A estas alturas, ningunos dudamos de que Twitter y las redes sociales en general nos han permitido contactar y conocer a otras personas de los que jamás hubiéramos conocido su existencia. No menos cierto es que de un tiempo a esta parte los «posturetas y los haters» se han apropiado de ellas, pero bueno no me quiero extender más ni hacer un alegato a favor o en contra de las redes. Lo que sí quiero es recoger el guante que lanzó mi amigo Francisco Codes (alias Treboldos) a raíz del fallecimiento de David Stern, comisionado de la NBA y una de sus figuras importantes. A raíz de este luctuoso suceso y de las reacciones, el bueno de Treboldos lanzaba una pregunta a la red: ¿Cómo pasará a la historia Carmelo Ezpeleta?
Uno de los varios «twitteros», ni más ni menos que Jaime Algersuari, contestaba diciendo que pasará como el hombre que logró la mejor imagen para el motociclismo. Otro célebre twittero e incondicional de gran pozo de la sabiduría que es Epifumi (Al_Isbania) avisaba a Jaime de la que le iba a caer mientras que Wxat GP500 (otro ilustre más de la red motera) discrepaba de algunas gestiones y daba la razón a Algersuari sobre la imagen. Y a mi, la verdad, Twitter se me quedaba corto para dar mi opinión al respecto así que aprovechando el espacio que me brinda SoyMotero.net me dispongo a exponerla.
Yo nací, motociclistamente hablando, a finales de los ’80. Los primeros recuerdos que tengo de motos es siendo un renacuajo en el Jarama en una carrera del nacional y, también, de ver las carreras por la tele y disfrutar y sufrir a partes iguales cuando Sito corría. No recuerdo bien si fue el ’87 o el ’88, pero sí recuerdo a mi tío (al que las motos ni fú ni fá) estar en el cuarto de estar de casa de mis padres decirme «no te preocupes, que yo sujeto a Sito». Bueno, el caso, aquel Mundial todavía no estaba en manos de Dorna de hecho fue en 1988 cuando Banesto la creó y hasta 1992 no tuvo los derechos. Desde entonces el Mundial de Motociclismo ha alcanzado unos niveles que en aquel momento eran impensables y eso es un hecho.
A día de hoy el espectáculo dentro y fuera de la pista no tienen nada que ver, la organización es milimétrica, el contenido informativo sobre el campeonato ha llegado a unos niveles increíbles entonces y la imagen, como bien decía Jaime Algersuari, lo es todo. Negar todo eso sería ser un necio, pero también tengo claro que no es oro todo lo que reluce y que en todos estos años, casi 30 ya, hay muchos puntos que son, cuanto menos, cuestionables.
Hay tanto por opinar que empezaré por lo más obvio y es que el Mundial de Motociclismo es el Mundial de MotoGP. Para mí es uno de los grandes errores, centrar todo el campeonato en una única categoría. Está claro que las motos más potentes, las más rápidas, las más difíciles de llevar deben ser las protagonistas. Eso ha sido así desde la época de las 500 y no tiene por qué cambiar, pero el ninguneo de las categorías previas ha sido llevado al máximo nivel. En Moto3 no hay más que niños deseando pasar a Moto2 para dar el salto lo antes posible a MotoGP, da igual si logran o no el título, vamos a quemar etapas lo antes posible porque lo importante es MotoGP. Como consecuencia y salvo excepciones, lo que estamos asistiendo es una devaluación continua del campeonato con pilotos que llegan a MotoGP con 20 años y con todo por aprender. A mi no me entra en la cabeza que de igual acabar tercero, cuarto o quinto si al año siguiente hay plaza más arriba. Imagina por un momento qué habría pasado si eso hubiera sido así, algunas grandes leyendas y gestas del motociclismo no hubieran existido jamás.
Quiero matizar que subidas «precipitadas» ha habido siempre, que alguno lo dirá y sí, claro que las había, pero eran puntuales mientras que ahora es la tónica. El caso es que, sinceramente, yo miro a los pilotos que suben a Moto2 este año y pienso «hombre, un añito más aprendiendo no vendría mal» y luego pienso «y de quien van a aprender si no hay nadie». ¿Recuerdas el último piloto que defendió título en Moto3-125 o Moto2-250? Tito Rabat y Johann Zarco han sido los únicos (2015 y 2016) en hacerlo y son la excepción. Antes se luchaba por revalidar el título, por consolidarse. Hasta Dani Pedrosa al que esperaban ansiosos en MotoGP se quedó en 250 para intentar ser bicampeón de la categoría, también lo hicieron Jorge Lorenzo, Manuel Poggiali, Marco Simoncelli… estamos hablando de hace más de una década, de la primera década del siglo. En Moto3, desde que existe, nadie ha defendido el título.
Luego está el tema de la gestión de derechos televisivos, que no digo que sea fácil, ojo, pero creo que quizás podría estar gestionado de otra manera porque bajo mi punto de vista no solamente afecta a la afición actual sino a la del futuro (además de a los equipos a la hora de buscar patrocinadores). Igual que yo crecí viendo las carreras en casa, ahora muchos niños no lo están haciendo y todos sabemos que las motos se maman desde pequeño, acercarse a ellas siendo ya adultos es menos habitual. Esto supondrá que en unos años las bajas audiencias a pesar del buen contenido que se ofrece pueden ser todavía menores.
Precisamente la mencionada falta de patrocinadores está propiciando que cada vez sea más habitual los pilotos de pago en el campeonato, que llegan y se mantienen por dinero y no por talento, lo que incide en la competitividad y el nivel. Una vez más entiendo lo complicado de la gestión, pero el problema está ahí de momento. Además de eso hay problemas para consolidarse en Estados Unidos, Asia no termina de despegar, algunos países de Europa no están dispuestos a seguir pagando las cuotas actuales…
Tampoco podemos obviar que en Moto2 no hay lucha técnica y quitando el primer año de la categoría, donde vimos muchas opciones, ahora hay un chásis predominante y poquita emoción. Moto3 es más divertida, siempre lo ha sido, pero la falta de liderazgo es evidente y MotoGP, pues es acojonante ver lo rápido que van pero el ciclón Márquez arrasa con todo y con todos.
En resumen y por no hacer más largo esta opinión, se han hecho cosas bien, se ha ganado en seguridad, la imagen es increíble, pero hay problemas serios de futuro que seguramente no sea Carmelo quien los gestione, porque digo yo que en algún momento se jubilará, pero tengo claro que también son parte del legado que dejará.