Uno de los mejores regalos que nos ha podido hacer Yamaha a los más nostálgicos es su Racing Heritage Club. Gracias a ello vemos a pilotos actuales subirse a joyas como esta Yamaha YZR750 OW31 de 1977.
Se trata de una réplica de la que empleó Steve Baker en 1977 cuando se coronó Campeón del Mundo de la Fórmula 750. Precisamente ese año, el ’77, fue el primero que el campeonato tuvo rango de Mundial. Justo un año antes, en el 76, Víctor Palomo lo había ganado aunque el rango era de Copa FIM.
Pero volvamos a la brutal Yamaha YZR750 OW31. En aquellos años las 500 no eran las motos con más cilindrada ni con más potencia. De hecho, muchos pilotos de la categoría reina también competían con aquellas salvajes 750.
Imagina un motor tetracilíndrico, de dos tiempos y con 750 centímetros cúbicos. ¡Eso tenía que correr una barbaridad! Además, adórnalo con el hecho que muchos circuitos en los 70 eran semi-permanentes o hasta urbanos. Y remata la receta con las protecciones que llevaban los pilotos y las que había en los circuitos.
El caso es que hoy en día estamos acostumbrados a monstruos con más de 200 CV, que cualquiera con el presupuesto y el permiso de conducir adecuado puede llevar por la calle. Pero aquellos tiempos la Yamaha YZR750 OW31 era una bestia al alcance de muy pocos.
Y no hablamos solamente del presupuesto sino de las manos que había que tener para poder llevarla bien. Recordemos que los errores se pagaban muy caros por aquellos tiempos ,y aquellas motos corrían mucho.
Tanto corrían y tanta potencia tenían que esta YZR750 alcanzaba los 300 kilómetros por hora. Y aunque arrancaron con 115 CV, para el 79 ya tenía 160 CV para 155 kg.
Toprak en Mugello con la Yamaha YZR750 OW31
Equivocarte tres metros a la hora de frenar te llevaba directo a las balas de paja… En el mejor de los casos. Ahora, en una pista como la de Mugello, con un campeón como Toprak Razgatlıoğlu puede pasear con ella, pero hace 45 años…
No cabe duda de que la sensación de velocidad no es la misma que la que pudimos vivir con Canepa y la 500 de Eddie Lawson. Da la sensación de que el italiano se guardó menos que Toprak, pero no hay más que ver cómo acelera el mundo cuando el turco abre gas.
Imaginar lo que tendría que ofrecer esa Yamaha YZR750 OW31 en las últimas vueltas del cuentarevoluciones, en esas 2.000 que le faltan a Toprak pone los pelos de punta.