La presencia de radares fijos en calles y carreteras se ha convertido ya en algo familiar en los recorridos habituales. Las señales que casi siempre los avisan, y la precisión de los GPS o móviles, dándonos aviso o recordatorio de su presencia, también han hecho que salvo despiste el número de multas de este tipo de radares sea muy inferior al que inicialmente ponían. Por cierto, que es muy mal asunto ir por encima del límite legal y además despistado como para que te “saquen la foto”.
Esta “familiaridad” con los radares fijos puede generar cierta sensación de impunidad: parece que puedes ir más rápido, cortar justo antes de donde sabes que está el radar, y acelerar una vez superado éste. Cuando son zonas por las que pasas varias veces a la semana, es más fácil que así sea. Pero precisamente para evitar esa sensación de impunidad hay una nueva “modalidad” de uso de radares móviles o camuflados: los radares en cascada, algo que ya se ha puesto en práctica estos pasados días de Semana Santa en Navarra.
Tal como cuentan allí, el objetivo de la Policía Foral es concienciar al conductor para que respete los límites legales de velocidad. Sobre todo, eliminar esa sensación que pueda tener de que una vez ha pasado un radar no va a encontrarse con otro, pudiendo correr a mayor velocidad. Tal como ha declarado el fiscal de Seguridad Vial de Navarra en una circular enviada a la Policía Foral: “no debe impulsarse la cultura de que pasado el radar se pueden infringir los límites legales de velocidad”.
El método está claro: situar un radar camuflado poco después de uno fijo, para “cazar” a quienes sí iban circulando por encima del límite, pero cortaban ante el conocimiento del radar fijo. No sabemos si la DGT habrá tomado nota de este método pero será bueno recordar nuestros consejos para evitar multas por excesos de velocidad.