Intro
«Rizoma es una idea de estilo italiano, producida con cariño y belleza, innovación y tecnologías sofisticadas, inmersa en un modo de vida dinámico basado en la continua búsqueda del último eslabón del arte. La calidad de nuestro trabajo es una síntesis de nuestras aspiraciones».
Traspasando la puerta de entrada de la fábrica italiana te sorprende un inmaculado hall negro con una bici de carbono 77|011 y una Ánima de aluminio, el “alma” de la empresa. Esta escultura de dos toneladas, realizada desde un único bloque de aluminio, es una expresión de estilismo, pasión y experiencia, basada en la imagen futurista de una moto. Sencillamente impresionante.
La imagen del fabricante RIZOMA está muy cuidada y va mucho más allá de la mera construcción de piezas. Todo tiene significado y el objetivo es hacer de cada elemento una pequeña obra de arte que poder lucir en tu moto… ¡o en el salón de tu casa como objeto decorativo!
Orígenes y evolución
Rizoma nació en 1997 gracias a la iniciativa de dos hermanos, Fabio y Rigolio Fabrizio que, aprovechando su experiencia familiar en la manipulación de piezas de metal, comenzaron a producir piezas de aluminio para motocicletas. Su padre tenía maquinaria para ello, pero la pasión de sus hijos por las dos ruedas les llevó a concebir los primeros accesorios para sus propias motos.
En 2001 comenzó el despegue y pusieron en marcha un negocio diferente que permitió hacer de la pasión por las motocicletas su actual modo de vida. En los cinco años siguientes, la empresa se expandió por Francia, Alemania, Austria, Suiza y Escandinavia, aterrizando en España en 2006. En 2007, debido al incremento de la producción, cambian su sede original de San Macario a Ferno (cerca de Milán), donde continúan actualmente.
Con el esfuerzo y pasión de 5 empleados en sus inicios, Rizoma pasó de producir unos pocos componentes (el primer catálogo sólo tenía 2 páginas) a los más de 1.000 referencias de su catálogo 2012: retrovisores, intermitentes, puños, manillares, contrapesos, depósitos de fluidos (aceite, líquido de freno/embrague), tapones, protectores (de motor, carenado, horquilla y basculante), porta-matrículas, estriberas, etc.
Ahora hablamos de una empresa de 50 empleados presente en más de 44 países repartidos por los 5 continentes. Rizoma ha crecido exponencialmente desde su nacimiento, pasando de facturar 1 millón de euros en 2001 a 12 millones.
Producción
Todas y cada una de las piezas que salen de la fábrica de Rizoma conllevan un complejo proceso de trabajo, dividido en 4 fases, que abarca desde la concepción de la idea hasta el embalaje y envío de los accesorios:
Mecanizado
Es la parte más espectacular del proceso de fabricación. La materia prima son bloques de aluminio puro (el mismo que se utiliza en aeronaútica), que después son cortados en bloques según el tamaño de la pieza final. Una vez el bloque está en la cabina, comienza el proceso de “moldeado”, dando lugar a la forma definitiva de la pieza. Después, recibe un proceso de limpieza de impurezas (entre 8 y 48 horas según la pieza) para, finalmente, anodizarla (aplicar corriente eléctrica sobre la pieza para alargar la vida del accesorio conservando su estado óptimo, además de mejorar la imagen y el acabado final).
Ensamblaje
Cada producto se marca e identifica con un número de serie. Mediante sofisticados y caros robots se realiza un marcado mediante láser de forma automática, además del ensamblaje de las piezas en su lugar correspondiente.
Packaging
El tratamiento de embalaje que Rizoma da a sus productos es digno de estudio. La presencia también cuenta y estos detalles son muy importante. Cada accesorio se dispone cuidadosamente en una caja almohadillada con la silueta del mismo especiales para no dañar el anodizado, y con una tapa transparente que deja ver el interior. Visto de frente, parece un cuadro.
Almacenamiento y transporte
Los productos ya están en las cajas, perfectamente sellados y almacenados, listos para ser enviados a través de mensajería.
Proguard System
Los cubremanetas Rizoma Proguard salieron a la venta hace 2 años, aprovechando su primer éxito en competición gracias al mundial de Moto2 obtenido por Toni Elías. Supone la unión de la tecnología aplicada a la moto con la experiencia en competición adquirida por las colaboraciones del fabricante italiano con equipos del Mundial de MotoGP, ya que en 2012 se ha hecho obligatorio su uso en todas las motos/categorías. Está patentado por Rizoma y disponible, también, para cualquier moto de calle.
Su principal finalidad es la de evitar el accionamiento accidental de las manetas (freno y embrague), pero tampoco debemos olvidar su función aerodinámica pues minimiza la incidencia del aire sobre las manetas. En este sentido, estudios desarrollados por Rizoma han desvelado que a una velocidad superior a 180 km/h la presión ejercida sobre las manetas de embrague y freno delantero es de 0,7 – 0,8 bares. Además, su diseño en forma de L, resulta muy atractivo para usarlo en motos de calle.
