Publicidad
[the_ad_placement id="adsense-mega-2-mobile"]

Conducción en moto: contra la climatología adversa

Fotos: JCD
Conducir una moto bajo condiciones meteorológicas adversas no es lo ideal pero, a veces, el factor sorpresa hace de las suyas. Aquí te mostramos algunos consejos para obtener la máxima adherencia si la lluvia, la nieve o el hielo hacen acto de aparición.

Conducir una motocicleta en circunstancias normales (asfalto seco en buen estado, temperatura razonablemente alta, visibilidad suficiente…) es ya de por sí una actividad lo bastante delicada (y peligrosa, para qué engañarnos) como para tomársela a la ligera. Son numerosos los factores que el motorista debe tener en cuenta para llegar sano y salvo a su destino, incluyendo la elevada probabilidad de que cualquiera de los vehículos que le rodean cometa algún error (por acción u omisión) capaz de hacerle volar por los aires en el momento más inesperado.

Pero cuando la meteorología se complica (lluvia, nieve, hielo…) el peligro aumenta aún más debido a la disminución de la adherencia, esa fuerza amiga que sujeta nuestros neumáticos sobre el asfalto, obligándonos a extremar las precauciones y adaptar nuestra conducción con el objetivo de compensar en lo posible la aludida disminución.

Precauciones:

  • Aumentar la distancia de seguridad.
  • Disminuir la velocidad.
  • Ser mucho más “fino” y progresivo tanto al acelerar o frenar como al inclinar la moto.
  • Inclinar menos que en seco, lo que obliga a un paso por curva a inferior velocidad
  • No frenar con la moto inclinada bajo ningún concepto, sobretodo con la rueda delantera.
  • Usar proporcionalmente más la retención del motor y también el freno trasero para reducir la velocidad.
  • Atención especial al estado de los neumáticos: peligro de “aquaplanning” si el dibujo tiene poca profundidad.
  • Procurar no acelerar, frenar o inclinar la moto sobre la pintura blanca del pavimento (señalización horizontal), que tan generosa y negligentemente se prodiga en ciudades y en carreteras. “Finura” extrema en estas circunstancias a menos que quieras acabar por los suelos en una fracción de segundo.
  • Evitar charcos o acumulaciones de agua. Si no hay más remedio debe hacerse a poca velocidad e inclinando lo menos posible.
  • Atención especial al trazar curvas a la sombra en condiciones de frio intenso y alta humedad: peligro de hielo sobre el asfalto.
  • Extremar las precauciones, sobre todo al empezar a llover, porque en estas circunstancias la adherencia disminuye en mayor medida.

Pintura.jpg

Adherencia

La adherencia varía mucho según las condiciones metereológicas. Destaquemos que aproximadamente la adherencia disminuye: en mojado como mínimo a la mitad y en hielo al menos el 10%.

La adherencia o agarre de los neumáticos sobre el pavimento se manifiesta cuando provocamos fuerzas de aceleración frenada o giro/ inclinación, fuerzas a las que el asfalto deberá responder en igual medida para evitar el tan temido deslizamiento o bloqueo de las ruedas, un asfalto cuya “capacidad de reacción” (adherencia) depende directamente de la presencia de agua, nieve o hielo en su superficie, entre otros factores. De ahí la especial importancia que tiene realizar cualquiera de estas maniobras de forma suave y progresiva sobretodo en caso de lluvia. Comparar a qué ritmo y de qué manera conducen los pilotos de carreras en seco y en mojado puede ser muy ilustrativo en este sentido, y eso que ellos, a diferencia de nosotros, se permiten el lujo de emplear neumáticos muy distintos en uno y otro caso.

La capacidad del asfalto para absorber el agua (drenaje) influye mucho en la adherencia. Un asfalto “poroso”, que por drenaje elimine completamente el agua de la superficie por mucho que llueva, es la mejor garantía en este sentido. Hay que desconfiar siempre de los pavimentos brillantes, porque el agua libre en la superficie refleja mucho más la luz. En cambio, un asfalto oscuro y sin brillos es síntoma de una razonable adherencia a pesar de la lluvia.

La adherencia disminuye, sobre todo, al empezar a llover, debido a que las primeras gotas de agua sobre el asfalto emulsionan la suciedad que hay en la superficie formando una película muy resbaladiza, una especie de “barro” que actúa como “lubricante” entre los neumáticos y el suelo. En estas circunstancias la adherencia se reduce a mucho menos de la mitad que en seco.

Hay que tener cuidado con el asfalto si es brillante: puede ser un signo inequívoco de falta de agarre

Nieve y hielo

En cuanto a la nieve, aunque la adherencia es mayor que si se tratara de hielo hay que tener en cuenta que en condiciones de frio intenso y cierta presión (las que podemos encontrar en algunas cunetas a la sombra) la nieve puede transformarse fácilmente en hielo: mucho cuidado con ella.

Cuando hay hielo en la carretera, teniendo en cuenta la brutal reducción de adherencia apenas un 10% de la normal en seco), sin duda lo más sensato es olvidarse por completo de la moto y quedarse en casa. No obstante, a veces el hielo puede aparecer por sorpresa. Si eso ocurre debes procurar mantener la moto recta a velocidad constante, sin frenar ni acelerar, dejando que supere el delicado trance por sí sola. Incluso tienes que ser particularmente fino a la hora de cerrar el gas mientras estés sobre una placa de hielo, porque hacerlo de golpe respondiendo a la reacción habitual de “pánico” en estas circunstancias podría bloquear con facilidad alguna de las ruedas.

La temperatura del asfalto y de los neumáticos también influye decisivamente en la reducción de la adherencia. De hecho parte del efecto de la lluvia (y con mayor motivo de la nieve y el hielo) en esa reducción se debe a que enfrían mucho el asfalto. En este sentido, incluso en seco cuando hace mucho frío deberíamos conducir prácticamente como si lloviera. Destacar también que los neumáticos están siempre frios al empezar a rodar, incluso en verano, pudiendo perder en estos casos una buena parte de adherencia respecto a su temperatura normal de funcionamiento, o sea que hay que “calentarlos” un poco antes de circular a buen ritmo a base de acelerar y frenar breve pero intensamente unas cuantas veces siempre que el tráfico lo permita. Los pilotos de carreras siempre lo hacen, por algo será.

Concentración invernal de Elefantentreffen

Lo último

Lo más leído