El apellido Ténéré debutó en 1983 con el lanzamiento del primer modelo de 600 cc, una moto de 43 CV y 160 km/h que heredaba el espíritu de las motos del Rally París-Dakar de aquella época. La Yamaha XT660Z Ténéré (2008-2016) fue la última monocilíndrica de su especie, una de las víctimas de la entrada en vigor de la normativa Euro 4. 36 años después, el segmento de las trail-medias ha cambiado por completo, potenciando sus capacidades ruteras gracias al avance de la tecnología y condenando al ostracismo al segmento GT: las ventas así lo confirman. La nueva Ténéré 700 toma el relevo de esta insigne saga, ya como bicilíndrica, potenciando el lado más off road de la marca de los diapasones.
Si la Yamaha MT-07 debutó en 2014 (con restyling en 2018) y, tanto la naked neorretro XSR700 como la variante trail asfáltica Tracer 700 hicieron lo propio en 2016, era cuestión de tiempo que llegase una trail-mixta de marcado carácter deportivo. La experiencia en el Rally Dakar, con 9 victorias entre 1979 y 1998 gracias a Neveu, Orioli o Peterhansel, y la 450 monocilíndrica pilotada por Adrien Van Beveren, Xavier de Soultrait, Franco Caimi (nos acompañó en la ruta) o Rodney Faggotter en las últimas ediciones (carreras de playa tipo Le Touquet incluidas) también han influido para conseguir esa estética racing tan particular de la nueva Ténéré 700.
En EICMA 2016 conocimos la Yamaha T7 Concept, que en 2017 dejó paso a la Yamaha Ténéré 700 World Raid, una moto que el año pasado se paseó por todo el mundo en un Tour de seis meses planteado para demostrar su fiabilidad y buenas maneras off road con algunos de los mejores pilotos de enduro. Por ello, la expectación era máxima y las ganas de probarla también, desplazándonos a Tortosa (Tarragona), centro de operaciones durante la Presentación Internacional del modelo, un despliegue de máximo nivel para probar a fondo el modelo más importante de Yamaha en este 2019.
El proyecto Ténéré 700, capitaneado por Takushiro Shiraishi, ha sido desarrollado para el mercado europeo por el departamento YMRE (Yamaha Motor R&D Europe) ubicado en el norte de Italia. En el mercado trail mixto, aterriza como última representante del ‘club de las 21 pulgadas’ hasta 1.000 cc, junto a rivales como la BMW F850GS (11.950 €), Honda CRF1000L Africa Twin (14.150 €), KTM 790 Adventure (12.399 €) o Triumph Tiger 800 XCx (13.500 €).
Con estos antecedentes, la nueva Yamaha XTZ700 Ténéré 2019 se presenta impulsada por un motor bicilíndrico en paralelo (CP2) DOHC “crossplane” de 689 cc y 72.4 CV, chasis doble cuna tubular de acero, instrumentación LCD tipo Rally (monocolor) flotante, ópticas LED, suspensiones Kayaba, llantas de radios (delantera de 21” y trasera de 18”), neumáticos mixtos (con cámara, para facilitar su reparación en marcha) Pirelli Scorpion Rally STR, manillar de sección variable, cubremanetas, cubrecárter de aluminio, pinzas de freno Brembo y ABS desconectable (botón en la parte inferior de la instrumentación).
Otras características interesantes pasan por el guardabarros delantero regulable en altura (para ganar espacio con los neumáticos embarrados), los asideros de colín integrados (para moverla en situaciones complicadas), la toma de corriente 12V, estriberas en sierra y palanca de freno plegable, parabrisas con deflectores laterales, prácticas rótulas de regulación de altura de faros, ganchos portabultos o la araña con barra auxiliar para anclar accesorios (GPS, smartphone, cámara subjetiva, etc).
Hard-Trail
A primera vista la Yamaha Ténéré 700 parece más alta de lo que en realidad es pues, en parado, queda muy vertical debido a la longitud de su pata de cabra de aluminio. Si mides 1.75-1.80 cm no tendrás problemas ya que el asiento del conductor es curvo, logrando una distancia al suelo de 87,5 cm. Si te parece alto, hay un kit opcional compuesto por asiento bajo y bieletas de amortiguador cortas para rebajar la distancia a 84 cm. Sobre ella, agradeces lo estrecha y compacta que es, facilitando todos tus movimientos. Con botas de campo, mejor quitar las gomas protectoras de las estriberas y que el dentado de las mismas haga su función de agarre correctamente. De pie, las torretas de la tija son lo suficientemente altas como para tener que encorvarte poco sobre el manillar: todo queda en su sitio. El radio de giro es amplio, ideal para maniobrar en poco espacio.
En marcha, rápidamente aprecias una sensación de ligereza inusual en una montura de este segmento, lógico al declarar la cifra más baja de su categoría: 204 kg llena (casi igual que la Tiger, 5 kg menos que la KTM y ¡26 kg menos que la Africa Twin!). La parte ciclo se centra en un chasis doble cuna de acero (17,75 kg) con parte inferior desmontable fabricado específicamente para ella, logrando una distribución de pesos 48% delante-52% detrás. Cambios de dirección rápidos, agilidad, viveza de reacciones y mucho feeling en el tren delantero son aspectos dominantes. Detalles como la pletina-soporte de estriberas en aluminio forjado dejan claro que las partes más sensibles a un uso intensivo en campo se han visto reforzadas para este fin.
