Si recordáis, no hace mucho os hablamos de que algo tan simple como un smartwatch nos podría salvarla vida en caso de accidente. Que en todo momento conozca nuestra posición unido a la detección de golpes por los acelerómetros así como la conexión al smartphone sirve, para que en un momento dado, pueda dar la voz de alarma por nosotros.
Ty Uehara, un estudiante de la Universidad de Hawai en Manoa ha sido el vencedor de un concurso de ideas al presentar un casco denominado ConTekt que es capaz de detectar por sí solo un accidente y, en caso necesario, alertar a emergencias indicando la ubicación exacta del motorista. Ha ganado 2.000 dólares que invertirá, con ayuda de un asesor, en desarrollar la patente además de un modelo funcional.
Como suele ocurrir en estos casos, la idea surgió después de una experiencia personal en el que un amigo sufrió una caída en moto, se rompió la pelvis y no podía moverse para coger el teléfono. Como había quedado fuera de la vista del resto de usuarios, nadie sabía que había sufrido un accidente.
La idea presentada por Uehara presenta un casco en el que están incorporados varios sistemas de detección: un GPS para saber la posición, un acelerómetro y un giroscopio para detectar cambios bruscos en la orientación o bien impactos, un sensor de presión para conocer que efectivamente ha habido un golpe así como un sistema de Bluetooth con micrófono, altavoces y conexión a un smartphone.
En caso de caída, los sensores determinan si ha habido un accidente y después de emitir un aviso sonoro (para que el motorista pueda cancelarlo si está bien o es una falsa alarma), llama a emergencias transmitiendo la posición. A continuación Emergencias se intenta poner en contacto con el conductor y si no puede hacerlo, manda la asistencia a la última ubicación conocida.
Como parte del concurso ganado, Ty Uehara junto a un asesor local, trabajarán juntos para que se pueda buscar la financiación, las patentes así como todos los asuntos relacionados con la viabilidad de lanzarlo al mercado. Según los primeros cálculos, todos los equipos costarían alrededor de 700 dólares (incluyendo la programación) por lo que por menos de 1.000 euros podría estar integrado en cualquier casco de gama media que hay hoy en día en las tiendas.
