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Cómo elegir bien unas botas de moto urbanas

Botas de moto bajas: comodidad y seguridad en tus pies
Fotos: Bihr - RST
Las botas son un elemento esencial de protección cuando circulamos en moto, pero muchas veces no necesitemos la rigidez extra que supone calzar un modelo de caña alta. Te contamos todo lo que hay que tener en cuenta para elegir correctamente un modelo urbano-deportivo de caña corta.

Los malos motoristas se olvidan de lo importante que es proteger nuestras extremidades cuando circulan en moto ocupándose, como mucho, del tronco superior (casco y cazadora). Con la llegada del verano esta combinación empeora, reduciéndose a un simple casco «quitamultas» en muchos casos. Lejos de vestir como un soldado imperial de Star Wars, la industria moto dispone de una extensa oferta de productos adaptados a todas las necesidades sin que parezca que vamos «disfrazados de moto» todo el día. Hoy abordaremos el tema de las botas urbanas para moto, pues una mala y extendida costumbre es la de emplear calzado deportivo casual o botines de vestir que no reúnen el estándar de calidad necesario para realizar nuestra actividad con seguridad.

Para mantener un estilo informal, desenfadado y con cierto toque deportivo debemos recurrir a unas botas de caña corta/baja que, además de ser cómodas y facilitar todos nuestros movimientos tanto dentro como fuera de la moto, nos protejan el pie en caso de un arrastrón por el asfalto. Una de las mejores soluciones es recurrir a un modelo fabricado en material microfibra y reforzado con tejido balístico. También hay que tener en cuenta la suela utilizada, plana como el de una deportiva para adaptarse bien a la hora de caminar y, a ser posible, con una entresuela de policarbonato antitorsión para potenciar la estabilidad y amortiguación del pie.

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Otro aspecto esencial es que disponga de las protecciones homologadas necesarias de las partes más débiles del pie, es decir: tobillo, talón y empeine (izquierdo). Con los dos primeros podemos minimizar efectos negativos en nuestras articulaciones, tan frágiles y expuestas a lesiones graves, mientras que con el tercero evitamos estropear la propia bota al subir marchas con la palanca de cambio mediante un refuerzo de goma. Disponer de elementos reflectantes siempre es de agradecer para potenciar nuestra señalización en conducción nocturna.

El tercer apartado en el que debemos fijarnos es el sistema de fijación a nuestro pie. Para ello, lo ideal es emplear una sujeción por doble cierre: cordones redondos con canalización interior independiente (para ajustar correctamente sin perder flexibilidad y no debilitar la capa exterior) y lengüeta de velcro en la parte superior (tensa la caña para reforzar a la altura del tobillo). Un detalle cuidado pasaría porque tuvieran habilitado un espacio específico para ocultar el cordón sobrante, ya que nunca debemos dejar la lazada fuera por peligro de enganchón con el motor, estriberas, pedales, cadena de transmisión, rueda trasera, etc. 

Por último y, a pesar del calcetín, el interior de las botas deberá estar convenientemente acolchado y tratado para que no nos produzca irritaciones ni picores, además de disponer de plantillas realizadas en gel antibacteriano (mejor adaptabilidad y ausencia de microbios).

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