Maverick Viñales es el piloto más deseado del momento. Pero es curioso cómo se está desarrollando todo en torno suyo, hasta el punto de que el propio Viñales no tuvo el menor reparo en declarar que no tenía representante y que él mismo ejercía las funciones de “manager”: “No he cambiado de manager, realmente no tengo ninguno. He intentado hacer bien mi futuro, me sentía en el momento de hacerlo, sentía eso. He hablado con Aki, y estoy viendo la manera de hacerlo bien. Estoy trabajando con mi abogado y estoy viendo la manera de hacerlo”, dejando a todo el mundo con la boca abierta.
Lo cierto es que en toda esta historia Viñales se está manejando muy a su manera, sin intermediarios y estableciendo contacto directo, al menos al inicio. Está por confirmar si en Austin llegó a cenar con Valentino Rossi durante el Gran Premio, pero lo que sí es cierto es que además de verse en la rueda de prensa del jueves, Viñales tuvo una reunión con Lin Jarvis en el circuito, director deportivo de Yamaha, lo que provocó el enfado de Davide Brivio, máximo responsable de Suzuki, que quería juego limpio, ya que este tipo de contactos podía descentrar a Viñales de su trabajo durante el fin de semana.
Brivio y Jarvis se conocen perfectamente porque ambos tomaron parte en la operación que gestó la fuga de Rossi de Honda, y por tanto se tienen tomada la medida en esta negociación. Y aunque Viñales diga que él mismo es su propio representante, su abogado se está encargando de llevar a cabo la negociación en la sombra, cuidando los detalles.
Esta situación no se va a alargar mucho tiempo más, porque se ha fijado como fecha tope para tomar una decisión la próxima carrera, el Gran Premio de Francia, así que en Le Mans se desvelará la otra gran incógnita sobre el futuro.
En estos momentos, resulta difícil saber por qué marca se decantará Viñales, aunque hay indicios que hacen pensar en que se quede donde está. Cuenta con una oferta firme y apetitosa de Suzuki, y la determinación de la fábrica de entregarse al máximo para conseguir una moto competitiva. Yamaha, en una negociación llevada directamente por Jarvis, le ofrece mucho menos, bajo la argumentación de que es un piloto joven que todavía no cuenta con un palmarés destacado en MotoGP, y que por tanto no puede llegar con ciertas exigencias. Pero Viñales lo tiene claro: si Yamaha lo quiere le tiene que dar lo mismo que le da Suzuki. De lo contrario, ¿qué sentido tiene irse de donde está para disfrutar de peores condiciones?
Otro argumento para la continuidad de Viñales en Suzuki es que su equipo técnico no tiene intención de abandonar la firma. Es costumbre entre los pilotos llevarse a sus hombres de confianza con ellos cuando cambian de equipo, pero el grupo de Viñales le ha hecho ver que se siente a gusto en Suzuki y no tiene intención de cambiar.
