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Prueba Yamaha Tracer 700 2020: minimalismo trail

La T7 cuesta 8.599 €, 1.300 € menos que la Ténéré 700
Fotos: Yamaha
Yamaha renueva su trail asfáltica deportiva para carnet A2 cuatro años después de su lanzamiento. La segunda generación de la Tracer 700 potencia su deportividad, incorpora mejores suspensiones y adapta su motor bicilíndrico a la normativa Euro 5, un producto concebido para el mercado europeo, con más argumentos que nunca para luchar de tú a tú en el competido mercado de media cilindrada y sin superar la barrera de los 9.000 euros.

Las matriculaciones dejan claro que las monturas trail han desplazado a las grandes ruteras de siempre, básicamente por polivalencia, ligereza y diseño. De hecho, Yamaha incluye su Tracer 700 en la gama Sport-Turismo, junto a las FJR1300, Niken GT o Tracer 900. Atrás queda la Tracer 700 GT, pues desde este año sólo hay versión estándar y accesorios a elegir para hacértela a medida. La nueva «T7» es un producto eminentemente europeo ya que, aunque el desarrollo del motor se ha realizado en Japón, el conjunto chasis-carrocería en italiano, mientras que el ensamblaje se realiza en Francia. En el punto de mira, otras trail con llanta delantera de 17 pulgadas como la Kawasaki Versys 650.

CARACTERÍSTICAS Y EQUIPAMIENTO

A nivel propulsor, Yamaha sigue confiando en su bicilíndrico en paralelo «crossplane» CP2, el mismo que actualmente impulsa a otros cuatro modelos del catálogo de la firma de los diapasones (Yamaha MT-07, Yamaha XSR700/Tribute, Yamaha Ténéré 700). Hablamos de un motor DOHC 8 válvulas con 689 cc, 72.4 CV a 8.750 rpm y 68 Nm a 6.500 rpm que, ahora se actualiza convenientemente a normativa Euro 5 con cambios en encendido, inyección, empujadores de válvulas, admisión, escape y caja de cambio. 

De serie, la Yamaha Tracer 700 incluye instrumentación LCD monocolor, iluminación full-LED, ABS estándar, chasis tubular de acero, horquilla telescópica de 41 mm (regulable en precarga/rebote), basculante de aluminio (alargado), discos de freno lobulados, pinzas de freno Advics/Nissin, cubremanos, óptica trasera de Tracer 900 y maneta de freno regulable en distancia. 

Otras diferencias respecto a la Yamaha Tracer 700 (2016-2019) pasan por la incorporación de un asiento más estilizado y con 1 cm más de mullido para el pasajero, un manillar de aluminio con puente central 3.5 cm más ancho, parabrisas regulable en altura (manualmente), amortiguador trasero con regulación en rebote (antes sólo precarga) y desarrollo acortado (corona de 45 dientes en vez de 43). El depósito de gasolina tiene una capacidad de 17 l., el peso total declarado llena es de 196 kg y calza neumáticos Michelin Pilot Road 4.

Instrumentación LCD monocromo de la Yamaha Tracer 700 2020

EN MARCHA

Sobre la Tracer 700 te encuentras a gusto desde el principio y accedes fácilmente a ella, gracias a un asiento situado a 84 cm del suelo, ideal para mi 1.80 cm de altura. El manillar es algo más ancho, un buen compromiso para ganar confianza además de para adoptar una postura más relajada. Jugar con la altura del parabrisas es muy fácil, ayudándote de la mano izquierda y con un tirador de bloqueo-desbloqueo de fácil accionamiento. Aún así, no estaría de más el parabrisas alto que se vende como opción.

Sus compactas y agresivas líneas, inspiradas en sus hermanas de circuito (YZF-R1 y R6), son una declaración de intenciones, algo que queda patente una vez nos ponemos en marcha. El carácter y respuesta del bicilíndrico retocado es directo, sin síntomas de fatiga y muy enérgico en todo el rango de revoluciones. Bien es cierto que en la franja media (5.000-7.000 rpm) es más aprovechable y contundente, aprovechando la zona alta (7.000-9.000 rpm) sin miedo para disfrutar de la conducción más deportiva. Jugar con la estirada y el cambio será una constante si queremos llevarla en la «zona buena».

