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Una Vincent Black Lightning de 1 millón de dólares

Fotos: Bonhams
Si alguna vez os habéis preguntado cuál ha sido la moto más cara vendida en una subasta, nosotros tenemos la respuesta: la Vincent Black Lightning de 1951 que ha alcanzado la desorbitada cifra de casi un millón de dólares cuando el martillo de Bonhams en Las Vegas dio por cerrada la puja.

751.349,69 euros, o casi un millón de dólares al cambio es lo que se ha pagado en la reciente subasta de Las Vegas por una Vincent Black Lightning de 1951, lo que la convierte por derecho propio en la motocicleta más cara subastada hasta la fecha.

Pero es que esta Vincent Black Lightning es muy especial, dentro de lo especiales que ya son de por sí solas este modelo en concreto del que solamente se fabricaron aproximadamente unas 30 en la factoría inglesa de Stevenage. Pero antes de hablar de la moto en cuestión, merece la pena ver cómo fueron los últimos instantes de la puja en la que se llegó a semejante cifra astronómica.

Esta Vincent Black Lightning con chasis número 7305 fue encargada e importada personalmente por Tony McAlpine a tierras australianas. Cuando se estaba fabricando, coincidió con otro modelo Vincent muy conocido y apodado ‘Gunga Din’. Ambos modelos, una vez ensamblados, salieron a ser probados en pista y la moto subastada era todavía más rápida que la ‘Gunga Din’. Aseguraban que era capaz de superar los 210 km en tercera velocidad.

Vincent Black Lightning

Ya en Australia, la Vincent de McAlpine consiguió el récord de velocidad australiano en su categoría a una media de 227,7 km/h. Posteriormente pasó a manos de Jack Ehret con quien además se anotó numerosas victorias en Australia, lo que hizo que se hiciese muy famosa en todo el mundo.

Finalmente y tras permanecer en manos de Ehret más de 50 años, la Vincent ha sido finalmente subastada sin haber sido nunca restaurada pero en perfecto orden de marcha, y alcanzando casi la cifra mágica de un millón de dólares. Una cifra récord para una moto de récord.

Morrillu
Morrillu
Cosecha 1977. Convertí un sueño en una pasión, y una pasión en una profesión. Me puedes encontrar juntando letras, aprendiendo mecánica o como monitor, y siempre disfrutando de lo que hago.

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