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Conducción en moto: cómo frenar

Fotos: SMN
La acción de frenar no debe plantearse como un “todo o nada”, un simplemente apretar una palanca o dejar de hacerlo, sino como algo progresivo que requiere cierta dosis de técnica y sensibilidad: debemos aprender a adecuarnos al entorno.

Una de las grandes diferencias al frenar entre moto y coche es que en nuestro caso podemos usar independientemente el freno delantero y el trasero. Ello supone una dificultad adicional porque, en caso de frenar a tope, el motorista deberá intentar evitar el bloqueo de ambas ruedas por separado, cosa que no está al alcance de la mayoría de conductores.

Al frenar siempre hay una transferencia de peso hacia la rueda delantera, algo que puede llegar a desestabilizar fácilmente la moto si frenas con demasiada brusquedad. Esta transferencia de peso tiene una consecuencia importante: aumentar la adherencia disponible en la rueda delantera y disminuirla en igual medida en la trasera (la adherencia de un neumático se incrementa conforme aumenta el peso que soporta la rueda en cuestión). Ello significa que cuánto más fuerte frenas más eficaz resulta el freno delantero y menos el trasero, siendo por ello el freno delantero el único verdaderamente capaz de detener la moto en caso de emergencia.

Demasiados motoristas apenas usan el freno delantero, recordando aquello que les explicaron de niños sobre sus bicicletas, de que se caerían en caso de hacerlo. Olvidan que ahora circulan en moto, y que cuando necesitan frenar a fondo el único freno capaz de salvarles de la catástrofe es precisamente el delantero.

Maneta de freno y Rizoma Proguard

¿Qué hace falta para frenar con seguridad?

  • Disminuir la velocidad con la máxima eficacia, es decir, recorriendo la mínima distancia antes de detener la moto o de ajustar su velocidad a las condiciones del entorno.
  • Evitar el temido bloqueo de alguna de las ruedas, lo peor que puede ocurrir mientras frenas, porque es garantía casi segura de acabar por los suelos. Ten en cuenta que precisamente el hecho de que las ruedas giren (efecto giroscópico) es el responsable de que tu moto se mantenga en equilibrio, de forma que cuando dejan de hacerlo la catástrofe es inminente.
  • Tengamos en cuenta que la acción de frenar es más crítica y “delicada” para el motorista que para el automovilista, porque si bloqueamos las ruedas en un coche (algo difícil, ya que desde 2004 todos ellos incorporan ABS de serie) se dispone de un cierto margen de maniobra para recuperar el control del coche simplemente aflojando algo la presión en el pedal de freno, lo justo para que las ruedas vuelvan a girar de nuevo. En cambio, cuando bloqueamos alguna de las ruedas de la moto (sorprendentemente hasta 2016 no incorporarán ABS de serie) al frenar a cierta velocidad, sobre todo la delantera, la consecuencia casi inmediata es perder el equilibrio y caernos al suelo, con muy escasas posibilidades de recuperar el control.

Tabla de adherencia relativa del asfalto, fundamental a tener en cuenta en frenadas

10 consejos para frenar bien

  • Mantén siempre una suficiente distancia de seguridad, para que no te veas obligado a frenar demasiado bruscamente. Esta distancia debe aumentarse siempre en caso de pavimento deslizante (lluvia, hielo, tierra, etc.). Recuerda que la capacidad de la moto para frenar depende directamente de la adherencia entre los neumáticos y el suelo, variable según el tipo de asfalto, si está mojado o sucio, el estado y calidad de tus neumáticos, la temperatura ambiental, etc.
  • Intenta frenar con relativa suavidad, es decir, no apretar la palanca o palancas de golpe sino con cierta progresividad. La moto se mantendrá más estable porque la transferencia de peso hacia adelante será menos brusca, y sobretodo reducirás también la posibilidad de bloquear alguna de las ruedas.
  • Si alguna de las ruedas se bloquea al frenar tienes que reducir inmediatamente la presión en ese freno para recuperar la estabilidad, haciendo de “ABS humano”.
  • Utiliza ambos frenos, pero si tienes que frenar a tope (situación de emergencia) el freno más eficaz con diferencia es el delantero. En este caso si abusas del freno trasero lo único que conseguirás es bloquear esa rueda y perder el control.
  • La eficacia del freno trasero aumenta en caso de llevar pasajero (hay más peso sobre la rueda trasera) o cuando llueve (hay menos transferencia de peso hacia la rueda delantera porque no puedes frenar tan fuerte y por tanto la trasera mantiene más adherencia proporcionalmente).

Llevar siempre los dedos sobre la maneta de freno te hará ganar tiempo ante una frenada de emergencia

  • Empieza a frenar sólo con el freno trasero, para inmediatamente después accionar también el delantero. Así la horquilla delantera no deberá absorber por sí sola de golpe toda la transmisión de peso hacia adelante, mejorando la estabilidad de la moto y reduciendo la posibilidad de bloqueo. Sin embargo, en caso de emergencia es preferible frenar con ambos frenos a la vez para aprovechar de inmediato toda la potencia de frenada.
  • Intenta no frenar nunca con la moto inclinada. Para ello debes reducir la velocidad lo suficiente antes de llegar a la curva. No obstante, si no te queda más remedio que hacerlo en estas circunstancias emplea sólo el freno trasero.
  • Evita a toda costa frenar sobre áreas “críticas” del asfalto: manchas sospechosas, tierra, señalización horizontal (sobretodo en mojado), tapas de alcantarilla, etc. Si no puedes evitarlo procura frenar con la menor intensidad posible en estas zonas, sobretodo con el freno delantero.
  • Si puedes permitírtelo conduce una moto con ABS. Seguramente es la mejor inversión que puedes hacer en seguridad.
  • Dos dedos siempre en la palanca de freno delantero te permitirán ganar unas preciosas décimas en caso de emergencia, algo de vital importancia sobre todo en ciudad, cuando puede surgir un imprevisto en cualquier momento.

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