tontas que nos han ocurrido cuando vamos en moto

Cuando vamos en moto nos pasan cosas "tontas", algunas de ellas entre ridículas y divertidas. Seguro que alguna de las cosas que vamos a ver te han pasado por lo menos una vez. Y si no te han pasado, alguna de ellas te pasará, tú tranquilo. Lo mejor es que sólo suelen herir el orgullo.

Pilotar una moto es un ejercicio relativamente complejo de coordinación. Usamos ambas manos y los dos pies de forma sincronizada para muchas maniobras, lo que pasa es que una vez aprendido lo hacemos instintivamente, sin darnos cuenta. Pero de vez en cuando el cerebro nos gasta una broma y hacemos algo mal, o no nos acordamos del orden lógico de las cosas, o nos aturdimos por el entorno o el cansancio.

A veces, en resumen, nos equivocamos. Seguro que alguna de estas cosas te han pasado, y seguro que tuviste la sensación que en esos momentos todo el mundo te estaba mirando. Te habrás sentido ridículo, pero ahora te reirás con nosotros, seguro.

Antirrobo de disco

No sé quién los inventó, y seguro que creía que hacía un gran bien a la humanidad. Y a lo mejor es verdad, pero a los motoristas tarde o temprano nos llega el día en que se nos olvida quitar el puñetero antirrobo del disco antes de salir… y avanzar pocos centímetros antes de quedarnos clavados. Con suerte, sólo nos costará un minuto más y acordarnos de su familia. Con menos suerte, puedes doblar el disco, romper el guardabarros, que se te caiga la moto… Sin contar el ridículo que harás si hay gente mirando.

Antirrobo de disco

Por cierto, estos antirrobos no impedirán que los amigos de lo ajeno se lleven tu moto en volandas. Usa un antirrobo que te permita atarla a algo sólido y olvídate de los de disco, sobre todo si no son buenos, que se rompen con un golpe.

La pata de cabra

Este práctico ingenio nos permite dejar la moto parada en un instante, pero a veces la carga el diablo. Por ejemplo, cuando dejaste una marcha puesta y vas a arrancar la moto: lo normal es que no haga nada y te vuelvas loco hasta acordarte de que es por eso. Pero aún queda alguna moto sin desconectador de encendido (pata de cabra con muelle), o con éste roto, y entonces la moto dará un brinco antes de caerse ella sola. Qué susto, y qué faena.

Si superas esa fase y arrancas la moto en punto muerto sobre la pata de cabra, mientras te pones el casco y los guantes, llega la siguiente acción ridícula. Te subes a la moto y vas a irte: metes primera y… ¡se para el motor! Porque se te olvidó plegar la pata de cabra.

Pata de cabra

La última “broma” de la pata de cabra ocurre cuando te paras. Llegas a una terraza y sabes que te está mirando todo el mundo, así que paras y te haces el duro quitándote despacito los guantes y el casco. Ya te bajas de la moto y… se te olvidó poner la pata de cabra. Además de caerse en parado a lo peor hasta te arrastra y te tira.

Intermitentes

Tener en la piña de la mano izquierda varios controles facilita en moto la conducción, pero a veces provoca algunas confusiones. Últimamente algunas piñas izquierdas las diseña alguien que, obviamente, nunca ha montado en moto, y por ejemplo colocan la bocina en un sitio al que no se llega con el pulgar fácilmente. Que alguien te dé un susto y en vez de pitarle pongas el intermitente, pues menuda gracia.

Piña de mandos mal diseñada

Un fallo muy típico (y bastante novatada) es, después de poner un intermitente para señalizar una maniobra, olvidarse de apagarlo (presionando el botón para cancelar). Así que puedes estar minutos y kilómetros circulando con la lucecita brillando, señalándote: “éste no se acuerda de quitar los intermitentes”.

Piña de mandos izquierda completa

Pero personalmente nos parece aún más ridícula otra cosa: llegas a un semáforo, están ahí todos paraditos, y justo cuando más silencio parece haber, decides poner el intermitente porque girarás. Pero en lugar de eso, pulsas la bocina sin querer, y además como te sorprende te quedas con el botón pulsado unos instantes… Todos se te quedan mirando, por supuesto, pensando a quién demonios pitas.

Las llaves

Con las llaves de la moto también hemos tenido, seguro que todos, nuestras anécdotas divertidas (y no tanto). Una muy habitual es, ante un día lluvioso y frío, prepararte bien: pantalón de agua, chaqueta, incluso traje completo de agua, todo bien ajustado y cerrado. Y cuando está todo bien puesto y vas a coger la moto… te das cuenta que las llaves están en tu bolsillo, bien adentro, y te tienes que quitar “todo” para cogerlas. Maldita sea.

Llaves

Otra típica es dejarse las llaves puestas en la moto, cosa que normalmente sirve para demostrar que aún queda buena gente en el mundo si, en vez de llevarse la moto puesta, las sacan y te las dejan en algún bar cercano con una notita. Dejarse la llave puesta no ocurre sólo en el contacto: es incluso más típico que nos pase al abrir el hueco de casco o el asiento. Y lo malo en ese caso, con la llave sobresaliendo, es que quizás alguien o nosotros mismos pasemos cerca y la doblemos partiéndola.

Mochila

Salvo en los scooter, con su práctico hueco, y en las motos más turísticas con maletas, en moto casi siempre nos toca llevar mochila para cargar nuestras cosas. Y todos hemos aprendido de la misma forma la fuerza que tiene el viento: dejando la mochila mal cerrada, o cerrándola con doble cremallera arriba en el centro. El aire en marcha ejerce mucha presión y si no cierras las dobles cremalleras en un lateral, es fácil que el viento consiga abrir las cremalleras. A partir de ahí, igual que si se te olvidó cerrarla bien… adiós a lo que lleves dentro.

Mochila y bolsas en moto

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