Estaba claro que el calor iba a dominar el primer GP de Tailandia: el calor en sí, por las altas temperaturas ambientes y en pista, y el calor “percibido” con el alto nivel de humedad, que ponía a prueba la resistencia física de los pilotos. Las temperaturas más altas de lo habitual en pista condicionaron le rendimiento de los neumáticos: además de lo más o menos esperable, como la recomendación de Michelin de usar el trasero “duro” en MotoGP (mejor dicho la no-recomendación de usar el blando), quizás la alta temperatura obró la magia necesaria para que algunas motos que tenían muchos problemas fueran muy competitivas en este nuevo circuito. Lo más evidente fue la evolución de las Yamaha en MotoGP: de ser apenas comparsas en las últimas carreras a ser casi dominadoras, pues así se puede definir que tres de sus motos estuvieran entre las cinco primeras del GP, aunque ninguna ganó o quedó segunda (por bien poco). Algo parecido pasó a las KTM de Moto2, que estuvieron delante desde la salida, y no al final cuando los demás se quedan sin neumáticos.
La carrera de MotoGP tuvo un emocionante final pero en realidad la emoción estuvo ahí desde la salida. Ver a Valentino Rossi en primera fila es emocionante, y verle adelantar a Marc Márquez tras un par de vueltas para liderar el GP, parecía un sueño hace pocas semanas. Quizás ese esfuerzo le pasó factura al italiano al final, pues Viñales (que por una vez no salió “tan” mal) estuvo más comedido hasta mitad de carrera y tuvo un final mucho más brillante. Si se descuidan Márquez y Dovizioso en su “juego”, Maverick les hubiera robado la cartera (léase victoria)… y Valentino no andaba lejos tampoco de los tres del podio.
Este final a cuatro tuvo un inicio mucho más poblado. A diez vueltas del final, todavía había ocho pilotos en menos de 2 segundos*. Cuando a partir de ese punto los tres líderes empezaron a bajar décimas los tiempos, se abrió espacio pero sin escapadas: a cinco vueltas del final había quedado claro qué cuatro se jugarían el podio, con Dovizioso, Márquez, Viñales y Rossi todavía en el mismo segundo. Zarco podría haber llegado de no cometer algún error en su remontada: quizás ha perdido la costumbre de pasar a sus adversarios sin contemplaciones… aunque fue claro quinto. Pero hasta el décimo o algo más, rodaron en 1’31’‘ altos casi hasta el final.
La clave, calor aparte, fue esa calculadora “estropeada” de Marc. Con una ventaja de 72 puntos hay dos actitudes: la conservadora estilo “no me la juego con éste que total apenas se me acerca en puntos” o la del de Cervera que es más bien “a por todas que si me caigo sigo líder”. Si, como luego confesó el propio Márquez, durante el fin de semana desde Honda le dejaron caer que les hacía ilusión poderse proclamar campeones en el siguiente GP (Japón)… como si hiciera falta animarle al Campeón, vaya. Hizo todo lo posible, Dovizioso también, siempre con una limpieza incluso difícil entre ambos por cierto, y lo consiguió. Con 77 puntos de ventaja, en Japón sí puede reservarse (un poco) y proclamarse Campeón de nuevo.
Lástima de Dani Pedrosa que podría haber tenido su ocasión de subir al podio, y bravo por Jordi Torres que con su 19º puesto aún sin apenas horas de vuelo en su Ducati-Avintia se está ganando un sitio en esta parrilla.
Moto2: Bagnaia mete la directa
Lo de “Pecco” Bagnaia este año le tiene destinado salvo crisis gorda a ser merecido Campeón. Esta vez salía desde segunda fila pero enseguida se le vio decidido (mucho) a escapar delante. Pasadas las escaramuzas iniciales, en las que Márquez quedó retrasado por un toque con Binder, se vio claramente que aquí las KTM no iban a tener que esperar a la segunda mitad de carrera para luchar por posiciones de podio con Oliveira y el propio Binder delante. Sus rivales iban a ser, como se fue perfilando a medida que pasaban las vueltas, las dos motos de otro equipo, el Sky: Bagnaia y Luca Marini, el hermano de Valentino que de nuevo ha estado delante con autoridad.
Como ya vimos en la República Checa, las Kalex del Team Sky conservan al final algo mejor el neumático delantero y las KTM el trasero. Pero es clave el delantero para disputar frenadas al rival y esa ventaja la aprovechó muy bien la pareja italiana. Bagania, para conseguir unos metros de ventaja en las últimas vueltas y así asegurarse los 25 puntos sin molestias. Marini, para apretar a Binder primero y Oliveira después. La presión sobre el portugués tuvo su premio en la última vuelta, cuando Miguel entró pasado dejando un hueco precioso a Luca y éste no desperdició la oportunidad, cerrando además perfecta la última curva.
El doblete del Team Sky deja a “Pecco” con más de un GP de ventaja (28 puntos), una estupenda forma de afrontar las siguientes tres carreras ultramarinas. Si lo gestiona bien y la suerte le acompaña, podría llegar Campeón a Valencia.
Moto3: La suerte vuelve a sonreír a Martín
Tuvimos por desgracia más de una oportunidad de hablar de la mala suerte de Jorge Martín durante la primera mitad de la temporada. Pero parece que es cierto eso de que la suerte se termina repartiendo, y llevamos varias carreras en las que al madrileño esa Diosa le mira de cara. El fin de semana se le presentaba difícil: la lesión de la mano del verano se le ha complicado con una neuritis que le quitaba movilidad. Recordando algo parecido (al japonés Ueda en 1995) le prepararon un guante con elásticos para que le abriera la mano y fue un éxito pues le permitió correr (lo dudaba el viernes) y hasta ser competitivo.
La suerte a Martín le vino en carrera, al poder remontar en el siempre feroz pelotón de Moto3: poco después de la salida y a falta de 15 vueltas, el grupo era de casi 20 pilotos y Jorge ya se movía en torno al puesto 12º. A falta de 5 vueltas, su máximo rival Bezzecchi intentaba escapar en cabeza con Martín más cerca (séptimo) pero metido en ese numeroso grupo. A dos vueltas la cosa se lió: Bastianini había aguantado para lanzar su ataque final, que se desencadenó en ese momento. El bravo italiano remontó mientras delante Di Giannantonio neutralizaba la escapada de Bezzecchi: buen trabajo de equipo para Martín y Honda, aunque lógicamente él buscaba su propia recompensa… que al final tuvo por fin.
Pero en la última curva, cuando Bastianini buscaba el podio o la segunda plaza, entró colado: se dio cuenta e intentó evitar impactar con su compañero Dallaporta (segundo), cosa que consiguió con milímetros… pero a base de caerse y llevarse a quien tenía a su izquierda por fuera: Bezzecchi. Jorge Martín con su propia lucha detrás de ellos no podía creer su suerte: entraba cuarto (casi podio en una carrera en la que dudaba si salir) con su rival fuera de carrera. Con 26 puntos ahora de liderato, le pasa como a Bagnaia en Moto2: afronta las siguientes carreras con algo más de seguridad y si la suerte le sigue sonriendo, podría llegar Campeón a Valencia. Toquemos madera, y que esa mano mejore o por lo menos no empeore…
