ARC Vehicle es una nueva marca (tiene 18 meses) que no conviene confundir con Arch (las de Keanu Reeves). Es británica y diría “muy británica” incluso: su fundador (Mark Truman) es un ingeniero que lideró la división de nuevos proyectos de Jaguar (los coches), y precisamente allí surgió la idea de hacer una moto eléctrica muy avanzada. El proyecto salió adelante tras dos años y la ARC Vector es su fruto, ya de forma independiente y fuera de la marca automovilística. Su equipo incluye un ingeniero de MotoGP entre otros especialistas, todos con idea de hacer algo diferente. Se anunció algo antes de la Feria EICMA de Milán y allí la pudimos ver, tocar y admirar, en una presentación original por parte de su creador en la que era obligatorio tomarse una cerveza…
De entrada la ARC Vector cuenta con un chasis monocasco de carbono, que contiene la batería, motor y electrónica. La batería tiene mucha capacidad: 16’8 kWh de unos elementos que todavía son poco más que prototipos. Es mucha capacidad (la que tiene algún coche eléctrico en realidad) y les permite anunciar una gran autonomía, en torno a 200 millas (300 km) de uso real. Con el recorrido de homologación europeo alcanzan más de 500 km pero reconocen que en una moto así el piloto estará corriendo más (y gastando más) seguro… El motor ofrece 133 CV con un gran par, suficiente para acelerar como una superbike “mil” de 0 a 100 km/h (3 segundos) y seguir acelerando hasta pasado los 200 km/h.
El peso es notablemente reducido para una eléctrica: 220 kg. La relación entre peso, capacidad de batería y potencia, no tiene parangón actualmente en otras de su género. Las suspensiones van ancladas en ese chasis monocasco: delante una alternativa con amortiguador (Ohlins) horizontal, detrás un basculante más corriente también controlado por un Ohlins. Los frenos son Brembo a la última y las llantas, de carbono. Todo en la moto que vimos en el EICMA estaba impecablemente fabricado y montado, la verdad.
Pero hay mucho más en la ARC Vector que la hace única, además de su precio de 90.000 libras esterlinas (unos 110.000 euros) y estar limitada a 399 unidades (justo el voltaje de su batería, 400 V nominales). En el precio están incluidos un casco y una chaqueta tan únicos como la moto. Si te fijas, ésta no tiene cuadro de instrumentos: eso es porque está incluido en el casco. Proyecta la información necesaria en la pantalla tipo HUD, que es en sí misma unas gafas de realidad virtual. La chaqueta, además de protecciones en materiales innovadores, incluye varios actuadores que vibrarán en función de lo que la moto quiera comunicar. Avisar de un coche en un ángulo muerto en un cambio de carril, por ejemplo.
