Han pasado nada menos que dos décadas desde que Piaggio presentase el primer Beverly. Aquella generación 2001, con cilindradas de 125 y 200 cc, aportaba un soplo de aire fresco al segmento gracias a su concepto de rueda alta, que favorecía su comportamiento dinámico pero sin renunciar al principal objetivo de resultar lo más práctico posible en los desplazamientos urbanos, con su aceptable capacidad de carga y la protección que ofrecía su minimalista carrocería. El éxito no se hizo esperar y al año siguiente ya había una poderosa versión de 500 cc, al que siguieron múltiples secuelas en cilindradas entre 125 y 400 cc, además de las versiones específicas Cruiser, Tourer y S. Un rotundo acierto de Piaggio y que ha supuesto una historia de éxito del modelo como demuestran los más de 450.000 Beverly vendidos en más de 50 países durante estos 20 años.
El fabricante de Pontedera ha renovado por completo su oferta GT (ahora catalogados como Crossover como mandan los actuales cánones del marketing) alcanzando el Beverly su tercera generación con los nuevos Piaggio Beverly 300 2021 (5.490 €) y Piaggio Beverly 400 2021 (6.390 €). Al actualizar el hasta ahora conocido Beverly 300 y retomando la versión de 400 que sustituye al Beverly 350 anterior.
Este “New Beverly” sabe a qué se enfrenta y dónde se mete. Nada menos que en la primera división de los scooter de cilindrada media y en el que destacan contendientes de la talla del BMW C 400 X (6.990), Honda SH350i (5.950 €) o el más veterano SYM HD 300 (4.299 €).
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CARACTERÍSTICAS Y EQUIPAMIENTO
El Piaggio Beverly 300 incorpora el propulsor 300 HPE (High Performance Engine) de 288 cc que estrenó el Piaggio MP3 300 hace un par de temporadas. Este motor ya estaba preparado para adaptarse a la actual Euro 5, y comparado con el anterior motor de 300 incrementa su rendimiento máximo, con un 23% más de potencia (26 CV a 8.000 rpm) y otro 16% el par motor (26 Nm a 6.250 rpm), que facilitarán su conducción pero sin suponer un aumento en el consumo de combustible. Además de generar menor ruido y vibraciones, así como declarar una mayor fiabilidad.
El nuevo Piaggio Beverly 400 estrena una inédita versión del motor HPE con 399 cc y que no comparte ninguna de las cotas internas con el de 278 cc. Comparado con el del anterior Beverly 350 ofrece un rendimiento mayor, ahora la potencia máxima es de 35 CV a 7.500 rpm, un 17% más; así como otro 30% el par motor máximo y consigue 750 revoluciones antes, al alcanzar los 37,7 Nm a 5.500 rpm. Un propulsor que mejora el conocido como NVH (ruido, vibración y dureza) y que asegura una conducción más placentera y eficaz. Mejorando los registros de aceleración con respecto al anterior 350, pero que ya nos avisan desde la marca que requerirá de su necesario rodaje hasta que se suelte del todo y pueda ofrecer su potencial. Por supuesto, está aprobado como Euro5 y llama la atención su silenciador de doble salida específico, que parece digno de una moto de mayor empaque. Una preciosidad, vaya.
Para el bastidor se aprovecha la estructura de doble cuna de acero ya empleada en el anterior Beverly pero ahora estrena las suspensiones que provienen de Showa. Con una nueva horquilla con barras del mismo diámetro de 35 mm y una pareja de amortiguadores que ahora cuentan con cinco posiciones en la regulación de la precarga del muelle, antes cuatro. Para los que se declara un funcionamiento con un 55% menos de fricciones y otro 35% más de comodidad y mejora en la conducción.
Las diferencias entre los dos Beverly a nivel parte ciclo residen en la mayor distancia entre ejes (1.550 mm) de la versión 400 (10 mm más), así como la mayor medida en el ancho de sus neumáticos. Por cierto, hemos visto calzados ambas versiones del Beverly con tres fabricantes diferentes de neumáticos: Michelin, Pirelli y Mitas.
La estética se ha remodelado por completo. Piaggio cataloga ahora su novedad como Crossover, como reconocen la propia marca por seguir la tendencia lingüista del mercado… Con un diseño muy cuidado, fíjate lo integrados que quedan los estribos del pasajero plegados, y donde lo más llamativo es la nueva parte trasera. Ahora se ha mandado la matrícula abajo a la atura de la rueda como dictan últimamente los cánones estéticos, y por debajo de los pilotos encontramos una pieza similar a un difusor aerodinámico, con mera utilidad estética, y el gran hueco que ahora hay hasta la rueda. Luces e intermitentes pasan a emplear la tecnología led al completo, y el panel de relojes estrena una pantalla LCD con bastante información pero alguna con un formato un tanto pequeño para los que sufren de vista cansada. Curiosamente el perfil de cliente al que va dirigido el modelo.
