El Circuito de Albacete es una de esas pistas en las que prácticamente todos tenemos recuerdos. Al fin y al cabo se inauguró cuando en España solamente teníamos Jarama, Calafat y un recién estrenado Circuito de Jerez. Llegó antes de Montmeló, Cartagena, Cheste, y, por supuesto, mucho antes que Castellolí, Alcarrás, Navarra o MotorLand… Así que daba igual de qué parte fueras del país, que si competías ibas a ir a parar a Albacete antes o después, mientras que para los aficionados que iban a hacer tandas desde la zona centro y levante era cercano, cómodo y económico.
Pero no sólo eso y es que durante años acogió el WSBK, el Mundial de sides, el Europeo de Camiones, todo tipo de carreras de turismos y fórmulas, el Mundial de Resistencia, el Europeo, el nacional y luego el FIM CEV. Incluso llegó a acoger el Superprestigio y se pudo ver a algunas 500 del Mundial rodando en la pista manchega que, por aquel entonces, se denominaba “La Torrecica”.
El paso de los años empezó a hacer mella en un circuito sin actualizaciones a nivel infraestructuras. Y mientras parte de la ciudad crecía en torno a la incesante actividad, los nuevos circuitos más modernos en cuanto a instalaciones iban creciendo. No importaba mucho, la calidad y calidez de quienes estaban a cargo del trazado superaba ese contratiempo. Y pasó otra década, llegamos a los años 10 del siglo XXI (suena raro, eso de los años 10), y entonces empezamos a ver las carencias de infraestructuras, con boxes muy pequeños, una sala de prensa diminuta, aseos, duchas y otros servicios deteriorándose…
Fue entonces cuando empezamos a pensar que el ya denominado por entonces Circuito de Albacete necesitaba una reforma urgente… Que llegó para la pista. Después de casi 30 años de actividad se reasfaltaba por completo, cambiando algunos puntos como el final de recta o la famosa zona de la cafetería para hacerlo algo más lento y, por tanto, más seguro. También desapareció la chicane (mi punto preferido de adelantamiento), para poner una nueva zona que hacía que se entrase a recta más despacio.
El caso es que para solucionar los problemas reales que tenía, porque Albacete en seguridad en pista estaba por encima de Jarama, Jerez o Montmeló, solamente se alargaron los boxes con unos paneles de hormigón. Nada más. Era poco comprensible, pero era la realidad.
Fue entonces cuando me enteré de cómo funcionaba el asunto y es que aunque tenía un director, quienes de verdad decidían era un consorcio del propio Ayuntamiento de Albacete y la Diputación de Albacete. Con los políticos habíamos topado… El caso es que en aquellos tiempos la crisis de 2007 había hecho mucho daño a todos, incluidos los políticos. Hubo elecciones, cambios y la sensación es que la pista empezó a usarse como dardo punzante. Así, como si fuera un hijo de unos irresponsables padres que deciden separarse y usarlo como arma arrojadiza, el trazado empezó a sufrir las consecuencias como también los magníficos trabajadores que estaban allí, y que se quedaron en la calle a pesar de todo.
Ya en 2019 el FIM CEV dejó de ir por el circuito, el ESBK todavía corría, de los camiones y las pruebas internacionales olvidémonos hacía una década que no se dejaban caer por La Mancha. Pero las deficiencias de infraestructuras continuaban y el campeonato de Dorna necesitaba más. Luego llegó la pandemia y esa fue la puntilla. Después de cerrar, al reabrir lo hizo bajo mínimos y sin competiciones. Aunque el ESBK estaba programado para el propio 2020 y también para 2021 se canceló.
Según los rumores por el paddock se debía a que los políticos no se atrevían a cancelar la Feria de Albacete y dejar que se corriesen carreras ¿Cómo te quedas? Sí, políticos incapaces de diferenciar entre lo que es una fiesta patronal y una infraestructura que necesita de actividad para sobrevivir. Políticos salvando su cara (y su asiento) para quedar bien con una ciudadanía que se iba a quedar sin fiestas, y que llevó a anular no sólo el ESBK sino toda competición en pista independientemente de que se celebrase en el periodo de feria, antes o después.
En 2022 hemos pasado al siguiente nivel, los calendarios de ninguna competición contaban con el circuito manchego, ni tan siquiera los regionales. Pero las tandas se mantenían hasta que los organizadores empezaron a recibir llamadas anulando las mismas. El motivo unas supuestas obras de mantenimiento o mejora, también por motivos de seguridad y la certeza de que quedan suspendidas todas las actividades hasta el verano.
Resulta curioso que una infraestructura bajo mínimos realice estas obras y no aproveche los meses de menos actividad para llevarlas a cabo, pero es cuando todo estalla y se ven las costuras. Curiosamente, lo primero que uno piensa es que deben ser unas obras de calado y conociendo la pista como la conozco la única zona realmente peligrosa es la penúltima curva, porque la escapatoria es asfaltada y en caso de fallo mecánico no hay nada que te pare. El resto de la pista está en condiciones (salvo la pintura de los pianos, que ya le toca repaso) y la obra necesaria para solucionar ese problema, si es que fuera ese porque que no lo han especificado, no lleva cuatro meses ni mucho menos.
En resumen, mi sensación es que los políticos albaceteños nos están mintiendo u ocultando información y no sólo eso, tampoco me extrañaría que en un plazo corto se anuncie que el circuito pasa a ser de gestión privada, como sucede con el de Navarra. Es decir, creado con dinero público, mantenido con dinero público y, después, pasado a manos privadas para hacer caja con él gracias a un contrato de explotación. Espero equivocarme, pero es un pálpito que tengo desde hace un tiempo.
Y la sensación de mentira la refuerza el hecho de que en la Plataforma de Contratación Pública sí aparece el concurso para los servicios médicos de este año (curioso que esté adjudicada y formalizada ya aunque el circuito no va a tener actividad), y hasta del mantenimiento de la fotocopiadora por mil eurazos al año. Para una pista sin actividades me parece un buen gol, pero no aparece por ningún lado el contrato de la supuesta reforma. Puede que yo no sea muy listo, pero tampoco me gusta que me tomen por tonto…
El caso es que mientras los políticos de unos y otros partidos se tiran los trastos a la cabeza, el Circuito de Albacete languidece.
