Aunque todo el mundo sabe que la moto es un vehículo mucho más vulnerable que el coche, nunca está de más argumentarlo con algunas cifras. Un estudio del INTRAS sobre vulnerabilidad de motos y coches demuestra que en las colisiones entre ambos vehículos sufren lesiones el 98 % de los motoristas frente al 7 % de los ocupantes del coche. Esto quiere decir que en una ciudad de tráfico denso como Madrid o Barcelona las cifras de letalidad (% de muertos en relación al número de accidentes) de las motos superan en más de diez veces a las de los coches.
Con estos datos no creo que nadie cuestione la enorme importancia que la seguridad pasiva (las medidas tendentes a disminuir los daños en caso de accidente) tiene para los motoristas. Porque a diferencia de los coches actuales, que disponen de elementos de seguridad pasiva como el airbag, la estructura protectora de la propia carrocería o el cinturón de seguridad, en el caso de las motos estos elementos deben integrarse necesariamente en el cuerpo del motorista.
Factores de influencia
Hay dos elementos que influyen enormemente en la seguridad pasiva del motorista:
- La calidad de su equipamiento de protección (casco, guantes, calzado, ropa, etc.).
- El diseño de las infraestructuras que se encuentra en su trayectoria en caso de impacto (guardarraíles, señales rígidas, bordillos, etc).
De entre todas las medidas de seguridad pasiva el casco es la más importante con diferencia, porque las lesiones en la cabeza son la principal causa de muerte entre los motoristas. La obligatoriedad del uso del casco primero sólo en carretera y más tarde también en ciudad sin duda salva la vida de cientos de motoristas cada año, como puede deducirse a partir del siguiente gráfico:
Es muy recomendable emplear un casco integral y de buena calidad en toda circunstancia, incluso en ciudad, porque protege también la cara y es más resistente en caso de impacto. Por supuesto, bien abrochado y de la medida adecuada, ya que en caso contrario perdería buena parte de su eficacia.
Pero el resto del cuerpo también es vulnerable. Vestir una ropa adecuada evita o al menos reduce las erosiones provocadas por una caída, aunque sea a poca velocidad. Es muy aconsejable vestir siempre ropa resistente al rozamiento que cubra todo el cuerpo, así como un calzado fuerte que no se desprenda fácilmente en caso de caída.
Los guantes son también imprescindibles, ya que manos y dedos suelen ser los primeros en probar las “delicias” del asfalto. Aunque no suelen evitar fracturas, al menos reducen las erosiones y desgarros consecuencia del rozamiento, disminuyendo también la posibilidad de que la fractura sea abierta y por tanto de peor pronóstico.
¿Y en ciudad?
En general el motorista que se desplaza por carretera suele ser bastante consciente de la importancia de un buen equipo de protección (casco integral, guantes, botas, prendas específicas antirrozamiento…), empleando a menudo incluso elementos de seguridad adicionales como protectores dorsales, hombreras, petos, etc. Por desgracia no ocurre lo mismo en la ciudad, donde el motorista suele relajarse creyendo que el riesgo no existe porque se circula a poca velocidad, una apreciación errónea que desmienten las frías estadísticas: En España más de la tercera parte de las muertes de motoristas y la mayoría de heridos tienen lugar en zona urbana.
Porque en las ciudades el casco es necesario (y obligatorio), pero no suficiente. Sucede que precisamente donde hay más densidad de vehículos a nuestro alrededor (no olvidemos que el 83 % de los accidentes de moto en la ciudad suceden por colisión con otro vehículo, coches en la mayoría de los casos), muchos motoristas circulan sin una adecuada protección, sobretodo en verano. Y para muestra un botón: en la ciudad de Barcelona en esta estación del año el 75 % de motoristas no usa guantes, y más del 35 % viste pantalón o falda cortos.
Es demasiado frecuente ver en nuestras ciudades motoristas que circulan con una indumentaria bastante más playera que motera, si exceptuamos el obligatorio casco. Y duele sólo pensar en las consecuencias que para su delicada piel en estas condiciones puede tener una simple caída incluso a poca velocidad. Aunque en verano sea un fastidio en zona urbana vale también la pena circular con un mínimo de seguridad: guantes, pantalón largo (mejor tipo tejano, que resiste más el rozamiento) y nada de manga corta. Vale la pena, lo digo por experiencia.
