Si eres asiduo a Soymotero.net sabrás que nos encanta ver como se enfrentan motos con motos, con coches, con lo que haga falta… Y lo habitual es que si estos enfrentamientos son de aceleración, la moto suela salir bien parada a nada que el recorrido sea de más de cuarto de milla o 400 metros. Ya puede ser el coche más potente de la calle que, quitando la arrancada porque tiene más tracción, pocas máquinas son capaces de parar el empuje de una deportiva.
En esta ocasión el enfrentamiento es todo un “duelo M”, con dos de las máquinas más selectas, exclusivas y caras de BMW, tanto en dos como en cuatro ruedas. Representando al mundo de las motos tenemos la increíble BMW M1000RR, una bestia de cuatro cilindros, que ofrece 212 CV y 113 Nm para un conjunto que en seco ronda los 170 kg. Una máquina que, de serie, sin preparación extra y sin ser la versión para circuito, declara una velocidad punta de 314 kilómetros por hora. En frente un BMW M5 CS, un mastodonte de cuatro ruedas con un V8 biturbo de 4.4 litros, cargado de fibra de carbono, con 626 CV y con un peso de 1.825 kg, mucho más ligero que el Serie 5.
A pesar de que la moto cuesta prácticamente la cuarta parte del coche, podemos decir que es un duelo que, a priori, está bastante equilibrado. Después del pertinente calentamiento de las ruedas quemándolas con un “burn-out”, la forma original de hacerlo cuando no existían calentadores, y tras presumir de destreza tocando rodilla, comienza la carrera de aceleración.
Como era previsible, los primeros metros son para el M5 aunque poco después la M1000RR comienza a imponer su dictadura para lograr una ventaja de siete décimas en el cuarto de milla. Luego llega el turno de la carrera con salida lanzada y el honor del M5 queda tocado… Al final el duelo es sobre la media milla, algo más de 800 metros, y es ahí donde el coche es capaz de no verse tan apabullantemente superado, aunque sigue perdiendo.
En cualquier caso las prestaciones de ambos vehículos son excepcionales y cada uno tiene sus ventajas. Con el M5 podrás ir a hacer la compra y no reparar en qué te llevas a casa y con la M1000RR disfrutarás a lo bestia con sensaciones que un coche jamás podrá darte y encima por la cuarta parte del dinero. ¿Lo ideal? Tener los dos, pero eso es otro asunto…
