Hay quien dice que las medias tintas no valen, que o blanco o negro, pero la vida tiene matices y existe el término medio entre ambos. En este caso las «medias tintas» es quedarse a mitad de camino de una moto de 450 y una de 250, eso es lo que es la espectacular KTM 350 SX-F una máquina que nos ha permitido divertirnos mucho en las diferentes condiciones en las que hemos podido probarla.
Llegamos a la 350 un poco «de rebote», porque nuestra intención era la de probar la 450 pero por cosas de la vida no estaba disponible, así que en KTM España nos ofrecieron la 350 o esperar y dijimos ¿por qué no? Nunca me había subido a una 350, solamente había probado lo «convencional» dos tiempos de 125 y 250 y a las cuatro tiempos de 250 y 450, pero el punto medio no lo había probado. En cierto modo tenía algo de miedo porque siempre me ha costado adaptarme a las 450 y temía que la 350 en lugar de ser una 250 con chicha fuese una 450 descafeinada. Pero la duda duró poco. Cuando la recogí ya vi que era una moto compacta, con unas líneas que me ganaron, fue amor a primera vista.
He de reconocer que tengo una relación de amor odio con KTM, la SX125 fue mi primera moto de cross, con ella me metí a mi primera carrera, pero también con ella me hice mucho daño además de darme unos cuantos palos de escándalo. Desde que dejé aquella 125 cambié de marca y aunque luego he probado alguna de pasada y más a fondo en supermotard, no había tenido la oportunidad de probar a fondo una de las motos naranjas de la «era moderna».
Así que nos metimos al lío en el espectacular Circuito de Recas donde luego también hicimos la sesión fotográfica y grabamos el vídeo gracias a Asier que nos abrió las puertas de su casa. El de Recas es un circuito exigente y a la antigua usanza, aprovechando los desniveles naturales y todo ello acompañado de saltos. Con el terreno regado y arado, la moto pronto se mostró como una buena aliada. Tan ágil como una 250 pero con más potencia así que no hay que ir por las paredes por las curvas, se puede conducir como una 450 en cierto modo porque tiene unos bajos que te lo permiten pero sin ser tan física.
Hablando del motor, hay que decir que cuenta con potencia más que de sobra para poder tomarse con calma las curvas y cuando la moto está más recta abrir gas sin piedad para afrontar los saltos. Además como dispone de dos curvas de potencia y el control de tracción es desconcetable puedes ir jugando con ello en marcha, lo que te ayuda si la pista va cambiando de condiciones. El propuslor, la parte diferenciadora del conjunto respecto a sus hermanas, pesa 26,6 kilos, es decir solamente 700 gramos más que en la 250 y aun con eso el conjunto de la moto es solamente medio kilo más (99.5 kg en seco) que el declarado en la 250. Por eso se nota tanto ese aumento de potencia, porque tenemos un buen puñado de caballos más para el mismo peso.
Pero si la parte del motor sorprende, el aplomo de la moto lo hace todavía más. En «mi época» de KTM me peleaba con una moto que era inestable en el tren delantero y que hacía todo el rato por cerrarse en las frenadas fuertes, pero ¡qué grata sorpresa! la parte ciclo de esta KTM 350 SX-F funciona a la perfección. En la caída de los saltos la absorción es tremenda incluso cayendo al plano, en los baches se comporta bien también, aunque donde más me sorprendió fue en la actuación en la frenada. Se puede frenar fuerte que aguanta, puedes forzar el tren delantero con los frenos que responde y luego en mitad de la curva también es nombre. Esto se debe en primer lugar a las geometrías de su chásis de acero de doble cuna central, pero también es así gracias a las suspensiones de WP. Delante tenemos las barras WP XACT con un diámetro de 48 mm mientras que detrás nos encontramos un amortiguador de la misma gama, WP XACT.
Como es habitual, cada una de las botellas de la horquilla tiene una función. En la izquierda encontramos el sistema neumático, con doble cámara con el cartucho de aire ecapsulado. Mientras, en la botella derecha es donde se sitúa el cartucho de amortiguación. La compresión y la extensión es regulable y como suele ser habitual arriba podemos tocar la primera, mientras que en las punteras (abajo) nos encontramos la segunda. Ambas cuentan con 30 clicks para adaptar las reacciones al estado del terreno y a la necesidad de cada piloto. El amortiguador trasero, sin bieletas, es totalmente regulable y copia el terreno al milímetro.
Parte de esa confianza que transmite la moto lo hace gracias a los Dunlop Geomax MX3S y después de probarlos con el terreno ligeramente embarrado y también totalmente seco se puede decir que es una elección interesante. Por cierto, no menos importante son los bujes mecanizados y las llantas, que como viene siendo habitual en las motos naranjas corren por cuenta de Excel, que ayudan a tener esa sensación de ligereza en el conjunto.
Por último y no menos importante, está el aspecto de la frenada en el que la SX-F cumple a la perfección, con un equipo Brembo efectivo que nos permite modular la frenada y apurarla con la confianza que ofrece la empresa italiana. Sin duda la guinda de un pastel que está repleto de detalles de primer nivel y que es tan fácil de llevar que por un momento te de la sensación de que esto del mx se te da realmente bien aunque la realidad sea mucho más cruel.