Salir a dar una vuelta con la moto por carreteras de curvas es algo que suele disfrutarse por norma general y que, según van pasando los años y uno va madurando, lo afronta de otra manera y aun le saca más partido. Ya sabes, no todo consiste en ir lo más rápido posible sino en disfrutar del momento. Además y como siempre te decimos, a pegarse al tatami y a correr al circuito. El caso es que durante estas rutas además de todos los peligros que pueden surgir a nuestro alrededor y a los que hay que prestar atención, podemos encontrarnos con curvas ciegas.
Quizás te preguntes ¿qué es una curva ciega? Pues bien, se conocen comúnmente como ciegas aquellas en las que no tenemos la visión completa de la curva, o no vemos parte del trazado de la misma. Lo normal es encontrarlas en carreteras reviradas y con desniveles, donde el propio desnivel juega en contra de la visibilidad. El desafío de estas curvas reside principalmente en que si no las conocemos y al no poder verla de antemano es difícil saber si va a cerrarse más o a abrirse,además de que puede que nos encontremos con imprevistos de último momento.
Es por eso que para poder afrontar las curvas ciegas con la mayor seguridad posible debemos recurrir a un extra de precaución por nuestra parte. De entrada todos sabemos que hay que adaptar la velocidad al entorno y la situación, un concepto en el que incluimos tanto el estado de la carretera como de la moto, nuestras capacidades, el tráfico… Como decíamos, el problema de la curva ciega es, precisamente, que no podemos anticiparnos prácticamente a nada de esto más allá de saber nuestras dotes como conductores y el estado de la moto. Todo lo demás te lo vas a encontrar sobre la marcha y vas a tener que reaccionar. Por ese motivo es vital, y nos referimos a vital en el sentido más estricto de la palabra, el llevar la velocidad adecuada y tener mucho margen. De esta manera si luego la curva se cierra o se abre, hay un bache o cualquier otro imprevisto tendremos tiempo de reaccionar.

Quizás pienses “bueno, es que yo esa curva ya la conozco” y obviamente eso será importante porque de antemano sabes si se va a cerrar o no, si hay baches, humedades… en resumen, conoces cómo es la curva. Lo que no vas a saber nunca en una curva cerrada es si te vas a encontrar a otro vehículo, un animal que cruza, suciedad que ha dejado el camión que ha pasado hace un rato… así que el consejo sigue siendo el mismo.
Además es realmente importante tomar precauciones porque en muchas curvas de este estilo, especialmente las que son a nuestra izquierda, los vehículos que circulan en sentido contrario pueden tener la necesidad de invadir parte de nuestro carril. Esto sucede especialmente con camiones o autobuses, por lo que para trazarlas con seguridad además debes dejar un buen margen con el interior de la curva. Resumido rápidamente: nada de acercarse a la línea interior, cuanto más lejos de ella sin entrar en la zona sucia del exterior mejor.
Si por el contrario la curva es a derechas, además de que tendremos un menor campo de visión, un error se pagará yendo al carril contrario y las consecuencias dan miedo sólo de pensarlas. Así que hay que extremar la precaución aun más. Puede parecer redundante, pero la única manera de afrontar una curva ciega es con precaución, teniendo mucho margen. Como extra, si ves que la cosa no está saliendo bien hay que mantener la calma siempre, mirar al interior de la curva para hacer girar la moto e incluso tocar ligeramente el freno trasero o el delantero si tienes ABS en curva, pero todo con suma delicadeza. Al final, nuestras motos tienen muchísima capacidad, como los neumáticos, y si les exigimos el 100% manteniendo la tranquilidad, las posibilidades de evitar el desastre serán altas.