Hay muchos padres y madres que deciden emplear la moto para poder acercar a sus hijos al colegio aprovechando las ventajas que ofrecen las motos. Disponer en un día a día tan intenso como es el de al ciudad de la agilidad que nos ofrecen y poder ganar tiempo en cada trayecto es, sin duda, un buen incentivo al que ahora tenemos que sumar el bajo consumo de combustible frente al coche (también hay que cuidar el bolsillo). Sin embargo hay ciertas cuestiones a tener en cuenta, especialmente en el ámbito legal y es que no todas las motos pueden ser empleadas para transportar a un niño. También debemos saber que hay unas edades mínimas y otro tipo de requisitos que no se pueden pasar por alto por seguridad de los más pequeños. Te los contamos todos.
Edad mínima
En este caso no tenemos una sino dos edades mínimas que varían en función de quién conduce la moto. En caso de que el conductor sea padre, madre o tutor podrán subirse en el asiento trasero (nunca por delante del conductor) o una persona autorizada por los anteriores podrán hacerlo a partir de los siete años. La segunda edad es los 12 años, donde pueden ir acompañando a cualquier conductor independientemente de los lazos parentales que tengan, recalcando que jamás pueden ir por delante del conductor, como tampoco pueden ir los adultos.
¿En qué tipo de moto pueden ir?
No todas las motos son válidas para que los niños puedan montar en ellas, aunque en parte se trata de emplear el sentido común. Deben, como para poder llevar a cualquier otro acompañante, estar homologados para dos personas. Esto se puede comprobar en el apartado S.1 de la ficha técnica, por tanto una deportiva monoposto no podrá ser empleada para esta práctica, aunque si es la misma deportiva homologada para dos usuarios entonces no habrá problema. Es decir, no se trata del tipo de moto en sí sino de que sea legal o no que en ella viajen dos personas.
Equipamiento
Al igual que sucede con nosotros, actualmente la única obligación es que lleven un casco homologado para niño. Y ojo, insistimos en lo de casco homologado para niños, porque no pueden usar cascos de adultos algo que, además de ser un peligro, está penado con 200 euros.
Quitando la parte de la obligación, lo recomendable es que la protección del menor sea exactamente la misma que la que nosotros deberíamos usar: guantes, chaqueta, pantalones, botas, espaldera… es decir, que fuese completamente equipado por si tenemos una caída. Además, bajo ningún concepto deberían llevar ninguna zona de su cuerpo al aire, cosa que tampoco deberían hacer los adultos.
Postura
Por normativa, los niños tienen que ir subidos en la moto a horcajadas y con los pies en los reposapiés laterales. Es decir, no pueden viajar ni de lado ni sin llevar los pies en las estriberas. Ahora bien, para esto segundo hay adaptadores, alzas y asientos especiales que hacen que el niño pueda llevar sus pies apoyados en todo momento. Esto implica que prácticamente cualquier moto se pueda adaptar para llevar legalmente a un menor. Además, es importante que antes de arrancar nos aseguremos que pueda sujetarse de manera correcta a la moto o al conductor.
A la hora de bajar hay que ver si puede hacerlo de manera independiente o necesitan nuestra ayuda. En caso de que no la necesiten, algo que pasará antes o después, es importante dejarle claro que no podrá bajar de la moto hasta que nosotros le demos el visto bueno y siempre sin perder de vista el tubo de escape en el caso de las motos térmicas para evitar quemaduras. También es recomendable que lo hagan siempre para el lado de la acera y no para el lado por el que puedan venir otros vehículos para evitar situaciones de riesgo. Igualmente, es importante que no lleve ninguna mochila a la hora de bajar pues el peso le podría desequilibrar y provocar una caída al bajar.
Límites de velocidad y normas de circulación
En este sentido no nos encontramos con una normativa diferente en ningún sentido. Tenemos los mismos límites de velocidad y debemos cumplir las mismas normas, no hay limitaciones por el hecho de que el “paquete” sea un menor.
Consejos de conducción
Además de asegurarnos que puede sujetarse con fuerza y con seguridad, hay que dulcificar al máximo posible nuestra conducción. Evitar aceleraciones y frenadas fuertes, llevar una conducción relajada y, por supuesto, no asumir ningún riesgo es imprescindible. Nunca hay que perder de vista que ante una reacción brusca ellos no tienen la misma fuerza ni tampoco la misma experiencia. Llevar a cabo una conducción defensiva es en estos casos todavía más importante que cuando circulamos solos.
Seguros
Según recomiendan diferentes aseguradoras y plataformas, lo mejor es que lo pongamos en conocimiento de nuestra aseguradora para saber con certeza qué coberturas tenemos contratadas para nuestro acompañante y, especialmente, para el caso de que este sea menor de edad.
