Son numerosas las ocasiones en las que nos hacemos eco, nosotros y nuestros compañeros, de las diferentes irregularidades, atropellos, accidentes y temeridades que efectúan los conductores de patinetes eléctricos en nuestras ciudades. Pero la última noticia de la que hemos tenido conocimiento, cruza todas las líneas rojas sobre el tema.
Vamos al grano. Hace unos días, por la noche y a eso de las 00:00, agentes de La Guardia Urbana de Cornellà de Llobregat detuvieron a un conductor de un patinete eléctrico que iba sin luces, por saltarse un semáforo en rojo a 118 km/h. Como te imaginarás, el scooter había sido modificado y su limitación de velocidad máxima (de 25 km/h), había sido anulada.
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Pero esto no acaba aquí. Según informan las autoridades del municipio catalán de la comarca del Bajo Llobregat, el conductor no tenía permiso de circulación, llevaba 155 gramos de resina de hachís, dos botellas de Popper (nitrito de amilo), un spray ilegal de gas pimienta, una defensa rígida (porra), dos navajas y un chaleco antibalas.
Sí, has leído bien. Posteriormente al conductor se le practicó un test de drogas que resultó positivo en THC, opiáceos, cocaína, heroína, anfetamina y benzodiacepinas. Y, sí, otra vez has leído bien. El energúmeno iba drogado hasta los dientes.
La Guàrdia Urbana procedió de inmediato a su detención, acusado de un delito contra la salud pública y le denunciaron también por un delito contra la seguridad vial. Como dato, en 2022, la Guardia Urbana de Cornellà abrió 1.762 expedientes sancionadores contra vehículos de movilidad personal, un 90% más que en 2021. Lo único que hizo bien es ir en solitario. Ojo, los VMP y demás vehículos ligeros propulsados eléctricamente solo están autorizados para transportar a una persona, por lo que la circulación de 2 personas en ellos es sancionable con 100 € de multa (artículo 9.1.5.E del RGC).
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