Todos hemos soñado alguna vez con tener en el garaje una moto para cada ocasión. Poder elegir cual de ellas vas a coger dependiendo de lo que ese día tengas que hacer o, simplemente, de lo que te pida el cuerpo. Ojalá tú seas uno de esos pero, para la mayoría de los mortales, este sueño nunca llegará a ser realidad. Por suerte, hoy en día puedes combinar deportividad, confort, seguridad y diversión en una misma moto, sin que tengas que renunciar a ninguna de las sensaciones que cualquiera de tus soñadas motos puedan ofrecerte. La segunda generación de la Honda VFR800X Crossrunner ha mejorado su equipamiento y ha sido rediseñada para proporcionar una mayor polivalencia y prestaciones.
Tarragona fue el lugar elegido por Honda para la presentación de su nuevo modelo. Allí nos tenían preparada una ruta que combinaba algún tramo de autovía con carreteras repletas de curvas de todo tipo y toda clase de asfalto. Todo ello bajo el incomparable marco paisajístico de la comarca del Priorat que nos recibió con un espectacular día soleado y caluroso.
Herencia Sport
La carrocería de la VFR800X Crossrunner ha sido totalmente rediseñada. A simple vista tiene una imagen mucho más ligera y estilizada. Se han reubicado los radiadores laterales en el frontal del semi-carenado. El bastidor doble viga de aluminio incorpora un subchasis 1.2 kg más ligero y un nuevo basculante monobrazo de aluminio. La nueva distribución de pesos y la mayor ligereza de todo el conjunto hace que aumente su manejabilidad y agilidad.
Nada más arrancarla, se escucha un ronroneo inconfundible. Su propulsor sigue confiando en la conocida disposición V4 a 90º, 16 válvulas y distribución variable VTEC, que ahora ofrece más par a bajo y medio régimen con una mayor capacidad de tracción. Mantiene ese cambio de carácter cuando el VTEC entra en funcionamiento, recibiendo una inyección extra de potencia que se acompaña de un característico bramido. La transición ya no es tan brusca, y ese momento en el que todas las válvulas se ponen a funcionar, a partir de las 6.500 rpm, es ahora más suave y lineal.
Su posición de conducción, más erguida ahora, es realmente cómoda, tienes la sensación de tener todo bajo control. El manillar es más ancho y ligeramente más alto. Las estriberas se han colocado algo más adelantadas, y el asiento puede regularse en dos posiciones (815 y 835 mm de altura). Aunque todo el control que sentía en marcha, se volvió en mi contra al tener que manejarla en parado, ya que a pesar de llevar el asiento en su posición más baja, no llegaba más que con la punta de uno de mis pies al suelo (mido 1,65 cm).
Un logo que luce no sólo por sus acabados de alta calidad, sino por todo el equipamiento de serie que incorpora: puños calefactables con cinco niveles de intensidad, intermitentes autocancelables, anclajes para las maletas o el nuevo sistema de iluminación Full Led. También ha sido equipada con una instrumentación muy completa que ofrece mucha información.
Las suspensiones, otra de sus novedades, cuentan ahora con 25 mm más de recorrido en la horquilla y 28 mm más en su amortiguador trasero. Absorben bien las irregularidades del terreno y hacen que la moto entre con agilidad en las curvas. De serie vienen con un tarado más bien blando, perfectas para una conducción tranquila, aunque si quieres ir un poco alegre necesitarás ajustarlas para este tipo de conducción.
A la hora de frenar monta unas pinzas radiales Tokico sobre discos de 310 mm en su tren delantero, un equipo muy efectivo. Al venir con ABS de serie tampoco tendrás que preocuparte demasiado de las condiciones del asfalto.
Otra de las incorporaciones que destacan en el equipamiento de la Crossruner, es un sistema de control de par heredado de la Crosstourer, denominado HSTC (Honda Selectable Torque Control), que ofrece dos niveles de control, además de poder desconectarlo. Este control de tracción consigue reducir el par motor de una forma suave en el preciso instante en el que se detecta una inminente pérdida de agarre de la rueda trasera.
Durante toda la ruta, la VFR800X Crossrunner se comportó de maravilla. Calzaba unos neumáticos Pirelli Scorpion, que a pesar de tener ya unos cuantos kilómetros, aún tenían un buen agarre y transmitían muy buenas sensaciones. Algunas de las unidades de las que disponíamos, llevaban montado el cambio semiautomático (quickshifter), que está disponible como accesorio opcional, con el que la sensación de subir marchas sin tener que cortar gas, mientras el motor mostraba toda su potencia, se convertía en una auténtica delicia.
Además, cuenta con una serie de accesorios con los que podrás personalizar tu VFR800X Crossrunner: top case, maletas, alarma, cambio semiautomático, escape Akrapovic, caballete central…
El precio es el mismo que el de su hermana sport-touring VFR800F, 13.499 €. Podrás elegirla en cualquiera de sus tres colores: rojo, blanco y negro, a partir del mes que viene, que ya estará disponible en los concesionarios.
Valoración final
La VFR800X Crossrunner es una moto con estilo, confortable y funcional. En autovía no te cansarás de hacer kilómetros gracias a la comodidad de su posición de conducción y al confort de la moto, mientras que su agilidad y facilidad de movimientos te permitirán disfrutar de tus salidas por carreteras de montaña. Con sus 106 CV cuenta con la potencia suficiente para divertirte.
Lo mejor:
- Motor
- Acabados
- Posición de conducción
- Frenada
Mejoraríamos:
- Protección aerodinámica