Dot Motorcycles está de vuelta y lo hace con dos nuevas motos hechas a mano en su nuevo taller: la Dot Reed Racer (tipo Café Racer) y la Dot Demon (Scrambler). La mítica marca cerró en 1978 ante la pujanza de las japonesas a pesar de contar con una enorme historia detrás: ganadores del TT de la Isla de Man en 1908 y 1951 con modelos casi artesanales construidos en su fábrica de Manchester. Y ahora, más de 40 años después de su cierre, vuelven con estos dos nuevos modelos, fabricados a mano y además completamente personalizables para el que los quiera encargar.
Por un lado tenemos la Dot Reed Racer, en homenaje al fundador de la marca, Harry Reed. Un pionero que se lanzó a fabricar y pilotar sus primeras motos a principios del siglo pasado, ganando el TT de la Isla de Man en 1908 con una bicilíndrica. Ahora, la nueva Dot Reed Racer es una preciosa moto de marcada estética retro con la que Dot Motorcycles pretende hacerse un hueco en el mercado de las ‘hand made’. Para ello, cuenta con algunos detalles de lujo como un sillín fabricado en cuero en Italia, un motor de 649 cc con 68 CV de potencia a 8.000 rpm, pinzas de freno Brembo, chasis multitubular de acero forjado a mano y un peso de tan solo 169 kilos.
Y la nueva Dot Demon
La otra moto de Dot Motorcycles es el modelo Demon, de tipo Scrambler y también 100% personalizable como su hermana. De hecho ambas montan el mismo motor, aunque en el caso de la Dot Demon sus suspensiones son más altas para afrontar con mayores garantías caminos y off road, con una distancia al suelo de 210 mm y ruedas de 17 pulgadas. Aunque, si nos fijamos bien, el chasis de ambas es prácticamente idéntico.

En cualquier caso, Dot Motorcycles ya acepta pedidos tanto de la Demon como de la Reed Racer… Pero no esperes que sean motos asequibles. De hecho el piloto Guy Martin ha colaborado en el proyecto de Dot dando consejos y aportando su experiencia. Esto, unido a que son totalmente ‘hand made’ y bajo pedido, nos señalan que estamos ante motos muy exclusivas y caras de las que se fabricarán unas pocas unidades al año. Claro que, ¿quién puede resistirse ante una Dot fabricada a mano y con la que nunca nos cruzaremos con una igual?