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Conducción en moto: posición segura de manos y dedos

Fotos: JCD
De poco serviría lo explicado en los 10 capítulos anteriores si no fuésemos capaces de materializar en este último todo lo aprendido, impartiéndole a nuestra moto las "órdenes" oportunas para librarnos del peligro con la máxima rapidez y eficacia.

¿Y quién se ocupa casi en exclusiva de esta tarea a través del manillar? Cuando conducimos una moto las manos y los dedos se encargan directamente de transmitir las órdenes necesarias: acelerar, frenar, accionar los intermitentes, tocar el cláxon, incluso (aunque muchos, demasiados motoristas todavía no se lo crean) conseguir que la moto se incline y gire eficazmente gracias a una técnica llamada contramanillar (ver capítulo Cómo esquivar en situaciones de emergencia). Analicemos pues por separado las funciones de cada mano y cómo la adecuada posición de los distintos dedos puede mejorar nuestra seguridad.

Mano derecha

Se ocupa de dos tareas esenciales: acelerar y accionar el freno delantero. El problema es que si tenemos que frenar en caso de emergencia solemos perder unos instantes para apretar la maneta de freno, ya que nuestros dedos hasta hace un momento estaban enroscados en el puño del gas y es necesario abrir la mano para alcanzarla. Para reducir esas preciosas décimas que pueden ser cruciales, disminuyendo así el tiempo de reacción ante una emergencia, recomiendo mantener siempre los dedos índice y corazón de la mano derecha listos sobre la maneta del freno delantero, precisamente el más eficaz con diferencia cuando hay que frenar a fondo (ver capítulo Cómo frenar).

La ventaja de esta técnica es que permite accionar al mismo tiempo el acelerador con la muñeca sin cambiar la posición de los dedos, pudiendo por tanto ser adoptada en todo momento, no sólo en situaciones de riesgo potencial. Pero emplear sólo los dedos índice y corazón para frenar tiene el inconveniente de que aprietan la maneta sólo por la parte interior, y por tanto hacen menos palanca sobre ella. Para evitar ese problema cuando la situación de emergencia exige frenar a fondo puedes aprovechar que la maneta ya ha hecho parte de su recorrido apretándola también con el dedo meñique, que ahora ya la puede alcanzar fácilmente. La acción combinada de los dedos índice, corazón y meñique es capaz de hacer mucha palanca sobre la maneta de freno, prácticamente la misma que la mano entera, y además sin perder tiempo para variar la posición de la mano al empezar a frenar.

Otra ventaja de esta técnica es que justo en el momento crítico de empezar a frenar (precisamente cuando la rueda delantera aún no tiene el máximo apoyo consecuencia de la transferencia de peso hacia adelante que se producirá al frenar) se reduce la posibilidad de bloquear la rueda delantera, debido a que la fuerza ejercida sobre la maneta con sólo dos dedos es menor y más progresiva que con la mano entera.

Mano izquierda

Se ocupa de accionar el freno trasero (scooters automáticos) o el embrague (motocicletas con cambio de marchas). En ambos casos recomiendo al menos mantener siempre el dedo pulgar en contacto con el claxon (sobre todo en conducción urbana, un entorno siempre lleno de peligros), para ahorrar unas preciosas décimas que pueden ser críticas a la hora de advertir a ese coche que va a meterse en tu carril sin mirar, a esa furgoneta que está a punto de incorporarse a la calle en el peor momento, a ese peatón suicida dispuesto a cruzar con su semáforo en rojo sin darte ya tiempo a reaccionar…

Un último consejo: no agarres el manillar con tensión y rigidez, como si te fuera en ello la vida. Tu moto se comportará mucho mejor en cualquier circunstancia si te limitas a descargar el peso de tu torso sobre el manillar, de manera relajada y cómoda para ti. Pero nunca conduzcas con una sola mano y mucho menos sin manos, porque así resulta imposible enviarle a la moto las órdenes que requiere para circular con seguridad. Resumiendo: tensión, NO; control, SÍ.

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