Treinta años después de la tercera parte, George Miller (director y guionista todas ellas) vuelve a las andadas con una secuela del “guerrero de la carretera” muy en la línea, a tenor del vídeo-aperitivo, de la segunda parte (1981), pero con más acción, caos, destrucción y locura. En lugar de Mel Gibson, ahora es Tom Hardy quien interpreta al expolicía Max Rockatansky en una cinta en la que comparte reparto con Charlize Theron, que da vida a la emperatriz Furiosa.
Se ha grabado en desiertos de EE.UU y Australia, y abre paso a una nueva trilogía que retomará el espíritu anárquico que la hizo famosa. Perseguido por su turbulento pasado, Mad Max es un superviviente que vive en solitario bajo sus propias reglas. Sin embargo, se ve arrastrado a formar parte de un grupo que huye de Immortan Joe a través del desierto. La persecución está servida.
Como no podía ser de otro modo, camiones, coches preparados y motos son parte fundamental de la saga, mezclándose ahora los buggies de carrocerías clásicas y ruedas bigfoot con las rat-bikes y los tráilers asesinos. Así, las nuevas motos de Mad Max 4 son antiguas Yamahas YZ-F y R1 en su mayoría, con alguna que otra BMW bóxer y Honda Goldwing clásica y una Gas Gas TXT… prácticamente irreconocibles, con una estética futurista-nómada que recuerda, también, a la Waterworld (1995) de Kevin Costner. Neumáticos de tacos o de tractor, ausencia de carrocería, decoraciones esperpénticas, basculantes alargados, patines en la horquilla y piezas metálicas soldadas a medio camino entre una moto de desguace y un prototipo de safari hillclimb.
Cabe recordar que, con un coste de sólo 400.000 dólares y unos ingresos de 100 millones, Mad Max 1 fue la película con mejor ratio inversión-recaudación hasta El Proyecto de la Bruja de Blair (1999). De hecho, permaneció en el Libro Guinness durante 20 años. En ella debutó un nutrido grupo de Kawasakis y Hondas de la época que hizo las delicias de los motoristas de la época, con especial mención para la plateada KZ 1000 del 77 de Jimmy “El Ganso”, una variante especial para persecuciones basada en las motos de policía que usaban en algunos países. Otros tiempos…