Rodando con una Yamaha Tracer 700 2020 Pack Sport

Esa potencia no desbordante 100% aprovechable casa a la perfección con una parte ciclo muy mejorada que sitúa a la Tracer 700 un escalón por encima de su antecesora. Y es que, aunque el chasis se mantiene, las suspensiones han mejorado con más posibilidades de ajuste y reglajes internos específicos, demostrando una solidez sorprendente para una moto de este precio.  Además, esta sensación se refuerza con nuevas geometrías (1 cm más entre ejes, ahora 1.460 mm) que la hacen muy estable, incluso bajo la conducción más agresiva. La agilidad y respuesta instantánea de antes se mantienen, obsequiándonos con cambios de dirección rápidos, nulo esfuerzo para llevarla por el sitio y una sensación de ligereza digna de un modelo de 500 cc.

Un buen centrado de masas junto a un reparto de pesos óptimo ponen la guinda al pastel. Conduciendo una moto tan estrecha y manejable es fácil dejarte llevar y, al final, terminas yendo más rápido de lo que crees, simplemente, por el puro placer de conducir. En frenadas fuertes el tren delantero no se hunde ni desestabiliza, guarda la compostura y se encuentra escoltado por unos «zapatos» Michelin que rinden sobradamente. 

Hilando curvas cerradas en un puerto de montaña, coto de caza ideal para esta moto, notas cómo todo fluye, con aceleración controlable e invitándote a realizar una conducción divertida y sin riesgos, apoyándote en una marcha que funciona como una 2ª de otras motos, ayudado también por el desarrollo acortado. Por otro lado, la frenada cumple correctamente su cometido, con un buen tacto-potencia aún sin contar con las habituales pinzas delanteras radiales.

La óptica trasera de la Yamaha Tracer 700 2020 es la misma que en la Tracer 900

Equipamiento y packs opcionales

La Yamaha Tracer 700 dispone de un buen catálogo de accesorios (PDF adjunto más abajo para descargar) para completarla al gusto de cada usuario, potenciando así su enfoque más rutero o deportivo: puños calefactables, bolsa de depósito, escape completo Akrapovic (en marcha la mejora de rendimiento respecto al escape de serie se nota mucho), asiento rebajado, faros antiniebla, toma de corriente 12 V, etc. Independientemente de la posibilidad de adquirir las piezas por separado, la firma japonesa ha diseñado cuatro paquetes complementarios para facilitarnos la tarea y hacerlo de una sola vez: 

  • Pack Urban (405 €)

– Toma de corriente USB5V – Parrilla trasera – Top case 39 l. – Respaldo de pasajero

  • Pack Sport (380 €)

– Portamatrícula – Cubrecadena – Protector de radiador   – Protectores de goma para laterales del depósito

  • Pack Travel (1.210/1.329,79 €)

– Anclaje y maletas laterales rígidas – Parabrisas alto – Asiento Comfort   – Toma de corriente USB5V

  • Pack Weekend (770 €)

– Anclaje y maletas laterales semi-rígidas – Parabrisas alto – Protector de depósito central   – Toma de corriente USB

El listado de accesorios para completar la Yamaha Tracer 700 2020 es extenso

Valoración Final

La Yamaha Tracer 700 2020 es una moto tan sencilla y básica como su hermana Ténéré 700, sin aditivos electrónicos que encarecerían el precio final, pero al mismo tiempo mejorada para ser más efectiva, divertida y fácil de conducir que antes. Un modelo bien resuelto en el que la conducción pura prima sobre la tecnología, otorgándote a cambio un feeling deportivo que hace honor a la genealogía de la firma de los diapasones. Si eres un amante de los «gadgets electrónicos» quizá veas más interesante la Tracer 900, pero esta 700 te conquista porque es un auténtico juguete.

Tiene personalidad, es atractiva, accesible, cómoda y versátil, válida igualmente para uso diario, disfrutar en curvas y realizar rutas a dúo. Buena relación calidad-precio, segunda versión de 47 CV para usuarios con carnet A2 limitado (mismo coste que la estándar), tres colores a elegir (rojo, azul y el gris de la prueba) y múltiples accesorios para personalizarla son otros de sus puntos fuertes.

Lo mejor
  • Motor
  • Agilidad
  • Diseño
  • Fácil de conducir
Mejoraríamos
  • Sin cambio semiautomático
  • Sin dato de autonomía estimada

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