Los dispositivos GPS han sido, junto con la telefonía móvil e Internet, unos de los avances tecnológicos más notorios y llamativos en el día a día. Su utilidad sobre la moto va mucho más allá de sustituir a los tradicionales mapas de papel a la hora de seguir una ruta que nos indique el camino. Las posibilidad de conocer siempre nuestra posición exacta, obtener rutas alternativas en caso de modificar nuestro recorrido sobre la marcha, el nada desdeñable servicio de advertirnos de la presencia de radares fijos, aportarnos información sobre gasolineras, hospitales, restaurantes, alojamientos… los convierten en herramientas de gran valor, más cuanto más desconocida y lejana sea la ruta que nos proponemos abordar.
No tardó demasiado la industria en adaptar estos aparatos a diversos usos, encontrando GPSs concebidos para el excursionismo a pie, para la navegación marítima y, cómo no, para el tráfico rodado. Su aplicación al mundo concreto del motociclismo y, por extensión, a vehículos descubiertos como quads, requería de unidades GPS capaces de soportar las inclemencias del tiempo, dotadas de una sujección a prueba de vibraciones y sacudidas y de una interfaz de usuario simplificada que permita su manejo a través de menús básicos de grandes botones legibles de un rápido vistazo y que puedan ser accionados cómodamente por manos enfundadas en guantes, con una autonomía de funcionamiento suficiente como para no tener que depender necesariamente de una fuente de alimentación externa.
El único problema de estos GPS adaptados a las dos ruedas es, sin duda, su precio. Si por poco más de 100 euros podemos encontrar modelos para coche de las principales marcas (como TomTom y Garmin), sus versiones para moto rápidamente elevan el presupuesto de compra a los 600 euros, suponiendo un fuerte desembolso para nuestros bolsillos.
Si a este problema presupuestario, añadimos el hecho de que muchos ya disponemos de un GPS apto para el coche, el gasto de adquirir una unidad específica para moto se hace mucho más doloroso y, salvo que vayamos a abordar un raid o alguna aventura similar, es una lástima tener que comprar un GPS específico para moto cuando ya disponemos de la tecnología de posicionamiento. Además, junto con los baratos modelos de entrada para coche, toda una legión de PDAs y teléfonos móviles poco a poco han ido añadiendo la tecnología GPS a su lista de prestaciones, de modo que, en muchos casos, estaremos comprando un GPS de moto más por su adaptación física a nuestra montura que por la utilidad que nos aporta el aparato en si.
Conscientes de ello, varios son los fabricantes que se han lanzado a propornernos fundas que nos permitirán transportar nuestro GPS convencional a buen recaudo en nuestra moto, protegidos en fundas impermeables y ancladas mediante tiras de velcro a la tija o semimanillares de nuestra moto.
Hace unas semanas analizamos la propuesta de So Easy Rider y hoy nos detendremos a ver en detalle la funda S850 de Givi.
Funda para GPS Givi S850
Si por algo destaca la funda de GPS de Givi es, como ya es costumbre en sus productos, por la calidad de los acabados. Desde un primer vistazo apreciamos el mimo con el que la firma italina cuida cada elementos de esta funda. Las cremalleras son termoselladas, los tiradores de las mismas de una anchura generosa y rematados en goma dentada para poder operarlos con un guante puesto.
El acabado de cremalleras y tiradores es muy bueno.
Los perfiles rematados en goma para evitar rayar nuestra moto, el exterior de la base de la funda rematado con una superficie rugosa antideslizante que mejora la adherencia de la funda para minimizar su posible zarandeo.
La propuesta de Givi se compone de un bolsillo superior con ventana donde alojaremos el GPS y otro inferior, donde podemos guardar algún objeto pequeño como un monedero, un teléfono, etc.
Fijación del GPS al bolsillo con ventana por medio de dos gomas y una cincha.