Además, las suspensiones funcionan realmente bien, con dos unidades Kayaba de calidad (horquilla invertida de 43 mm con 21 cm de recorrido regulable en compresión/rebote y monoamortiguador con 20 cm de recorrido regulable en compresión/rebote/precarga). El tarado de origen, que fue el que probamos, funciona correctamente, si bien me hubiese gustado endurecer un poco la horquilla para aumentar la rigidez. Algo menos de presión de inflado para los Pirelli también hubiera sido ideal, aunque entiendo que lo primero es curarse en salud y evitar pinchazos para disfrutar de los 500 km de intensa ruta, pasando por Los Monegros y el Bajo Ebro (Tortosa-Caspe-Fuentes de Ebro-Fraga-Falset-Móra d’Ebre-Tortosa). Los Pirelli Scorpion Rally STR son un buen compromiso para todo uso y cuando los fuerzas son de los que te avisan. En tierra perdí varias veces el tren delantero, mientras que en una carretera de cemento me ocurrió lo mismo con la rueda trasera: si reaccionas rápido las recuperas y evitas la caída. Desde luego, si no sales de las pistas, mejor algo con más taco (Continental TKC80 o Metzeler Karoo 3, por ejemplo).
También tuve oportunidad de probar una Yamaha Ténéré con Kit Rally, que incluye asiento tipo enduro, es decir, totalmente horizontal y plano de una pieza. Aunque me preocupaba la altura, finalmente llegaba con los pies al suelo en parado y mis movimientos en los caminos a la hora de afrontar las curvas y las maniobras difíciles mejoraron, pudiendo también cargar más peso delante y otorgándote, en resumen, mayor rapidez y libertad de movimientos. Desde luego, para uso por carretera mejor el de serie. Otro detalle importante es que el efecto giroscópico de los discos lobulados se reduce gracias a los 282 mm de diámetro de los mismos, lo que también facilita la agilidad del tren delantero. En resumen, pocas inercias y manejabilidad sobresaliente, un juguete en lo que a manejabilidad-trail se refiere.
Una parte ciclo de calidad sólo puede verse reforzada por un motor experimentado y con carácter, pero al mismo tiempo dosificable y aprovechable. El bicilíndrico de la Ténéré 700 sufre algunos retoques respecto al del resto de la familia MT-07. Inyección, airbox, refrigeración, escape y desarrollo acortado (46/15) se traducen en más medios y bajos sacrificando, “chicha” arriba y ofreciendo todo su potencial real hasta las 8.000 rpm. El motor también ha sido optimizado para, llegado el caso, admitir gasolina sin plomo de hasta 90 octanos sin penalizar su funcionamiento, pudiendo repostar en países sin tanta calidad de combustible como el nuestro.
Con tanta “aceleración-controlada” desde abajo, te lo pasas como un enano sin verte obligado a jugar excesivamente con el cambio, ya que esta Ténéré funciona mejor en una marcha más de lo que estamos acostumbrados en otro tipo de moto. La respuesta del acelerador es instantánea a tus insinuaciones y su comportamiento es muy natural aún forzándola. Si buscas superar los 190 km/h de marcador olvídate, pues lo mejor es ir hilando fino en pistas o carreteras reviradas y controlando todo con la muñeca derecha. El asfalto roto tampoco es problema, al igual que la gravilla, las grietas, el cemento o los baches: la Ténéré 700 nunca se descompone y siempre transmite confianza sobre cualquier superficie. Tracciona mucho y transmite toda la potencia de manera lineal y contundente, pero sin violencia.
Parece que el enorme potencial de la Ténéré 700 en tierra eclipsa su uso asfáltico y, aunque para eso es mejor la Tracer 700 o la Tracer 700 GT, es una moto que se deja conducir casi como una supermotard, apoyándote en el manillar y con la seguridad de una parte ciclo noble y divertida a partes iguales. Fácil e intuitiva, sube de vueltas rápido, te adaptas a ella al instante y hace fácil lo difícil. Viajes de largo recorrido y rutas son otra opción viable teniendo en cuenta, eso sí, que la protección frente al viento es mejorable (el parabrisas bajo es ideal para ver el suelo en conducción off road pero se antoja corto en carretera), que el asiento de serie es algo duro y que con pasajero/equipaje puedes llegar a echar en falta algún CV más en puertos pronunciados. La información facilitada por la “mini-tablet” de la instrumentación incluye reloj, nivel de gasolina, marcha engranada, temperatura ambiente y consumo medio, entre otros datos.
En lo que respecta a la frenada, nada que objetar. Se hace raro ver pinzas Brembo en ambos trenes en lugar del trío Advics de “toda la vida”, pero desde luego han conseguido un compromiso entre tacto y potencia fantástico, tanto en conducción off road como por carretera: olvídate de las radiales. El consumo es otro aspecto que se ha ajustado mucho, con un depósito de 16 l. (4,3 l. de reserva) que admite más de 300 km de autonomía. Durante la prueba me sorprendió al no superar la barrera de los 6 l. de media, y es que esta moto no se conduce sólo a base de gas sino con cierto tacto. Este dato favorece su uso en ámbito urbano, potenciado por la estrechez de la carrocería (ideal para moverte entre coches) y su agilidad.