Publicidad
[the_ad_placement id="adsense-mega-2-mobile"]

El ascenso tecnológico en las motos, el camino a seguir

Fotos: Morrillu
Después de muchos años de una evolución mínima en cuanto a los sistemas de seguridad activa en las dos ruedas, en los últimos años los fabricantes han apostado por una democratización de esta tecnología y, con ello, poner en la calle motos más seguras. Pero los puristas están en contra, algo que a todas luces es un error.

La historia de los primeros sistemas de ABS utilizados en las dos ruedas se remonta a 1988 cuando BMW equipó (de forma opcional) en sus modelos K1 y K100 del sistema antibloqueo de frenos. Curiosamente la K1 también contaba como con la posibilidad de montar el primer control de tracción.

Hay que reconocer que los alemanes siempre han estado en la vanguardia en cuanto al equipamiento de seguridad, pues puede decirse que fueron siempre los primeros en ir ofreciendo las diferentes versiones de ABS que se iban lanzando, siempre de la mano de un experto en la materia como el también fabricante alemán Bosch.

BMW R1200RS

Otro hito en el que hay que mencionarles es en haber lanzado, también de forma más o menos popular, los sistemas de regulación de la suspensión de forma electrónica que hacían mucho más fácil, sobre todo en motos ruteras, parametrizar correctamente la moto en función del uso que le fuésemos a dar y la carga que llevásemos.

No fue hasta hace poco más de cinco años que todas estas tecnologías empezaron a verse en el resto de fabricantes. La introducción del acelerador electrónico, en este caso gracias a Aprilia y su Shiver, permitió también que se introdujesen diferentes mapas de potencia que rebajasen la potencia disponible en caso de que las condiciones en el asfalto no fuesen las óptimas.

Sin embargo, toda esta escalada tecnológica trajo consigo también un gran número de detractores que, aun hoy en día, abogan por motos como las de antes. Recurren a frases como que “las de antes sí que transmiten”, “el control de tracción está en el puño derecho”, “prefiero ser yo el que decide cómo y cuánto frenar” o “no me fio de que un ordenador piense por mí”. ¿Llevan razón? Lamentablemente para ellos, no.

Así es una moto del Siglo XXI

Suzuki GSXR750 - Yamaha TRX850

Como probador he tenido la suerte de subirme a todo tipo de monturas, desde aquellas que surcaban la carretera en la década de los ’90 a las actuales y, por lo tanto, he vivido en mis carnes toda la evolución de la que hemos hablado antes.

¿Qué es lo que nos encontramos en una moto de hoy en día respecto a las del Siglo pasado? Pues monturas mucho más fáciles de llevar, mucho más permisivas con los errores que podemos cometer. Cuentan con mejores chasis, suspensiones, frenos, ergonomía, etc. Y además todo ello aderezado con los últimos sistemas de seguridad activa.

¿Esto hace que sean menos moto? Ni mucho menos. La tecnología no implica que no haya que seguir acelerando, frenando y tumbando que es en esencia lo maravilloso de las dos ruedas. La cuestión es que como el uso que se le da es en la vía pública, allí no se debe cometer ningún error, pero como somos humanos debe haber algo detrás que vele por nuestra seguridad.

Pensemos en el ABS por ejemplo. Es muy bonito decir que prefiero ser yo quien module la frenada pero cuando de verdad te encuentres ante una emergencia y te asustes (y créeme, te asustarás) apretarás la maneta con todas tus fuerzas, no harás correctamente la transferencia de pesos a la rueda delantera, perderás agarré y te irás al suelo. Sin embargo con este sistema tan sencillo podrás seguir teniendo control sobre la moto. Y ya no hablemos de los últimos equipos que detectan la frenada en curva.

BMW S1000RR

Pero llevarlo no implica que sigas pensando que puedes apurar una frenada al mismísimo Márquez. Y si por el contrario eres de los que siente que cada dos por tres le salta el ABS o el CT, no pienses que el sistema es muy intrusivo, no señor. El problema viene de tu lado, que no sabes frenar o acelerar y estás siempre superando el agarre del asfalto o los neumáticos. Dale las gracias y no eches pestes de él, porque incluso puedes llegar a hacer un invertido en mojado, como en la foto anterior.

Ocurre lo mismo con el control de tracción, o el poder rebajar la potencia de la moto porque está lloviendo. Son todo ayudas que evitan muertes en la carretera, y no por llevarlas te hacen menos piloto. Permiten que vuelvas sano y salvo a casa, aunque te haya pillado una tormenta en invierno subiendo a la sierra con dos grados en el ambiente y neumáticos ultradeportivos.

Es curioso porque en coche todos aceptamos de buen grado el ABS, el Control de Tracción y Estabilidad (obligatorios desde hace años) y no por ello decimos que la conducción es menos pura. Es más, en vehículos deportivos cumplen su trabajo a la perfección para, por un error propio o ajeno, no acabemos en la cuneta. ¿Por qué nos cuesta tanto aceptarlo en las motos?

Convenzámonos de que es el siguiente paso lógico. De que sirven para que los que usan la moto como medio de transporte lo hagan de forma más segura, o los que la tienen como algo lúdico disfruten también de ella. Os aseguro que mi sonrisa al bajarme de mi Yamaha TRX850 de carburación o de una KTM de última generación es exactamente igual. El disfrute está en el cerebro del que conduce, no en la centralita de la moto.

Lo último

Lo más leído