El bolsillo superior está dotado de unos tirantes de goma elástica que nos permitirán fijar el GPS y mantenerlo pegado a la ventana transparente de la funfa, lo que minimiza los reflejos al reducirse los plieges en la superficie que cubre la pantalla de nuestro GPS. Los tirantes están a una distancia que permite sujerar cómodamente un GPS talla XL, un PDA o un iPhone, pero resultan algo incómodos para sujetar un GPS pequeño como un TomTom Go o el iGPS que utilizamos en nuestra ruta de prueba, ya que las tiras quedan demasiado en los extremos del aparato y este tiende a escurrirse quedando prendido sólo de un lado. Al bolsillo superior se tiene acceso a través de una cremallera termosellada que se abre por el costado izquierdo, mientras que el inferior tiene la cremallera por el lado derecho. Esto, que parece un detalle tonto o caprichoso, nos facilita el no equivocarnos a la hora de manipular las cremalleras, abriendo sin querer el bolsillo que no deseamos y, de paso, hace que los tiradores de una no molesten al operar la otra.
La cremallera frontal del bolsillo superior nos permite sacar cables si no disponemos de Bluetooth o si necesitamos enchufar el GPS a la batería de la moto.
El bolsillo superior, donde alojamos el GPS, posee además una pequeña cremallera central que nos permitirá sacar cables desde y hacia el GPS en caso de que precisemos alimentar la unidad con batería externa / toma de mechero o si tenemos que cablear el audio hacia el casco si no disponemos de algún elemento de comunicación bluetooth.
Fijaciones de la funda a la moto
Hemos probado la funda en diversos modelos de moto y, salvo motos con el tablier empotrado sobre la tija, no hemos tenido problema para ajustar la funda firmemente ni a semimanillares ni a manillares. Las tiras de velcro que se adjuntan con la funda son exageradamente largas para que podamos resolver la fijación en casi cualquier tipo de moto. Al tratarse de una unidad de pruebas nosotros no las cortamos para devolverla en perfectas condiciones y lo que hacía algo molesto el fijar y retirar la funda porque a la mínima se andaban enredando y pegando entre sí las correas, de modo que sería recomendable que, una vez tomada la medida óptima para nuestra moto, recortáramos el sobrante de las tiras para que no nos entorpezcan a la hora de poner y quitar la funda.
Accesorios
Instrucciones de anclaje a la moto y correa de transporte.
La funda se entrega con una sobrefunda impremeable para protegerla del agua, aunque probablemente resista sin su ayuda una lluvia débil. La sobrefunda está repatada en sus extremos laterales poe tiras de velcro para asegurar su agarre.
Mosquetones para enganchar la correa de transporte a la funda.
Además, en el bolsillo secundario encontraremos, junto con las instrucciones de montaje, una práctica correa de montaje y desmontaje rápido por mosquetones de plástico que nos permitirá transportar la funda cómodamente al apearnos de la moto sin necesidad de ocupar una mano para ello.
Conclusiones
Si bien es cierto que librarnos de unas multas por radar fijo amortizaría rápidamente la adquisición de un GPS dedicado a moto, estas fundas deshinchan bastante la argumentación del precio de unidades tan caras, justificando sólo su compra para aquellas personas que hagan un uso intensivo y/o extremo de los mismos. Con fundas como la de Givi, por unos 30 euros conseguimos adaptar muy dignamente un GPS convencional de coche, resultando una solución muy práctica y económico para rutear de vez en cuando o hacer algún esporádico viaje por territorio desconocido.
Es muy recomendable el uso de alguna fuente de alimentación externa para nuestro GPS, bien instalando una toma de mechero en nuestra moto o bien empleando una batería con toma USB, con lo que evitaremos incómodos cableados al poder alojarla junto a nuestro GPS dentro de nuestra funda.
Igualmente resulta muy recomendable el uso de estos dispositivos sincronizándolos a algún intercomunicador bluetooth para no tener que andar mirando a la pantalla mientras conducimos, por la distracción que supone en general y por la no muy buena visibilidad que tendremos al ver la pantalla a través de un plástico, lo que en muchas ocasiones puede prolongar peligrosamente nuestra desviación de la vista del camino.