La conectividad ha llegado al Beverly con la App MIA, que permite conectar un smartphone para gestionar su uso a través del cuadro de mandos y sin necesidad de hacerlo directamente sobre el teléfono. También, a través del teléfono permite la localización del Beverly (FindMe), por ejemplo, al buscarlo en un parking mediante el sonido de una sirena o el destello de los intermitentes; así como el servicio FollowMe (Sígueme a casa) que mantiene las luces encendidas del Beverly aunque el motor ya se haya apagado; además de recopilar abundante información referida a los recorridos realizados, mantenimiento programados, otros recordatorios referidos al Beverly (renovación del seguro, etc) o el voltaje de la batería del scooter. De momento es opcional en el Beverly 300 pero vendrá de serie en el 400. Además, en la guantera que hay tras el escudo frontal hay una toma USB para cargar el teléfono o cualquier otro aparato electrónico.
La nueva llave inteligente completa los lujos que ha incorporado el Beverly. Cuenta con un botón para localizar el vehículo (Bike Finder), otro para la apertura del asiento a distancia y la tapa del depósito de gasolina. Un logo con el nombre de Piaggio junto al cuadro se ilumina al reconocer el Beverly su llave.
En el Piaggio Beverly 400 encontramos una pantalla frontal de tamaño medio, como otra de las diferencias entre ellos, además de los ya comentados motor, silenciador, ancho de los neumáticos y distancia entre ejes. Los pesos declarados son de 185 kg y 195 kg para el Beverly 300 y el 400, respectivamente.
Con el Beverly 300 vamos “a pelo” no trae pantalla frontal, a diferencia de su hermano de 400, pero su nivel de prestaciones hacen asumible esta particularidad. Su hábitat más lógico es la ciudad pura y dura, dejando el Beverly 400 para los que, además, necesiten salir y moverse más frecuentemente por el extrarradio urbano.
Por su parte, el nuevo Piaggio Beverly 400 se muestra más percherón en la respuesta de su inédito motor HPE. No es que se aprecien los 10 kg más que pesa en parado pero en marcha el motor no es tan vivo en sus reacciones. En este sentido, los responsables de la marca nos advertían que el motor 400 HPE requería de un mayor rodaje para ofrecer sus mejores registros. Eso sí, lógicamente se embala más que el 300 y mantiene mejor una mayor velocidad crucero. Momento donde agradecemos la pantalla frontal que incorpora y que, al menos durante esta breve toma de contacto, no apreciamos que generase turbulencias o la menor contrariedad en su función. El equipo de frenos es idéntico en ambos y a pesar del mayor peso y velocidad que alcanzamos con el 400 no muestran debilidad alguna.
Como decimos, hemos visto hasta tres suministradores diferentes para su calzado, lo que puede incidir en el comportamiento del Beverly. Aunque es algo que apreciaran exclusivamente aquellos más sensibles a los cambios, que no suelen ser precisamente a quienes va dirigido el nuevo Beverly, y que estaría justificado por la diferentes durezas del compuesto en la fabricación de sus carcasas.
EN MARCHA
Montarse en el nuevo Beverly no plantea el menor problema. No dispone de plataforma plana pero casi, por lo que quien tenga previsto usarlo con falda no verá en su ergonomía un impedimento. Los mandos quedan donde esperamos y para los pies hay el suficiente espacio para moverlos hacia delante y atrás. El asiento es amplio y se muestra cómodo, hasta el punto de pasar totalmente desapercibido, y eso es buena señal.
El nuevo Piaggio Beverly 300 sale con brío, su motor es alegre como ya comprobamos en el Piaggio MP3 300 por las calles de París en su presentación hace un par de años. Un perfecto aliado para la lucha diaria frente al tráfico y que no destaca especialmente por nada pero hace bien todo bajo nuestras severas órdenes en esta primera toma de contacto. Es ágil en giros cerrados, así como estable a alta velocidad. Aunque nos ha llamado la atención que al soltarnos de manos la dirección se mueve un poco aunque sin trasmitir nerviosismo alguno en marcha. Lo achacamos a unas geometrías cerradas en busca de la mejor dinámica del Beverly. Con unas suspensiones de tarado firme pero que no llegan a incomodar, y sin mayor novedad al atravesar juntas o cualquier otra irregularidad presentes en el asfalto, incluso si nos pillan por sorpresa. Los frenos funcionan bien y el tacto de sus mandos es el correcto; y el funcionamiento del ABS no es nada intrusivo. También cuenta con control de tracción (ASR), y que tampoco entra en escena hasta que no resulta estrictamente necesario. Además, se puede desconectar mediante un botón alojado en la piña izquierda.